Kanat Chein
Abuela Adoración me recibe con sus ojos llenos de lágrimas, una de las ayudantes del hogar, le tiene aguantada con una mano y con la otra parece tener un te.
-Pasa hijo ya llamo a Vegoña -la diversión y la sonrisa de la doña no existen en este momento.
-Gracias Abuela -digo sinceramente me agrada la vieja, lastima que su hijo fuese un cerdo al que le tendremos que dar sepultura.
La abuela se mete con la otra mujer por un pasillo y yo observo algunas fotos, hay una que es de Vegoña lo se porque tiene esos mismos ojos, pero se ve tan triste en esa foto que me duele.
-Kanat -me giro para encontrarme a Vegoña, desde que se lo que pasó de pequeña es como si un velo fuese quitado de mis ojos y pudiese verla de otra forma-.
-Vego, ¿Cómo te sientes? -me acerco a ella y la jalo hacia mi, su cuerpo es delgado la envuelvo en mis brazos, mi pequeña Paloma.
-No estoy bien Kan -su voz se vuelve tan suave , tan rota-.
-Lo se printssesa -beso su frente , está hermosa, sus cabellos enredados en una cola alta recién acomodada, una camisa overzise y unos jeans deslsvados, la indigente más hermosa del mundo.
-¿Por qué me miras así? -sus ojos verdes se posan en ella misma-. Me veo muy mal, es que no he tenido tiempo de pensar en eso de vestirme.
-Eres la indigente más hermosa que he visto -me burló y ella sonríe , si esa sonrisa me devuelve la vida, y luego ella golpea mi pecho, sus manos suaves y pequeñas se aferran en puños, intentando hacerme algún daño.
-ERES UN IMBECIL -sostengo sus manos en el último intento que hace de golpearme.
-Lo soy printssesa -coloco mechones de cabello detrás de su oreja-. ¿Podemos ir a comer y luego cuando sea la hora de visita ir a ver a Rebbeca?
-Tengo mucha hambre, pero no tengo ganas de arreglarme Kanat.
-Puedo pedir algo en el hotel donde me quedo.
Pensé que iba a rechazar mi oferta pero no lo hizo , solamente asintió.
-Voy por mi teléfono y mi cartera -se giro dándome una hermosa vista, definitivamente Vegoña es demasiado hermosa.
Al cabo de unos minutos regreso totalmente cambiada, lleva ahora una blusa más pegada a su cuerpo que me regalan una hermosa vista de sus pechos, unos jeans que se ajustan a su piel y unos tennis blancos a juego con una cartera del mismo color.
-Vamos printssesa -le tendí mi mano y ella me la tomo.
Subimos al auto y le indique a Danil que nos llevará y que le informará a Lucas que debía reunirse con Giovanni. Al cabo de un rato, estábamos en el hotel, cuando subimos a la suite, pude ver los nervios de Vegoña, en circunstancia antiguas esto sería mi oportunidad de aprovecharme pero no quiero hacerla sentir incomoda.
-¿Te gustaría pizza o sushi ?
-Pizza -una sonrisa tímida impropia de ella salió a medias de sus labios.
-Margarita, Vegetariana ...
-Vegetariana y con doble de aceitunas negras -sonrei al menos algo tenemos en común , me encantan las aceitunas negras.
-Perfecto , voy a llamar ponte cómoda -me metí en la habitación y marque al servicio de deliverig que tenían allí, ordene las pizzas y me cambié la ropa, necesitaba quitarme ese olor a Alberto Vugoski de la piel.
Cuando regrese Vegoña estaba sentada en el mueble con sus pies en forma de mariposa observando la televisión , Animal planet. Me senté a su lado y la jale hacia mi, se siente también tenerla así, y no entiendo porque estoy comportándome de esta forma con ella, si yo no soy así.
-¿Sabes quién le hizo esto a Rebbeca? -sus palabras salieron en ráfagas y me tomaron desprevenido.
Me tomé un segundo en negar.
-No Vegoña aún no lo sabemos -a veces es mejor no saber la verdad, la verdad está sobrevalorada, hay cosas que deben permanecer en secreto, por ejemplo que fue tu padre que mando a matar a tu cuñada.
-Espero que lo encuentren y los hagan pagar -susurro volviendo su atención a la tv.
-Lo haremos paloma -la observé por el rabito del ojo y una sonrisa hermosa se dibujo en su rostro.
-Vegoña alguna vez me has mentido-trate de que la pregunta sonara casual.
-Unas cuántas -sonrio pícara -.
-Lo digo enserio -puse mi tono fuerte a ver qué me decía.
-No te menti -su voz fue firme , y me sorprendió la firmeza, incluso mirandome de nuevo.
-¿Por qué me dijiste que fui el primer hombre que te golpeaba y no fue así ?
Los ojos de Vegoña se abrieron con sorpresa y con confusión.
-Lo fuiste eres el primer hombre que me golpea -aseguro tensandose y tratando de alejarse de mi, pero no lo permiti.
-Y las veces que tú padre borracho te golpeó -lo solté porque necesitaba saber si el viejo me había mentido.
Vegoña se quedó en silencio, ese silencio que nace de una verdad que no quieres revelar.
-¿Quien te dijo eso? -su voz salió a la defensiva-.
-Tu padre -respondi calmadamente no necesito revelarle los detalles de como fue esa conversación.
-Yo -su voz se volvió más debil-. Sabes cuándo la realidad es muy dura te inventas historias y terminas creyendotelas, terminas creando una imagen diferente de las personas en tu cabeza.
Si, lo comprendia completamente, yo tarde años creyéndo de mis padres historias que nunca fueron reales, creando los padres que yo soñaba y que nunca tendría.
-Yo tenía nueve años -su voz bajo una octava y se rompió al final de la palabra años-. Mi padre llegó borracho en ese tiempo siempre estaba borracho y Tadeo estaba en la universidad, mi madre no se quería acostar con el creo no recuerdo bien, yo solo se que escuche los gritos y salí corriendo a dónde estaban ellos, mi madre le gritaba y el le gritaba a ella, entonces papá agarro la lámpara y ...
Se rompió , mierda la historia era real, el viejo dijo la verdad. Ojalá hubiera mentido. La envolví en mis brazos y bese su cabello.
-Perdoname Vego por haberte golpeado aquella vez -bese sus cabellos aspirando el olor a vainilla que emanan-. Yo de verdad me arrepiento, te lo prometo nunca te haré algo así.
-Me mataste por dentro ese día Kant.
Lo sé printssesa ahora lo sé, se que te mate en ese preciso momento.
-Prometo vivir para compensartelo.
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Peligrosa Adicción (Prime Borrador )
RomanceUn corazón incapaz de amar, hielo seco, seco como su alma en sequía , como su corazón agrietado, como una vida sin sentido. Kanat Chein es eso y mucho más, su vida ha sido la consecuencia de las decisiones de otros, en su mundo no cabe el amor, en s...