La fuerza que recibe detrás del dolor

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Kanat Chein

Todo se ha venido arriba , Varvara ha llegado con Gedeon , su estado es realmente preocupante un silencio profundo hay en ella, siempre he cuidado a mi hermana de este mundo, pero por una vez le he fallado a las dos mujeres más importantes de mi vida.

Respiro profundo mientras la fisioterapeuta me obliga a repetir por enésima vez un ejercicio, una frustración inmensa hay dentro de mi, quiero sangre, quiero ver cada parte de esos desgraciados en pedazos, destruiré la MocroMafia, antes no tenía ningún problema realmente con ellos, pero ahora esto es más que personal, los destruiré, mataré a cada uno de ellos, sean hombres, sean mujeres o sean niños, borraré de la faz de la tierra su sangre.

Apenas puedo levantarme, el dolor y el esfuerzo que hago cada vez que me levanto es fuerte, pero eso ni siquiera se compara con el dolor que senti anoche, Vegoña acurrucada en mi, sus dedos delgados enredados en mi cabello como una chiquilla que hace trampa para que su mamá no pueda despegarse de ella, sus dedos en mi melena enrollados en ella, su cuerpo abrazado al mío fue tan doloroso verla asi, tan frágil tan rota.

—Kanat , Kanat —la voz de Vegoña se escucha desesperada al otro lado de la puerta, la fisioterapeuta me mira con confusión, yo solo le hago un gesto de que abra.

La mujer abre la puerta y Vegoña la repasa con la mirada, luego la mira apenada.

—Lo siento, yo no quería interrumpir, yo necesitaba... —se detiene y se presenta—. Mucho gusto soy Vegoña Vugoski.

—Mucho gusto Alexa —sonrie la fisioterapeuta mientras recoge sus cosas—. Señor Kanat hemos terminado por hoy, recuerdo guardar el reposo.

—Gracias Alexa , trataré —digo mientras observo a Vegoña, lleva puesta mi camisa, y unos jeans , su cabello está suelto, y me doy cuenta que es la primera vez que le veo los rizos tan alborotados, preciosa.

Nisiquiera soy consiente de que Alexa ha salido hasta que Vegoña habla.

—Kanat necesito que hablemos.

No sé cómo dirigirme a ella, no se cómo hacerlo ¿Que te pasa? Es una pregunta ahora incomoda ¿Pasa algo? ¿Que quiere? Así que solo asiento.

—Necesito que hables con tus hombres, no quiero que nadie sepa lo que me pasó , nadie Kanat , nadie nisiquiera Tadeo , nadie.

Su voz es desesperada.

—Printssesa no es algo de lo que debas avergonzarte no es...

—No quiero que nadie lo sepa Kanat Chein, yo no quiero que Tadeo y tú discutan me hace daño, no quiero que la gente me vea con lastima, no quiero esa compasión, no la quiero, quiero que silencies a todos, así que reunelos a todos, yo hablaré con ellos.

Estuve apunto de decirle que no, pero se ve tan fuerte diciéndolo que eso que solo asiento. Ella tiene derecho a decidir en esto.

—Y no quiero que me trates con lastima Kanat —su voz es fiera es la misma Vegoña de siempre o eso intenta Pero no me engaña a mi.

—No lo hago paloma —mi voz es suave, una sonrisa ladina se dibuja en mi rostro, solo mi chica es capaz de pararse así tan fuerte después de todo lo que acaba de vivir.

—Y quiero que consigas un anillo nuevo para mí —me enseña su mano, dónde ya no está el diamante que le había dado —.

—Ven acá printssesa —ella me mira con cautela , pero se acerca a mi, la jalo hasta subirla en la silla de ruedas conmigo, acaricio su mejilla—. Vego conmigo no tienes que hacerte la fuerte printssesa, amo esto que estás haciendo nena, eso me demuestra que eres mi chica, pero conmigo nena puedes mostrar todo lo que estás sintiendo, tu y yo paloma, somos uno, y a mí no me engañas.

Peligrosa Adicción (Prime Borrador )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora