Capítulo 49 - Tremendo susto 🔞

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Cuando Micah y Terrence regresaron al hospital, Ángel aún estaba dormido. Micah respiró aliviado ya que no quería que Ángel se despertara y que no lo viera.

— Terrence, Micah. Qué bueno que están bien.

— Claro que sí, hermoso. Te dije que no había nada de qué preocuparse. — dijo dándole un beso. Mark se sonrojó.

— ¿Se despertó en algún momento?

— No. Apenas se movió.

— Bien. Tenía miedo de que despertara y se alterara por no verme.

— Mark, necesitamos hablar contigo de algo muy delicado.

— ¿Qué sucede?

— ¿Qué tan bueno eres hackeando?

— Soy el mejor de la universidad, ¿por qué?

— Porque necesito que hackees la cuenta bancaria de mi padre.

— ¡¿EH?!

— Mi padre ha decidido desheredarme y cerrarme todas las puertas para que no pueda conseguir trabajo. Si fuera yo solo, no me importaría. Pero están Ángel y los gemelos, no puedo desampararlos.

— No, claro que no. Traer un niño al mundo es mucha responsabilidad, imagínate dos. Disculpa Micah pero tu padre es un hijo de puta.

— Te juro que lo desconozco. ¿Crees que puedas ayudarme?

— Por supuesto que sí. No permitiré que mis sobrinos pasen trabajo por culpa del gruñón de su abuelo.

— ¿Sobrinos? — preguntaron Micah y Terrence al unísono.

— ¡Claro que son mis sobrinos! Ángel es muy importante para mí por lo cual sus gemelos también lo son.

— Gracias, Mark. Mis hijos tendrán el mejor de los tíos. — dijo Micah sonriendo.

— Iré a casa a buscar mi computadora. Será mejor que empecemos de una vez. Mientras más rápido lo hagamos mejor, así lo tomamos de sorpresa.

— Te acompaño ya que vinimos en mi auto.

— Ok. Ya regresamos.

— Tomnse su tiempo. — dijo Micah con un guiño de ojo.

Terrence solo rio y salieron de la habitación. Micah se acercó a la cama de Ángel y lo tomó de la mano acariciándolo. Ángel se movió para luego abrir los ojos.

— Hola dormilón.

Ángel se sobresaltó y de inmediato recordó dónde estaba.

— Los bebés, ¿cómo están los bebés? ¿Lo perdí? ¿Perdí a uno de los bebés? — preguntó angustiado.

— Shh. Tranquilo, los bebés están bien.

— ¿No me estás mintiendo?

— Nunca te mentiría con algo así. La doctora buscó una máquina diferente y pudo encontrar el latido de ambos corazones. Mira, los dos están bien. — le aseguró Micah mostrándole una imagen del ultrasonido.

Ángel rompió en llanto, pero esta vez de alegría y alivio.

— Tremendo susto que nos hizo pasar.

— Sí amor, pero gracias a Dios solo fue un susto. Ya puedes estar tranquilo. Necesitas estar bien para que podamos irnos de aquí pronto.

— Entonces si estoy bien, ¿por qué tengo que quedarme aquí esta noche?

En Lo Profundo del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora