Destinos cruzados

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Ambar

Le veo sus ojos oscuros como esas flores artificiales que pintan en las floristerías, tiene esa belleza extraña pero adictiva de la cual no puedo dejar de perderme en ella, su nariz tiene una leve desviación que le da un toque real a su belleza, sus labios son de ese rosa oscuro y sus cabellos petros mucho más que sus ojos, sus manos grandes y fuertes, trazan círculos en lugares que antes solo sentia dolor, lucho continuamente con los recuerdos. Algunos dicen que la historia entre el lobo y la Caperucita no es como la cuentan, a veces creo que tienen razón, mi padre debió cuidarme de los lobos, pero era el, el lobo mayor.

—Dominic para —susurro agitada su mano sale de mi sin dudar, sus ojos oscuros me miran—. Lo siento yo , lo siento.

—No pasa nada —acuna mis cachetes en sus manos y  besa mi frente—. Lo superarás.

¿Superar? ¿Esa mierda se puede superar? Una ola de angustia llega en mi interior.

—¿Dónde está mi hermana? ¿Cuando podré hablar con ella? ¿Cuando vas a dejarme ir?

Las preguntas salen sin freno y la calma que habia estado conteniendo, casi se desborda.

—Tu hermana está bien , tengo a uno de mis hombres cuidando de ella , está a salvó de tu padre —se pasa la mano por la cabeza nervioso —. No creo que sea bueno por ahora que hables con ella, eso complicaría las cosas.

Opmitio mi última pregunta, encendió el auto y arranco, dejándome con esa sensación de ser una prisionera, mire las bolsas de ropa y los zapatos, y me sentí peor, me sentí como si estuviese siendo una dama de compañía o una cosa de esas. Su teléfono sonó, al segundo tono, lo contesto, su rostro Rosagante palideció, por lo que pude entender a Rebbeca le pasó algo, me sentí mal por ella, de verdad no querría que algo le pase, pero al ver a Dominic así , me di cuenta de que esa chica era su mundo, freno tan bruscamente que me golpee con el vidrio y el nisiquiera fue consiente de eso, sus ojos marrones estaban llenos de angustia, quería ir por una mujer que ya pertenece a alguien más. Cuando terminó la llamada, arranco dejando seguramente los neumáticos en el asfalto, respire profundo, debía dejar de ser tan ilusa alguien como el no se fijaría enserio en mi, solo me tiene lastima.

Cuando se estacionó frente al bar de Antonieta nisiquiera me miró, sus ojos oscuros estaban conteniendo las lágrimas, no me hizo falta ser muy inteligente, agarre las dos bolsas y baje del auto, el no dijo nada, sus manos estaban tan tensas en el.volante.

—Gracias por la ropa —susurre sintiendo que debía decir algo.

—Nos vemos luego Ámbar —arranco sin más, al entrar al bar, por suerte no había nadie por allí, las chicas duermen de día ya que las noches son largas, incluso Antonieta tiene que dormir de día.Me metí en la habitación que me había dado Antonieta y puse las bolsas en un rincón no hay closet aquí, no es que en casa del lobo hubieran grandes comodidades, en realidad solo teníamos dos camas, una estufa, una nevera y una mesa plástica de cuatro sillas , que era lo más lujoso que había en aquel lugar.

Respire nuevamente, tratando de calmarme y pensar que mi hermana sobrevivirá sin mi algunos meses hasta que vuelva a verla, ella me recuerda mucho a mamá para su suerte ella no se parece a el lobo ,tengo muy pocos recuerdos bonitos de mamá, pero uno de mis favoritos fue una vez que una vecina millonaria boto su viejo árbol de navidad, mi mamá lo tomo de la basura y lo lavo, recuerdo su cabello castaño y sus ojos petreos, su piel traslúcida y la delgadez casi enfermiza, un cigarrillo en su boca sus gestos angustiosos, nos sonrió, mientras colocaba unos adornos de papel y una luces viejas que le tardaron todo el día reparar, estabamos allí observando el árbol, no era el más hermoso que he visto pero sin duda el más importante de todos, luego el recuerdo se vuelve malo, oscuro, mi padre borracho, tumbando el árbol, mi madre golpeándole furiosa, el agarrándola del cuello y luego nada, oscuridad. Olores que me atormentan, sonidos que no entiendo, y colores que no recuerdo bien.

