CICATRICES [FINALIZADA ✓] |+18|

CAPÍTULO 111

CAPÍTULO 111

Aquella noche pensé mucho y en su sitúacion, pero como siempre lo dije, él era el poderoso y perfecto Thomas Rogers. Quien podía con eso y mucho más.

Las semanas pasaron más rápido de lo habitual, entre exámenes y otras cosas, con él no volvimos a tocar el tema y se veía mucho mejor. No era el indiferente de antes, pero tampoco un niño asustado. Por su lado, Emma buscaba algún buen especialista para que lo atendiera muy pronto y así estar tranquila.

En sí todo marchaba bien.

—Hablé con Alexia —dije mientras terminábamos de cenar y los tres me prestaron atención.

—¿Cual es su consejo? —preguntó Emma con una sonrisa.

—Bueno, para ella es mejor que comencemos a alejarnos gradualmente —miré a Tom —te aferraste y volviste dependiente de mi, llegó el momento de seas el mismo de antes.

—¿Y alejarte es la solución? —preguntó directamente.

—No exactamente, pero debes recordar quien eres, no puedes vivir pegado a mi solo por temor. Los miedos hay que enfrentarlos, ella conoce muy bien tu sitúacion, fue quien trató tu sitúacion tiempo atrás —no respondió y miré a sus padres.

—Despues de verlos crecer juntos y su relación, jamás creí ver a Thomas tan apegado a ti. —mencionó el señor Jack

—Exactamente... —sonrió levemente Emma —y aunque nos complace que vuelvan a unirse, también queremos a nuestro hijo en su plena consciencia e independencia, como siempre lo fue.

—Entonces... —pensé un momento —mañana mismo puedo regresar a casa de mi padre, no dormir aquí será el primer paso.

Ambos mayores estuvieron de acuerdo, más el menor no dijo nada.
Al momento de dormir cerré los ojos esperando conciliar el sueño cuando unos pequeños golpes en la puerta hicieron que suspirara.

Me levanté para abrir y allí estaba como niño regañado, con la mirada baja.

—¿Que sucede? —pregunté en tono bajo por la hora.

—¿Podemos hablar?

Dudé un momento, pero finalmente asentí dejándolo pasar.

—Te escucho. —me senté en la cama y él a mi lado.

—¿Funcionará? ¿Te irás? —me miró

—Debería, Tom por favor...

—Está bien —me interrumpió —pero quiero saber, ¿Responderás mis mensajes y llamadas? Quisiera poder hablar contigo como antes...

—Lo haré, claro que lo haré. Mientras no sean continuos. Recuerda que esto es para que regrese tu versión anterior, aquella que no temía —froté su hombro —ahora es momento de dormir.

—¿Puedo dormir contigo?

—No —entrecerré los ojos.

—¿Por qué?

—Porque no, es casa de tus padres por favor. —me levanté abriendo la puerta.

—De acuerdo —quedó pensativo y salió después de un momento

No sabía lo que pasaba por su mente, pero no era la primera vez que quedaba en ese estado pensativo, aunque algo me decía que no debía preocuparme.

Y como lo había dicho, al día siguiente me retiré de la casa regresando a la de mi padre. Algunas cosas habían cambiado, tenían un característico toque femenino y me agradaba. Larisa parecía ser una buena compañera para él.