Hoy la casa Saenz-Silvarez está de fiestas. Hoy se celebra el cumpleaños número 21 de la señorita y princesa de la casa. Toda la mancuerna social estaría presente para celebrar el gran acontecimiento. Sería la noche donde debutaría como la soltera del año.
Amanda era una joven extremadamente hermosa e inteligente y con un fuerte carácter. Era una joven que no se dejaba amedrentar por las reglas sociales y cuando quería algo lo conseguía. Amanda era una omega dominante que irradiaba clase y elegancia. Donde llegaba todas las miradas se posaban en ella y eso le encantaba. Adoraba ser el centro de atención.
Esa noche sería la antesala para conocer pretendientes que fueran de su altura. Amanda venía de muy buena familia, por lo tanto su futuro prometido tenía que ser igual o mejor. La alta sociedad del país había sido invitada a este gran evento y casi todos asistieron. La crême de la crême estaba reunida así que las chances de encontrar al indicado eran muy altas.
Todo estaba listo para su gran entrada como anfitriona de la fiesta. Todos esperaban con ansias ver a la hermosa joven que le robaría el corazón a todos los allí presentes. Los alfas más hermosos del país estaban presentes, entre ellos Rogelio Dermond Aster. Un alfa de casi dos metros con ojos de color gris, tez blanca y cabello negro liso. Nariz perfilada, cejas abultadas, mandíbula triangular y labios muy carnosos.
Era el tipo de hombre que detenía el tráfico y todos tenían que mirarlo por lo hermoso que era. Tenía un aura de realeza que podía hacer que cualquiera se rindiera a sus pies. Era así de impresionante.
Rogelio era hijo mayor de tres hermanos. Como el mayor, se esperaba que tomara el control de la compañía y que se casara con una mujer digna de la aprobación de su padre. Tenía que ser una mujer que le diera hijos alfas y bellos como todos en su familia.
El momento que todos estaban esperando llegó. Amanda descendió de las escaleras en espiral capturando la mirada de todos. Vestía un vestido con hombros descubiertos y lentejuelas con ribete de plumas manga larga color verde esmeralda. El color resaltaba su suave piel blanca y sus hermosos ojos marrones. Su cabello estaba sujetado en el lado derecho con un hermoso peine de perlas. Se veía extremadamente hermosa.
Todos los ojos estaban en ella, pero sus ojos solo estaban en él. En el hombre que en ese preciso momento también tenía sus ojos grises en ella. Fue un encuentro de miradas electrizante. Una corriente eléctrica que recorrió todo su ser y le estremeció el alma.
Amanda lo recorrió de pies a cabeza y pudo notar que exudaba clase, elegancia y sí, fiereza.
Vestía un traje de dos piezas de corte clásico en tonos azul marino con chaqueta entallada, solapas anchas, pantalón de corte recto y una camisa blanca de algodón de manga larga con cuello puntiagudo. Corbata delgada con patrones sutiles, un chaleco que hacía juego con el traje para agregar un toque de elegancia adicional. Zapatos de cuero negro muy pulidos y calcetines negro.
Un sombrero fedora, el cual sostenía en su mano complementaba el atuendo. Un reloj de pulsera elegante y delgado para completar el look. Su cabello pulido y peinado hacia atrás sin una hebra fuera de lugar. Tenía unos gemelos discretos y un pañuelo de bolsillo en el bolsillo de la chaqueta. Definitivamente era toda una visión.
Amanda descendió las escaleras y tomó la mano de su padre quien la esperaba al pie de las escaleras.
— Estás más hermosa que siempre. — le susurró Efraín en el oído.
— Gracias, papi. — le respondió dándole un beso.
Amanda era la luz de los ojos de Efraín. La había criado como una princesa dándole todos los gustos e inculcándole que se merecía lo mejor y que no se conformara con alguien mediocre. Ella era una princesa, por lo cual se merecía un príncipe.
Luego de conversar con los invitados, Amanda estaba aburrida. Nadie le había llamado la atención como lo había hecho él, pero lo había perdido entre la multitud.
Amanda decidió salir al balcón para tomar un poco de aire fresco soltando un largo suspiro.
— Debe ser agotador ser tan hermosa y deseada.
Amanda se sobresaltó ya que pensaba que estaba sola.
— Un poco. — contestó la joven.
— Rogelio Dermond Aster, encantado. — se presentó besando su mano.
Si ver chispas cuando las pieles se tocan fuera posible, todo el mundo lo hubiera presenciado.
— Amanda Sáenz Silvarez
— Un placer placer conocer a una diosa como usted, señorita Sáenz Silvarez.
— Por favor tuteame, me haces sentir vieja. — dijo con una sonrisa que mostraban sus dientes perlados perfectamente alineados.
— Como quieras. Tienes una sonrisa muy hermosa. Tus ojos brillan cuando sonríes. Envidio a aquel que tenga el placer de ser la causa de tu sonrisa.
Amanda lo miró fijamente y volvió a sonreír, esta vez con una sonrisa coqueta.
— ¿Por qué estas aquí tan alejada de tu propia fiesta?
— Como dijiste, es bastante agotador ser tan deseada. Tanto blah blah blah me estaba dando dolor de cabeza. Esta gente habla hasta por los codos.
Rogelio se carcajeó y Amanda se quedó totalmente atónita de lo hermosa que sonaba su risa.
— ¿Me acompañas a dar una vuelta por los jardines?
— Me encantaría.
Pasaron la mayor parte de la noche platicando. Tenían una conexión increíble.
Platicaron sobre sus sueños, planes, matrimonio, familia.
—El hombre que elijas será el más afortunado del mundo. Ojalá y sepa cómo valorar a una diosa. — le dijo acariciando su mejilla.
— ¿Y cómo se trata a una diosa según tu? — indagó algo divertida.
Cortó la distancia que los separaba y le susurró al oído.
— Como lo más valioso y preciado que pueda tener en su vida. — contestó retrocediendo.
El calor de su respiración en su oído fue cómo ser electrocutada.
Amanda lo agarró de las solapas y lo besó.
Rogelio estaba tan sorprendido que no supo cómo reaccionar, hasta que Amanda empujó su lengua en su boca.
La tomó de la cintura y tomó el control del beso. Le succionó la lengua arrasando con su cavidad bucal, mordiendo y chupando dejándola sin aire.
Amanda quería todo de este hombre. Y lo que Amanda quiere, Amanda obtiene.
¿En qué momento esta mujer cambió?
¿Qué creen ustedes que pasó?
Déjenme saber en los comentarios.
Así me la imagino de joven.
¡Nos leemos pronto!
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En Lo Profundo del Bosque
Fantasia⚠️ADVERTENCIA ⚠️ Esta historia es para adultos. Contiene escenas de sexo explícitas no aptas para menores de 18 años de edad. Si no eres mayor de 18 años, por favor no la leas. Esta es una historia basada en el omegaverse donde los hombres quedan e...