Capítulo 60 - Lucia

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Lucia había estado demasiado tranquila estas semanas y eso ponía nerviosa a su madre. Martha sabía que su hija estaba tramando algo y estaba segura que no era nada bueno. Después de enterarse del compromiso de Micah con ese omega y que aparte tendrían gemelos, Martha estaba segura de que Lucia no se quedaría de brazos cruzados.

— Hija, ¿estás bien? — preguntó con ansias.

— ¿Por qué no habría de estarlo?

— Bueno por lo de Micah y ese omega.

— Eso no durará mucho tiempo. Micah regresará a mí y me rogará que me case con él.

— Hija pero él ya está comprometido.

Lucia río con una risa maquiavélica.

— Ay mamá, qué ingenua eres. Te aseguro que ese compromiso se romperá y yo seré la señora Williams. Tú solo espera y verás.

Martha estaba asustada. Su hija estaba mal. Desde hace tiempo que Lucia estaba actuando de manera violenta y desenfrenada. Era solo cuestión de tiempo para que hiciera algo de lo que no habría vuelta atrás.

— Mi amor, ¿por qué no te olvidas de Micah y te fijas en otro muchacho que sí te corresponda?

— ¡¿Estás loca?! ¿Qué parte de que Micah será mío no entendiste? Si no es para mi, no será para nadie. Así que deja de decir estupideces.

Lucia se dirigió a su recámara. Martha no podía evitar el mal presentimiento que tenía en su pecho. Lucia necesitaba ayuda urgentemente.

— Si mamá cree que voy a dejar a Micah, estaba muy equivocada. Esta humillación se la voy a cobrar con creces. A mi nadie me hace a un lado y menos por un bastardo.

Marcó el número de Lorenzo. Necesitaría de sus servicios nuevamente. El muy imbécil había hecho un buen trabajo localizando a Micah. Estaba segura de que esta vez no sería la excepción. Después de todo le pagaría una muy buena cantidad de dinero.

"Señorita Lucia, no esperaba saber de usted otra vez."

— Necesito que nos veamos. Tengo otro trabajo para ti y esta vez es muy arriesgado.

"¿De cuánto dinero estamos hablando?"

— El suficiente para no tener que trabajar por mucho tiempo.

"Eso suena prometedor. Veámonos en mi casa. Estas cosas no se deben hablar por teléfono. Le mando la ubicación. La espero esta noche a las ocho."

Lorenzo cortó la llamada.

— Estúpido, ¿quién te crees que eres para cortarme? Ya verás cuando te vea.

Lucia lanzó el teléfono en la cama frustrada.

— No importa. Puedo aguantar esa insolencia con tal de que hagas lo que te pido.

Fue a su closet y buscó un atuendo negro. Si iba a ir a casa de ese imbécil, tenía que ser lo más cuidadosa posible. No podía permitir que alguien la reconociera y todo se fuera a la mierda.

Luego de sacar la ropa, fue a darse una ducha rápida. Mientras más rápido concretaran el plan, mejor. Micah se iba a arrepentir de su desplante. Pronto estaría a su lado y esta vez se encargaría de quedar embarazada. Un bebé lo ataría a ella para siempre.

Entró a la ducha silbando. El solo pensar en su venganza, la ponía de muy buen humor.

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Lorenzo estaba ansioso de saber qué clase de trabajo haría esta vez. Lucia estaba desquiciada, no había duda de eso. Pero la maldita tenía dinero para tirar para arriba.

En Lo Profundo del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora