Una semana después de la tormenta más fuerte de la historia, la nieve por fin se derritió dejando atrás un frío del carajo e inundaciones en ciertas zonas. La electricidad había sido restablecida en los lugares donde la tormenta afectó más fuerte. Ángel había sido dichoso de no perder la electricidad y el agua caliente.
Con las cosas volviendo a la normalidad, Ángel fue de compras ya que no había mucho de comer. Necesitaba abastecer la nevera y la despensa.
— Iré contigo. — declaró Micah cuando vio que Ángel se estaba preparando.
— Amor, ¿cómo vas a salir así? Pensaran que eres un indigente. — dijo sonriendo.
— Con más razón debo ir así compro ropa y zapatos.
Micah tenía un punto a su favor. Necesitaba artículos de tocador también. Su barba había crecido bastante. Aunque a Ángel le parecía muy sexi. Le encantaba que lo raspara con ella mientras hacían el amor.
— Está bien. Tu ganas. — dijo derrotado.
— ¡Muah! Gracias mi negro de chocolate.
Ángel no pudo evitar sonreír. Le gustaba tanto que lo llamara así.
— Vamos
20 minutos más tarde, llegaron a un pequeño centro comercial al lado del mercado. Fueron directamente a la tienda de hombres.
— Lo lamento, aquí sólo encontrarás ropa de baja calidad. — dijo avergonzado.
— ¿De verdad me ves como a alguien superficial? — preguntó arqueando una ceja.
— Bueno, la ropa que traías era bastante cara. No creo que puedas encontrar algo así aquí.
— ¿Y quien te dijo que quiero algo así? ¿Hmm?
— Yo...
— Uy, cabecita loca. Yo solo quiero estar cómodo. Camisetas de franela, pantalones deportivos y sudaderas. Con eso me basta. — le dijo apretando su nariz con dulzura.
Ángel se sobó mientras caminaban hacia la tienda. Entraron a una tienda deportiva donde Micah compró todo un guardarropas.
Todos los empleados babean por Micah. Todos se les quedaban mirando y ni siquiera disimulaban. Ángel estaba molesto pero al mismo tiempo entendía que Micah era un hombre hermoso. Cualquiera se quedaba mirando a semejante semental.
— ¿Tú sabes que soy tuyo verdad?
Ángel parpadeó volviendo en sí.
— ¿Qué? — preguntó algo aturdido.
— Estás celoso y tus feromonas están afectando a los demás. — le musitó Micah.
Ángel se sonrojó y enterró su rostro en el pecho de Micah.
— ¡Dios, qué vergüenza!
Micah se rió y lo abrazó.
— No tienes que preocuparte por nada, yo solo tengo ojos para ti. — le aseguró Micah acariciando su mejilla.
Ángel le dio una dulce sonrisa y se relajó. Micah continuó eligiendo y probándose atuendos mientras Ángel se sentó a esperarlo.
— ¿Qué te parece este juego?
Micah se había probado un conjunto de sudadera con capucha y pantalones deportivos que le quedaban como si se los hubieran hecho a su medida. Sus muslos entallados se marcaban a la perfección y a Ángel se le hizo agua la boca. ¿Quién iba a pensar que un conjunto de sudadera se vería tan sexi?
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En Lo Profundo del Bosque
Fantasy⚠️ADVERTENCIA ⚠️ Esta historia es para adultos. Contiene escenas de sexo explícitas no aptas para menores de 18 años de edad. Si no eres mayor de 18 años, por favor no la leas. Esta es una historia basada en el omegaverse donde los hombres quedan e...