CICATRICES [FINALIZADA ✓] |+18|

CAPÍTULO 14

CAPITULO 14

Otra semana pasó, Thomas se había ido con su padre y era su cumpleaños. No sabía exactamente donde estaba, pero dudaba en enviarle un mensaje, entonces pensé ¿que podría suceder?

             Mensaje

Yo: Bebé calabaza, feliz cumpleaños. Sea donde sea que estés disfrutalo 😙❤    ✅✅

El amargado me dejó en visto al instante, pero no me preocupó, significaba que lo pasaba bien. Dejé el móvil y bajé para desayunar.

—Buenos días —saludé a Emma.

—Buenos días cariño —sonrió al verme.

Desayunamos juntas platicando de diferentes cosas hasta que alguien tocó la puerta. Al abrir reconocí al señor Lee, tan trajeado y serio como la última vez que lo vi.

—Buenos días —saludó con respeto, cargando su maletín.

—Adelante por favor, ¿que lo trae por aquí? —preguntó Emma guiándolo hasta la sala.

—Es por la tutoría, tomaré vacaciones, pero antes quería arreglar eso. —tomó asiento y lo miré con atención.

—Bien, expliquese por favor.

—Prácticamente en horas la señorita Anderson será mayor de edad, ustedes perderán toda responsabilidad pasada la medianoche así que debe firmar  para asegurar que cumplió todas las responsabilidades como tutor. —entregó un papel y Emma lo firmó, luego me lo mostró donde debía colocar mi firma. —Aquí usted, confirma que fue cuidada como lo manda la ley.

Leí un poco y eso decía, no era por desconfianza solo que no asimilaba que cumpliría 18 años en cuestión de horas como lo dijo y finalmente sería responsable de mí misma. A los pocos segundos firmé y devolví los papeles que los guardó en su maletín.

—Ya es prácticamente independiente —me sonrió levemente y respondí del mismo modo.

Se retiró casi al instante, al haber realizado su trabajo y miré a Emma quien tenía los ojos cristalizados.

—No tienes que irte de aquí, ¿sabes? Me hace tan bien tu compañía, Eres como una hija —me abrazó y correspondí. —Si no fuera por ti me sentiría muy sola.

—Tranquila, pase lo que pase eres como mi segunda madre. —intenté decir para que no se preocupara.

Aquella noche no pude dormir, en parte esperando por el mensaje de Thomas y pensando en lo que haría de ahora en adelante. El mensaje nunca llegó y por la mañana bajé para encontrarme con un maravilloso desayuno.

—¡Feliz cumpleaños mi adorada Sam! —Emma gritó como una adolescente a modo de sorpresa.

—Gracias —reí por su actitud y la abracé.