—Ambar necesitamos ayuda —la voz de Antonieta me hace volver al presente.

—Voy señora Antonieta —me levantó de la cama corriendo y salgo de mi habitación.

—Niña ya deja de llorar por amor a Dios —me jalo del brazo —. Vamos, necesito que me ayudes a ordenar algunos vasos en el bar.

Dominic le prohibió a Antonieta que fuera la que los sirviera o anduviera por allí , solo tengo permitido estar detrás de la barra y ayudar con la fregadera y el orden, lo que es mucho mejor que lidiar con borrachos impertinentes.

—Ambar allí está la casa —Violet me señala una cesta llena de vasos , Violet es una mujer de quizas treinta cortos de pelo Violeta , ya se que ese no es su nombre real, pero no quiso compartir su verdadero nombre.

—Gracias , ya los acomodare—empeze a ordenar copas, vasos, chupitos y demás cosas que no tengo ni remotamente idea de cómo se llaman, ayude a llevar la mismas cosas a la cocina.  Y luego me senté un rato.

—Ambar anda a buscar unas cocteleras , dile a Simone que sean de color rojo o azul —asenti saliendo disparada al interior a buscar la coctelera.

—Simone dos cocteleras color azul y rojo —pedi rápidamente sin siquiera decir por favor, en este tipo de negocios no hay tiempo para eso, salí de allí con las cocteleras y me detuve al ver el alboroto de Violet y Rubí, ya les dije ambos no son nombres reales.

—¿Que pasa? —mi voz salió agitada mientras buscaba la causa del alboroto.

—Llegaron los Korrat —al parecer eso significaba algo de lo que yo no tenía ni idea.

—Niña estos hombres son los amo y señores de las Vegas , mira este es —señalo a uno de ellos, lleva un traje negro completamente, sus ojos son creo que azules, su cabello es corto pero unos pequeños mechones ruedan en su frente, cada parte del traje se ve realmente apretada en su cuerpo—. Zacarias Korrat , es el capo de las Vegas y el que está a su lado es Gedeón su hermano , mano derecha y ...

—Deja de dar tanta información irrelevante —Violet dió un paso hacia mi —. El mayor es gay o eso se cree, y el menor es un prostituto.

Dijo orgullosa de que el chico lo fuera y casi me hizo reír.

—Ser un prostituto es algo que no todos tienen la capacidad —me sonrió, justo entonces ví cuando los Korrat se dirigían hacia nosotras, definitivamente Zacarias era alto, cuando llegó frente a mi, me quedé muy pequeña en su presencia, me miró con indiferencia como si le molestaste mirarme, yo me di la espalda y comencé a ordenar las bebidas , reponiendo la despensa.

—¿Que desean los Korrat? —bromeo Violet, su voz sonó divertida.

—La peliroja está disponible —no supe de quién era la voz pero me tense inmediatamente, me gire buscando el origen de la voz, el mayor estaba hirviendo mientras el menor tenía una sonrisa lobuna.

—Ella no es parte del menú —Rubi le coqueteo y el chico le sonrió divertido.

—¿Que hace entonces aquí? —la voz del mayor era ronca y profunda, hizo que toda mi piel se pusiera de gallina.

—Es sobrina de Antonieta —mintio Violet , me gire para presentarme.

—Soy Ámbar —dije dándole la mano al menor que estaba más cerca, me la tomo y la estrecho con suavidad.

—Un placer Ámbar. Yo soy Gedeón , aunque puedes decirme Gede.

Me quedé impresionada por el tatuaje de su cuello una mariposa negra.

—Zacarias Korrat —esa voz profunda me hizo girarme y obsrvarle, sus ojos no son azules, nisiquiera podría decirse que son de un solo color son una mezcla entre el hielo y el fuego, me quedé allí sin respiración por una milésima de segundo.

—Ambar, yo soy Ámbar.

Peligrosa Adicción (Prime Borrador )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora