El juego perdido

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Vegoña Vugoski

Aquí estoy parada frente al espejo de su habitación con un hermoso vestido color azul que me ha enviado con una estúpida nota. Me quito el vestido y lo tiró en la cama, la ira se apodera de mi cada vez que recuerdo cómo me mintió con tanta facilidad.

La estúpida nota que me envió hace que mi corazón duela y arda en partes iguales.

Printssesa, no soy bueno pidiendo perdón, nunca suelo pedirlo la gente es la que me pide perdón aún cuando soy yo el que se ha equivocado, pero no quiero perderte, creeme que no volveré a dañarte de esa forma, no voy a justificarme , soy un idiota mi Polaca, siempre he Sido un idiota, pero te necesito Paloma, te necesito como las aves necesitan sus alas , como el halcón su vista, como los pelícanos las piedras de sal. Te necesito para siempre por favor no me dejes libre, condename a ti. Cumpliré mi condena.

Me levanto de la cama, no voy a seguir llorando, el quiere condena pues tendrá el infierno si quiere redención tendrá que soportarlo. Busco en mi maleta el vestido dorado que traje por si necesitaba algo sexy, ilusa , busco unos tacones negros porque no me traje dorados, respiro profundo y comienzo con mi plan.

El vestido deja ver mis pechos a través de la transparencia frontal, salvó por unas pequeñas flores de encaje que tapan los lugares más íntimos de estos, mi espalda está completamente descubierta incluso se puede ver un poco los huequitos de mis caderas, me llega por los muslos, lastima que no me queda más corto, me coloco un maquillaje fuerte, y sonrió al espejo, mientras un rojo carmín dibuja el contorno de mis labios, busco los pendientes rojos esos que me regaló mi mamá hace dos años y me los coloco, una sonrisa maligna me la devuelve la mujer que me mira desde el espejo, pero esa sonrisa es solo una fachada porque esos ojos jades están rotos , rotos como todo lo que Kanat Chein toca.

Salgo de la habitacion, el ala de Kanat siempre está tan solitaria que da un poco de miedo, cuando por fin llegó a la sala, me encuentro con la pequeña Varvara con un vestido de flores y una cebolla perfectamente agarrada a sus cabellos rubios como el sol, una sonrisa tímida se dibuja en su rostro marfil.

-¡Vegoña! -la voz de Dominic es un regaño o una advertencia.

-Ya estoy lista cuñadito -sonrio divertida ante los ojos oscuros que me muestran lo descarada que me veo.

-Kanat se enojara conmigo por llevarte así -niega con la cabeza mientras se detiene en el umbral-. ¿Podrías ponerte una chaqueta?

-¡Y perderme la ira de tu hermano! -le digo con altivez y una hermosa sonrisa se dibuja en su rostro.

-Me agradas Vego , pero creeme los hombres que estarán allá no son como yo, yo te respeto porque eres la mujer de mi hermano -no soy su mujer , no soy nada.

-Se lidiar con babosos Dom , no subestimes a tu cuñada -bromeo aunque ahora ya no me siento tan valiente, es cierto Dominic ni siquiera me dió un repaso inrrespetuoso y eso que llevo casi toda mi piel expuesta.

-Vamos pequeña -agarra a Varvara de la mano y luego me pone una chaqueta negra encima de mis hombros -. Por lo menos ten piedad de los de seguridad.

Hay diversión en su rostro y yo también sonrió, caminamos a través de la mansión hasta llegar al salón donde ya se escucha una música clásica y las voces de mucha gente hablando. Cuando los de seguridad me ven todos bajan la mirada, es como si Dominic les hubiera dado una orden telepáticamente.

-Buenas noches joven Dominic -dice el guardia que está en la puerta-. Buenas noches señorita Vegoña y señorita Varvara, adelante.

Siento un dejavu como si esta escena la hubiera vivido en otra época. Al abrir las puertas del salón, Dominic me permite pasar junto a Varvara y el va detrás de nosotras, los ojos de todos los hombres me repasan con descaro, incluso los más jóvenes, sonrió con altivez y levanto mi mentón como si fuese una desgraciada, justo en ese momento mis ojos chocan con los de Kanat, mi pulso se acelera y mi respiración se vuelve pesada, está mirada es diferente a todas las que me ha dado, no es ira , no hay ira en sus ojos, es decepción, ¿Está decepcionado de mi? Siento como mi corazón duele al sentir que sus ojos dejan de observarme, es como si yo no fuera el centro de atención de toda la maldita sala, todos los ojos están puestos en mi, menos los ojos que yo quiero.

-Buenas noches -la voz de Dominic saludando a los demás, me hace guardar mis lágrimas, el primero en saludarme es Dimitri.

-Buenas noches señorita Vegoña-sus ojos se mantienen siempre en mi cara.

-Buenas noches Dimitri -le doy una sonrisa tímida y luego saludo a Pavel, Iker , Ivanoski, y el último que me dijo su nombre pero ya no lo recuerdo, todos me saludan con respeto incluso Pavel.

Dom me coloca detrás de el, y aunque mi idea era llamar la atención se lo agradezco, pues Kanat me está ignorando, ni siquiera me dió un beso, o se acercó a amenazarme, está hablando con Dimitri de un negocio en México.

-¿Estás bien? -la voz de Dom me hace volver a la realidad.

-Si, estoy bien, voy a ir al baño -digo con ganas de salir del salón.

-Aqui hay baños Vegoña -me señala las puertas al final y los veo , tienen un salón de fiesta con baño incluído , genial.

-Gracias , ¿Varvara vas conmigo?

-No, Vego voy a quedarme aquí con Isabella

Asiento, xamino hasta el baño y me encierro allí, me miró en el espejo, realmente me veo vulgar, dicen que hay mujeres que pónganse lo que se pongan se ven elegantes, pues hoy cambie de opinión, las lágrimas se caen por mis ojos sin poder evitarlo, me siento perdida, no estoy lista para Kanat Chein, yo , yo solo soy una niña estúpida y hoy lo demostré.

Comienzan a golpear la puerta, así que me limpio rápido los ojos y trato de que no se note que llore, cuando salgo entra una mujer, justo entonces lo veo, está allí parado con su chaqueta en el regazo.

Se acerca a mi separando la distancia que hay entre nosotros.

-No se porque estás llorando pero creeme , si te estoy ignorando -su boca roza mi oído -. Es porque si te observo un segundo más , te voy hacer mía ante toda esta gente ¡Joder Paloma! ¿Por qué me haces sufrir así?

-Te mereces el infierno Kanat, no pidas clemencia -le susurro de vuelta y siento su sonrisa en mi oído.

-No me gusta Vegoña que te vean así, lo sabes -sus ojos buscan los míos -. Y no porque sea un imbécil inseguro, es porque eres como un tesoro nena y no quiero que nadie pueda tener un pedacito de ti, ni siquiera viéndote.

Sus palabras quiebran mis muros , pero intento rápido subir esa muralla.

-¿Pero tú si puedes darle tu pedacito a todo el mundo? -le miró despectivamente y levanto una ceja observando sus ojos oceanos-. ¿Quizás Ruso es que son migajitas que le das a todas?

Sus labios se curvan en una sonrisa que juega a tentar, una de esas que son letales, que solo inspiran a pecar,

-Mi corazón es grande Polaca , y es todo tuyo -me guiña mientras coloca su chaqueta en mis hombros -. Tengo un corazón gordo y grande , pronto lo descubrirás.

Lo empujó y salgo de allí furiosa, es un Imbécil imposible.

Peligrosa Adicción (Prime Borrador )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora