— ¿No es increíble eso de la impresión? Nunca imaginé que había tal cosa como literalmente morir de amor. Yo recuerdo haber leído algo de eso en la escuela, pero nunca pensé que conocería a alguien en la vida real. — Mark giró la cabeza hacia Terrence pero este tenía la vista fija en el paisaje. — Ter, por favor háblame.
— ¿Te molestaría dejarme en el apartamento?
— ¿Por qué quieres quedarte en el departamento?
— Estoy muy cansado y necesito dormir.
— Terrence, no es buena idea que estés solo en estos momentos. Déjame...
— Por favor, necesito estar solo.
— Como quieras. — respondió con decepción.
Manejaron en silencio el resto del camino. Una vez Mark se detuvo frente al departamento, Terrence abrió la puerta y salió. Se detuvo un segundo para decirle que regresara con cuidado. Ni siquiera le dio un beso de despedida.
Mark lo observó con los ojos llenos de lágrimas mientras Terrence cerraba la puerta. Puso las luces direccionales y salió del lugar. Terrence lo vio irse y se maldijo así mismo por lastimar a Mark, pero no quería que Mark lo viera en su momento más bajo.
Entró a su habitación y se tiró en la cama. Se sentía como la mierda a pesar de que había hecho lo correcto. Era la vida de Ángel o la de Horacio y era obvio que protegería a Ángel. Ese era su trabajo. Además el había sentenciado a Horacio de muerte por haberlo secuestrado. ¿Cuándo fue que Horacio se volvió tan hijo de puta? Terrence siempre lo admiró y le agradeció que fuera su mentor.
Terrence no quería pensar. Solo quería una noche sin sueños y no despertar hasta el día siguiente. Se quitó la ropa y se dirigió al baño. Necesitaba un buen baño para quitarse la mugre que sentía por todo su cuerpo. Abrió la ducha para dejar que el agua caliente rodara por su cuerpo. Sus pensamientos volvieron hacia Mark y en la cara de dolor que tenía.
— Eres un hijo de puta, Terrence.
Mientras Terrence se maldecía a sí mismo, Mark hacía un giro en u para regresar al departamento. Si Terrence pensaba que él lo dejaría solo en estos momentos, estaba muy equivocado. Abrió la puerta con la copia que Terrance le había dado y fue directamente a la habitación. Mark abrió la puerta con enojo, sorprendiendo a Terrence.
— Si tú crees que yo voy a permitir que te quedes solo pensando en lo que pasó anoche, estás muy equivocado. Yo soy tu pareja y si no te desahogas conmigo, ¿con quién más lo harás? ¿Por qué me echas a un lado cuando yo sé que me necesitas?
— Porque no quiero que veas este lado oscuro mío. Este lado al que no le tiembla el pulso para matar a alguien. — Mark se acercó y le acarició el rostro.
— Yo amo todos tus lados. Los oscuros, los llenos de luz y en especial tu lado salvaje. Yo amo a Terrence y todo lo que venga con él. Déjame estar a tu lado en tus momentos más difíciles y vulnerables. Déjame darte contención y paz en tus momentos de guerra. No quiero solo estar contigo cuando las cosas estén bien. Quiero estar contigo en todo momento para ayudarte a sobrellevar la carga. Te amo, Terrence. Por favor, no me alejes de ti. — suplicó entre lágrimas.
Terrence lo abrazó con fuerza llenándose de su magnífico olor. Besó sus ojos secando sus lágrimas. Este hombre era todo lo que necesitaba para encontrar la paz que su tumultuosa alma pedía a gritos.
— Perdóname. Soy un idiota. — admitió acariciando sus labios.
— Sí, eres un reverendo idiota, pero uno que amo con toda mi alma.
Terrence lo cargó y lo llevó hasta la orilla de la cama. Se arrodilló frente a él y le devoró la boca. Mark rodeó sus manos en su cuello profundizando el beso.
ESTÁS LEYENDO
En Lo Profundo del Bosque
Fantasy⚠️ADVERTENCIA ⚠️ Esta historia es para adultos. Contiene escenas de sexo explícitas no aptas para menores de 18 años de edad. Si no eres mayor de 18 años, por favor no la leas. Esta es una historia basada en el omegaverse donde los hombres quedan e...