Peligrosa Adicción (Prime Borrador )

Peligrosa Adiccion

Kanat Chein

He estado evitando a Vegoña, no quiero enfrentarla, se que debi ser sincero con ella, debí por lo menos decirle la verdad sobre la muerte de su padre si es que a eso se le puede llamar padre, una parte de mi tiene miedo a su reacción, se que su relacion no era buena, pero aún así ella lloro en su funeral.

Ruedo en la silla hasta llegar a la cocina donde últimamente parece no querer salir, es imposible que mi entrar al lugar sea silencioso por lo que al apenas estar allí ella se gira. Me mira, sus ojos se mezcla entre un verde profundo y unos pequeños destellos miel, su melena rubia  oscura la tiene trenzada, sus manos se quedan quieta dejando de mover lo que sea que este moviendo.

—¿Podemos hablar? —mi voz sale suave, nunca hablo así y eso hace que incluso yo esté sorprendido.

—Estoy haciendo una solianka, aún me queda mucho tiempo aquí , si quieres hablamos más tarde —se gira dándome la espalda y volviendo a mover con esmero la sopa, luego suelta la paleta y se pone a picar unos tomates, con demasiada fuerza, si no estuviera el meson hecho de granito, estoy seguro de que traspasaria con el cuchillo.

Ruedo en la silla hasta quedar en su espalda, ella sigue ignorándome, yo hago mi mayor esfuerzo por levantarme el dolor me hace respirar , coloco mis manos encerrandola, ella deja de picar por un instante pero luego vuelve a la tarea, extrañaba sentirla así, tomo otra respiración profunda e intento bloquear el dolor.

—Lo siento paloma —digo en su cuello mientras deposito un beso en su hombro.

—¿Pensabas decírmelo?

—¿Estás enojada conmigo?

—Responde.

—No Vego ,creo que jamás hubiera querido contarte lo.

—¿Así será nuestro matrimonio?

—¿De que hablas Vego?

—Lleno de secretos y mentiras.

—No será así Vego, lo lamento pero entiéndeme no sabía cómo decirte algo así y tenía mucho miedo a que por eso me dejaras.

—¿Te está doliendo estar así?

—No, estoy bien —miento mientras intento solo respirar por el dolor.

Ella se gira sus ojos jade hipnóticos y caóticos me miran con evidente angustia.

—Sientate —su voz es firme.

—No quiero estar así contigo —me quejo mientras rozo su vientre.

—Te he dado una orden Kanat Chein —su voz es furiosa.

—Tu no me gobiernas —digo divertido por su altivez, su rostro está a centímetros míos.

Ella me empuja con fuerza haciéndole caer en la silla de ruedas.

—No estoy riéndome Kanat, es peligroso te puedes lesionar.

—Ya estoy lesionado printssesa —la atraigo hacia mi , para mí sorpresa ella no muestra resistencia.

—Hablo en serio Kan es peligroso esforzarte así.

—¿Estamos bien Vego?

—No quiero que vuelvas a ocultarme nada Kanat, si de verdad quieres que lo nuestro funcione debes ser siempre sincero incluso cuando la verdad sea espantosa.

—Lo lamento printssesa tenía mucho miedo de que me dejaras —acaricio su espalda, su piel cremosa, sus cabellos, ella niega, rozo con mis dedos su coleta soltando la, sus cabellos se van desenredando en mis dedos, sus labios se abren entre abiertos y es todo lo que necesito para rozar mis labios con los suyos.