Capítulo 53 - De regreso 🔞

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Francis y Lucia regresaron a California. Ambos estaban tan enojados que la tensión en el avión podía cortarse con un cuchillo. 

Lucia lloraba de impotencia y rabia. ¿Cómo era posible que ese maldito negro estuviera embarazado de su Micah? ¡Maldición! Tenía que hacer algo para separarlos. No iba a dejar que un bastardo le quitara lo que es suyo.

— Lo siento mucho, hija. De verdad no esperaba que Micah hiciera algo así.

— Ese bastardo seguro lo hizo a propósito para sacarle dinero. No puedo creer que Micah se dejara embaucar de esa manera. ¿Qué vamos a hacer ahora, padre? Yo no quiero perder a Micah. — lo miró con ojos suplicantes. Lucia sabía la debilidad de Francis por ella y la utilizaría al máximo.

Francis tomó su mano dándole consuelo.

— No te preocupes, Micah se casará contigo pase lo que pase.

Lucia le dió una sonrisa tímida pero que escondía los más siniestros pensamientos. 

<<Viejo estúpido. Voy a acabar con todos ustedes. Tu imperio será mío.>>

Luego de cinco horas y media, el jet privado arribó a California. Francis le pidió a Horacio que dejara a Lucia en su casa primero y luego siguiera hasta la mansión. El enojo de Francis se hacía más fuerte cada vez que recordaba la discusión con Micah. ¿Cómo pudo hacer semejante estupidez? Francis necesitaba un trago y lo necesitaba a él. Sacó el celular del bolsillo y mandó un mensaje de texto.

"Te necesito. Te espero en el lugar de siempre."

"Ahí estaré."

Volvió a guardar el móvil y suspiró profundamente. Él era lo único bueno entre tanta mierda. Cerró los ojos y se concentró en su amor el resto del camino.

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Francis llegó a la mansión de mal humor. No quería ver ni hablar con nadie, pero Diane bajaba las escaleras en esos momentos.

— ¿Dónde está Micah?

— Tu hijo no quiso venir. — respondió con desdén.

— ¿Qué quieres decir?

— Eso, que tu hijo se dejó embaucar por un bastardo muerto de hambre y lo preñó.

— ¡¿Qué?! No te entiendo, ¿podrías explicarte mejor? — preguntó confundida.

— Micah embarazó al bastardo con el que está y cuando le dije que no permitiría esa relación, me dijo que le importaba un carajo si yo la aceptaba o no. ¿Te das cuenta de lo grave de este asunto? Su prometida fue a buscarlo y ¡él estaba con otro!

— Eso es lo único que te importa, ¿verdad? Lo que siente Lucia, no lo que siente Micah. ¡Micah es tu hijo, no esa mosca muerta!

— ¡No la llames así! Lucia es la mujer perfecta para Micah, no ese muerto de hambre.

— Pues ese muerto de hambre es el alma gemela de nuestro hijo lo aceptes o no.

— Tu hijo. Desde hoy ha dejado de ser mi hijo. Y si cree que tocará un solo centavo de mi fortuna, está muy equivocado.

— ¿Qué quieres decir con eso? 

— Que si no se casa con Lucia, lo voy a desheredar. Yo no construí este imperio para que un pata en el suelo venga a querer adueñarse.

¿Tu imperio? — preguntó con una risa socarrona.

— ¿Debo recordarte que "tu imperio" fue construido gracias a mi dinero? Sin mí no hubieras llegado a donde estás.

En Lo Profundo del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora