Placer culposo

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Kanat

Después de mi conversación con Rebbeca su pregunta quedó bailando en mi cabeza como un clavo entre metido robándome toda la paz que creí que tenía.

« ¿Ella te importa? »

Creo que no es solo un deseo, creo que realmente me importa al punto de que me dolió intensamente verle en la clínica, fue para mí uno de los momentos de más frustración que he tenido , solo podría compararlo cuando Varvara era bebé y no quería comer nada, y todos me decían que si no comía se moriría.

Luego de estar en casa con Vegoña, volvimos al mismo punto, Dominic volvió a cuidar de ella , y fue inevitable, Varvara se la agarró para ella sola como si no hubiese un mañana. En cambio yo solo pensaba una cosa debía devolverla a su familia, no podía seguir reteniendo la los italianos estan limpios ante mi.

Pero después de todo lo que ha pasado dejarla ir, es dejarla ir para siempre y no sé si es algo que yo pueda o quiera hacer.

—Vegoña —la voz de Varvara me hace levantarme del sillón —. Vegoña te voy a encontrar.

¿Están jugando a las escondidas?

Vegoña con esa edad jugando a las escondidas. La idea me hizo sonreír, me asome solo para verlas, Varvara estaba registrando debajo de los muebles, pero yo ya sabía dónde estaba mi pequeña printsessa, detrás de las cortinas, que pésimo escondite, que fraude.

Varvara se alejo de la sala para buscar en algún otro lugar , yo camine lentamente hasta meterme detrás de la cortina, Vegoña esta pegada a la pared y de verdad se está tomando el juego enserio, la agarro de la cintura y antes de que grite pongo mis manos en su boca, lucha conmigo hasta que mis labios le susurran.

—Soy yo printsessa —su cuerpo se eriza ante mi, lleva puesta una pijama manga largas y un mono que no me permite ver nada más que su hermosa silueta—. Te encontré.

La aprieto a mi haciéndola girar, sus ojos verdes me miran con rabia , esa rabia que uno quiere mostrar pero en el fondo no llega. Sus labios se abren y su respiración es agitada, mis ganas de sentir su boca en la mía, me absorben y no soy consiente de cuando mi boca se une a la suya, sus labios finos pero llenos, me responden, su boca inexperta me busca con vehemencia, su respiración se vuelve inrregular, la humedad de su boca hace que todo mi cuerpo reaccione a ella, su lengua se une con la mía en una danza salvaje , necesitada, la subo a mis caderas y salgo de las cortinas , maldiciendo por ellas, siento la sonrisa de Vegoña en mis labios, rozo su espalda y la llevo a mi despacho, es lo que está más cerca. Sin bajarla, cierro la puerta, sus manos juegan a ser mi perdición, la coloco con cuidado en mi escritorio, y me desago de esa camisa, sus pechos grandes se ven atraves de la tela del brassier,que es de un color casi sacrilegico pero en ella es perfecto, ella busca mi boca en cada segundo y es entonces cuando me doy cuenta de que es la segunda mujer a la que dejó probar mis labios, me desago de la tela color café claro y sus pechos caen a mi vista, son grandes como unos melocotones y se ven tan deliciosos como estos, sus pezones son de virgen no tienen pico, nadie a besado aquí, eso me exita mucho más , el color rosa de estos , la recuesto y beso su cuello trazando un camino a sus pechos, envuelvo mis labios en su pezón , sus ojos se abren con sorpresa ante el placer, disfruto de la vista de su rostro angelical, sus cabellos caen por sus hombros y su cara. Es preciosa.

Me detengo solo para observarla. Su cintura es pequeña sus piernas gruesas y tiene una manchita de color oscuro en su pierna izquierda, roso el lugar con mis dedos , es perfecta.

Su cuerpo está temblando, tiene miedo , se que me desea pero puedo saber que está nerviosa, nunca ha llegado tan lejos. Pero hoy será el día en que llegue a lugares de placer que no querrá seguir viviendo sin regresar a ellos.

Peligrosa Adicción (Prime Borrador )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora