En Lo Profundo del Bosque

Capítulo 21- Primer beso

Micah acarició sus mejillas con ternura para luego deslizar su dedo pulgar hacia los carnosos labios, introduciendolo hacia atrás. Un hilo de saliva ligera se escurrió de la boca de Ángel mientras succionaba el debo. Con sus ojos mirándose fijamente, Micah acercó su boca y lo besó.

Fue un beso muy suave al principio que se tornó ardiente y posesivo. Micah nunca en sus 25 años había probado unos labios tan dulces. Todos sus sentidos se nublaron y dejó de pensar. Solo se dedicó a sentir. Era obvio que Ángel nunca había besado a nadie ya que era muy inexperto y torpe, pero eso no significaba que el beso no fuera el más dulce que había tenido.

Por otro lado, Ángel estaba en las nubes. Este hombre le succionaba el alma con este beso. Su primer beso y se sentía maravilloso. Nada de lo que había imaginado se acercaba a la realidad. Este hombre sabía lo que hacía y lo hacía MUY bien. 

Ángel torpemente trató de seguir el ritmo pero era imposible. Micah le chupaba la lengua como si se tratara de un mango maduro, alternando su cabeza de izquierda a derecha. 

Sus manos fueron de sus mejillas hasta su cuello y fueron bajando hasta su torso. Micah quería todo de este ángel que había sido enviado para hacerlo pecar. Sentía que su cuerpo se encendía cada vez más y no podía, no, no quería parar.

Para Ángel la sensación era igual. Sentía como todo su cuerpo se estremecía con el toque de Micah. Una sensación inenarrable que por más que quisiera, no podía expresar con palabras. Sentía que flotaba en una nube de algodón.

<<¿Entonces es así cómo se siente que te besen y te acaricien?>> Pensó.

Ángel abrió los ojos con pánico y se apartó bruscamente de Micah.

— ¡NO! — gritó con pavor.

— No, no puede ser. — el muchacho se derrumbó en llanto al darse cuenta del gran error que había cometido y empezó a temblar.

— Ángel, ¿qué sucede? Mírame. — Micah trató de acercarse pero Ángel lo empujó hacia atrás y salió corriendo de la cocina.

Micah lo siguió pero no lo alcanzó a tiempo antes de que Ángel se encerrara en la recámara de su abuela.

— Ángel por favor ábreme. Dime qué hice mal. Te juro que no fue mi intención lastimarte. Por favor perdóname. Abre la puerta y hablemos.

Ángel estaba hecho un mar de lágrimas. Por su imprudencia el hombre que había salvado ahora moriría por su culpa. ¿Cómo pudo ser tan estúpido? ¿Cómo se había dejado llevar por esa extraña sensación?

Los sollozos se escuchaban por toda la habitación y Micah se sintió impotente. No entendía lo que estaba pasando. Pero sí de algo estaba seguro, era de que Ángel no estaba bien. Su reacción de pánico no era normal. Él, más que nadie sabía lo que esos temblores significaban porque él los había padecido durante mucho tiempo.

Micah esperó frente a la puerta durante media hora pero Ángel no salía.

— Ángel por favor abre la puerta. Vamos a hablar.

Los sollozos habían disminuido pero Ángel aún no salía de la habitación. Fue entonces cuando Micah entró en pánico y empezó a golpear la puerta. Ese silencio solo significaba una cosa.

— ¡Ángel abre la puerta! ¡Abre o la derribo! — gritó desesperado pero solo hubo silencio.

— ¡Voy a entrar! — advirtió por última vez antes de derribar la puerta.

Cuando entró a la habitación encontró a Ángel vuelto un ovillo en la cama y con dificultad para respirar. Ángel estaba teniendo un ataque de ansiedad.

Micah corrió hacia él y lo tomó entre sus brazos abrazándolo fuertemente, liberando sus feromonas para tranquilizarlo mientras lo apretaba con sus grandes brazos. 

Poco a poco su respiración se normalizó y su cuerpo dejó de temblar. Micah se quedó en silencio y sólo se concentró en darle contención y calor. Rozó sus mejillas contra las de Ángel inyectandole calma. 

Después de los minutos más largos de su vida, Micah notó como la respiración de Ángel se volvió lenta y pesada. Se había quedado dormido. 

Micah lo colocó sobre la almohada despacio y buscó una manta para cubrirlo. Encontró una manta de lana en el armario y volvió a la cama acostándose junto a él. No lo dejaría solo. No iba a correr el riesgo de que le diera otro ataque de pánico y que él no estuviera cerca. Le quitó los guantes y lo cubrió con la manta.

Se recostó sobre la almohada y trajo el cuerpo de Ángel hacia él, abrazándolo de nuevo. El muchacho inconscientemente se acurrucó en su pecho haciendo que el corazón de Micah se acelerara.

— Duerme, hermoso. Yo estoy aquí para cuidarte. — luego de esas palabras, Micah también cayó en un sueño profundo.

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Ángel había tenido la mejor noche de su vida. Una sin pesadillas ni sobresaltos. Por el contrario, había tenido un hermoso sueño donde alguien lo besaba apasionadamente. Se sentía tan real que un gemido escapó de su garganta.

— Buenos días dormilón. — susurró Micah sobre sus labios.

Ángel ronroneó y se acurrucó aún más a ese calorcito que lo abrazaba. Cuando cayó en cuenta que no era un sueño, abrió los ojos con sorpresa y saltó de la cama. Micah lo miró preocupado.

— ¿Ángel estás bien? — le preguntó saliendo de la cama.

— No puede ser. No puede ser. — repitió una y otra vez rompiendo en llanto agitándose de nuevo.

Micah trató de acercarse pero Ángel no lo dejó y se derrumbó sobre el suelo.

— Ángel...

— Por favor aléjate de mí. — imploró sollozando. 

Los recuerdos del día anterior inundaron su mente. No había sido un sueño. Micah y él se habían besado apasionadamente. Él lo había tocado y Ángel se había dejado llevar. Miró sus manos y vio que no tenía los guantes.

Los sollozos se hicieron más fuertes al percatarse del error que había cometido.

— Ángel, por favor háblame. ¿Dime qué hice mal? — suplicaba Micah tratando de entender lo que pasaba.

Pero Ángel solo sollozaba inconsolablemente.  Había roto la promesa que le hizo a su abuela de nunca tocar a nadie. Había cometido el peor error de su vida, esta vez con un ser humano.

De solo pensar en ello le provocó más llanto. Verlo así le rompió el corazón a Micah quien no entendía lo que estaba pasando. ¿Porque reaccionó así con un simple beso? Algo estaba muy mal con este chico y Micah lo iba a averiguar.

Pobrecito de mi Angelito😭😭😭

Odio a la bruja de Amanda por romper a este bello ser. ¿Cómo pudo ser tan cruel?🥺

Déjenme saber qué les pareció este capítulo. A mi me hizo llorar😭