Lorenzo había tenido una noche de perros. No solo había dormido incómodo, sino que no pudo dejar de escuchar los gemidos de esos dos. El tal Ángel definitivamente era una máquina de sexo. Era insaciable y Micah no se quedaba atrás dándole lo que el omega le pedía.
Si Lucia supiera como follaron toda la noche, le daría un infarto. Esos dos eran como conejos follando. Lorenzo no se imaginó que después de una noche maratónica de sexo, Angel montaría a Micah de nuevo esta mañana. Definitivamente esos dos eran unas bestias cuando de sexo se trataba.
Todo el cuerpo le dolía por la mala noche que pasó y estaba de mal humor porque aún no había consumido cafeína. Solo habían pasado dos días y aun no veía la forma de como secuestrar a Ángel sin que Micah se diera cuenta.
"Amor ven a desayunar. Te preparé una avena con pan tostado como te gusta."
"Hoy no quiero eso." — dijo haciendo un puchero.
"¿No? ¿Entonces qué desea comer mi negrito hoy?"
"Quiero tostadas francesas de la cafetería donde trabajaba Mark."
"Bueno, entonces vístete para que vayamos."
"No quiero salir. Me siento como si me hubiera pasado un camión por encima."
"¿Y qué esperabas después del maratón de anoche?" — Ángel se encogió de hombros restándole importancia.
"Llamaré a Terrence para que recoja la orden."
"Puedo quedarme solo."
"Ni siquiera lo pienses."
"No es tan lejos, serían solo unos 20 minutos."
"Solo se necesitan segundos para que pase algo. Llamaré a Terrence."
— ¡Maldición! Este hombre no se despega ni un momento. Tendré que pensar en otro plan para deshacerme de él.
Tin
(¿Dónde estás?)
— A unos metros de la cabaña.
(Envíame la ubicación.)
— Es peligroso, si Micah te ve reconocerá.
(No te preocupes. Seré cuidadoso.)
Lorenzo le envió la ubicación de la cabaña y en menos de 15 minutos Horacio apareció. Se montó en el coche junto a Lorenzo observando la entrada de la cabaña.
— ¿Alguna novedad? — indagó con rostro ilegible.
— ¿Aparte de que follan como conejos en celo? No.
— ¿Los escuchaste?
— Para mi desgracia, sí. Toda la noche y esta mañana. Ese omega es puro fuego, con razón Micah está loco por él. No sé cuánto tiempo más podré soportar esto.
— No tendrás que esperar más. Nos desharemos de él ahora mismo.
— ¿Qué quieres decir?
— ¿Solo están ellos dos adentro?
— Sí. Micah llamó a Terrence para que fuera a comprarles desayuno.
— Perfecto. Entonces es ahora de actuar. Tú tocaras la puerta y cuando abran, yo entraré apuntandolos con mi pistola. Micah no se arriesgará a que su omega salga lastimado así que no hará nada.
— No creo que sea buena idea.
— ¿Quieres seguir escuchándolos follar todo el día?
— Claro que no.
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En Lo Profundo del Bosque
Fantasy⚠️ADVERTENCIA ⚠️ Esta historia es para adultos. Contiene escenas de sexo explícitas no aptas para menores de 18 años de edad. Si no eres mayor de 18 años, por favor no la leas. Esta es una historia basada en el omegaverse donde los hombres quedan e...