Luego de follarse dos veces en el baño, salieron de la tina. Micah tomó una toalla y se envolvió en ella. Cogió la bata detrás de la puerta y se la colocó a Ángel. Tomó otra toalla para secarle el cabello mientras Ángel lo miraba fijamente con ojos llenos de pasión. Algo que debió ser simple y no sexual, se volvió ardiente y picante.
Los brazos de Ángel fueron hasta el cuello de Micah envolviéndolo. Acarició sus cabellos rubios cómo el ámbar y enredó sus dedos en ellos. Micah pasó sus labios entreabiertos por su mandíbula dejando besos húmedos. Ángel gimió ante el toque de esa lengua mágica que le erizaba la piel. La erección de ambos se marcaba en la toalla y la bata, poniéndolos más calientes.
Micah lo cargó y lo llevó hasta la orilla de la cama para seguir secando su cabello.
— ¿Qué me ves? — preguntó Micah sonriendo.
— Solo memorizo cada detalle de tú cuerpo.
Las manos de Micah se detuvieron para mirarlo.
— No pienses demasiado. — le dijo sujetando su cuello para besarlo.
Ángel gimió y acarició su abdomen de acero para luego quitarle la toalla dejándola caer al piso. Deslizó sus manos por los fuertes muslos y sujetó su gran miembro subiendo y bajando. Micah ahogó un gemido.
— Estás tentando al diablo.
Ángel sonrió con malicia.
— Te dije que me follarías y me harías venirme cinco veces más. Pero no te dije que yo también te haría venir. ¿Puedo? — le preguntó rozando el pene contra sus labios.
Micah se sorprendió ante esa pregunta para luego asentir.
— No te garantizo que lo haré bien, pero lo intentaré lo mejor posible.
Dicho esto, se arrodilló agarrando el pene y lo lamió desde la base hasta la punta. Micah solo pudo cerrar los ojos. Ángel chupó su ingle y luego sus testículos mientras deslizaba el pene para arriba y para abajo.
Micah era enorme y el chance que toda esa carne cupiera en su boca era mínimo. Pero eso no lo detendría. Lamió la punta una vez más antes de abrir su boca y tragarlo. La calidez de la boca de Ángel estremeció a Micah. Se sentía tan bien sentir esa lengua jugando con su pene.
Ángel abrió la boca más grande y lo llevó hasta el fondo de su garganta. Lo chupaba y lo succionaba como una aspiradora.
— Ahhh. Dios, Ángel me estás mandando. — gemía Micah de placer acariciando sus abultadas mejillas.
Ángel chupaba y chupaba como si fuera una paleta. Micah lo agarró del cabello para que fuera más profundo. Lágrimas salían del rabillo de los ojos del chico, pero Ángel no se amedrentó.
Sus miradas chocaron y se dijeron un millón de cosas. Micah estaba completamente extasiado con esos ojos que se parecían a ese bosque que ahora estaba cubierto de nieve.
— Para o me correré en tu boca. — dijo con voz borracha de placer.
Ángel lo sujetó de las caderas más fuerte en señal de que lo hiciera. Eso fue todo lo que Micah pudo aguantar y se corrió con un grito bestial. Ángel absorbió cada gota de semen. Se lamió los labios sensualmente y le dió una sonrisa pícara.
— ¿Te gustó? — preguntó con una sonrisa ladeada.
Micah lo agarró del brazo y lo levantó arrojándolo sobre el colchón y le devoró la boca compartiendo su sabor.
— Eres el diablo personificado. ¿Dónde carajos aprendiste a hacer un oral así? — preguntó chupándole el cuello.
— Soy un estudiante muy aplicado. ¿Cree que pueda aprobar esta clase, profesor? — preguntó con un susurro.
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En Lo Profundo del Bosque
Fantasy⚠️ADVERTENCIA ⚠️ Esta historia es para adultos. Contiene escenas de sexo explícitas no aptas para menores de 18 años de edad. Si no eres mayor de 18 años, por favor no la leas. Esta es una historia basada en el omegaverse donde los hombres quedan e...