Capítulo 43 - Sin condiciones 🔞

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Mark había preparado su especialidad: lasagna. Estaba seguro que a Terrence le encantaría. Él parecía un hombre que estaba necesitado de una buena comida casera. Preparó lasagna, carne asada, puré de papas con trocitos de tocino, panecillos y pastel de manzana. Sí, era mucha comida para dos personas, pero Terrence podría llevarse un poco para comer al día siguiente. El timbre de la puerta lo sacó de sus pensamientos y Mark fue corriendo a abrirla.

Mark se quedó embelesado mirando al monumento de hombre que estaba parado en la puerta. Se había afeitado y ese atuendo lo hacía parecer un modelo de revista. Definitivamente no se había dado cuenta lo bello que era Terrence.

— Justo a tiempo, ¿no?

— Justo a tiempo. — respondió saliendo de su ensimismamiento.

— Pasa.

Terrence entró y le entregó los vinos para luego tomarlo del cuello y besarlo.

— La cantidad de fantasías que acaban de pasar por mi mente al ver ese delantal deberían ser ilegales. — susurro con la respiración acelerada.

— Espero cumplir al menos una de ellas. — replicó Mark sensualmente, acariciando su mejilla. 

— No me provoques o saltaremos la cena para ir directamente al postre.

Mark sonrió y lo dirigió hasta el comedor.

— Puedes dejar tu chaqueta en el mueble. La cena ya está lista.

Terrence dejó la chaqueta donde le indicaron y se dirigió a la mesa. Descorchó la botella de vino para dejarlo respirar y encendió las velas que estaban sobre la mesa. Mark había creado un ambiente bastante romántico y Terrence estaba más que complacido.

Mark colocó los platillos en la mesa y se sentó al lado de Terrence.

— Mmm, mmm, mmm. Todo se ve delicioso.

— Espero sea de tu agrado. Pensé que una comida casera te haría sentir bien.

— Y acertaste. Llevo comiendo comida chatarra por más de una semana.

— Pues buen provecho.

Terrence llenó las dos copas de vino y le pidió a Mark alzar la suya.

— Brindemos.

— ¿Por qué brindamos?

— Por nuevos comienzos.

— Por mirar al futuro y olvidar el pasado.

Ambos chocaron sus copas y tomaron un sorbo de vino.

— Ummm, que rico.

— Es el vino del padre de Micah.

— ¿En serio?

— Sí.

— Sabe delicioso. No es muy seco y las especias están al punto justo.

— Es mi favorito por eso lo traje para compartirlo contigo.

— Gracias. Bon appetit.

Mark le sirvió un poco de todo en porciones moderadas.

— ¡Mmmmm! ¡Está delicioso! Wow, no sabía que fueras tan buen cocinero. — exclamó Terrence luego de probar la comida.

— Me alegro que te guste.

— Está exquisito. 

Mark le dio una enorme sonrisa.

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