Diane estaba feliz. Por fin después de un mes vería a su niño. Su niño que ya no era tan niño. Pronto tendría su propia familia y eso la llenaba de orgullo y felicidad.
Micah nunca se dio por vencido. Lucho y lucho hasta encontrar a ese chico con el que soñó hace diez años. Él no era como ella. El no se conformaría con las sobras de otro. El sí supo buscar a alguien que lo amara solo a él y que arriesgara todo por estar juntos.
<<Yo nunca tuve esa oportunidad. Siempre supe que nunca me amarías porque siempre estuviste enamorado de él.>>
Diane miró las nubes a su alrededor. Fue su culpa por aceptar ese matrimonio aún sabiendo que Francis no la amaba. Fue una ilusa al pensar que con el tiempo se olvidaría de Robert. Pero fue todo lo contrario. El tiempo fortaleció ese amor aún más. Todavía recuerda cuándo los descubrió besándose en el hospital cuando Francis despertó del coma.
"Ya llevas más de un mes postrado en esta cama. ¿Hasta cuando piensas hacerme sufrir? ¿No ves que me estoy volviendo loco sin tus besos y caricias? Por favor amor, regresa a mi. Te necesito más que el aire que respiro. Escucha mi voz. Siente el latido de mi corazón que solo late por ti. — le dijo poniendo la mano de Francis en su pecho.
Las lágrimas continuaban cayendo ante la impotencia de verlo en esa condición. Robert bajó la cabeza y estalló en llanto. No podía soportar el dolor de ver a su amor así. Daría todo por que despertara.
"¿Esos latidos son por mí?"
Robert se paró como un resorte al escuchar la voz de Francis.
"¡Amor, estás despierto!" — lo abrazó con todas sus fuerzas.
"¿Cómo no despertar si tu me estabas esperando?"
"No sabes lo que he rezado porque volvieras a mí."
"Escuché todo lo que me decias pero mi cuerpo no respondía. Yo también te amo y tu también eres el aire que respiro. Sin ti prefiero estar muerto. Por favor no vuelvas a dejarme. Nada tiene sentido si no estás a mi lado." — le suplicaba entre lágrimas.
"Te lo prometo. Nunca más volveré a apartarme de ti. Pase lo que pase me quedaré a tu lado." — le aseguró fundiéndose un beso descomunal.
Ellos nunca supieron que Diane los había visto y escuchado. Después de ese día su aborrecimiento por Robert se intensificó. Ya sentía celos de esa relación tan estrecha que tenían, pero confirmar que eran amantes fue la gota que derramó el vaso.
Aún sabiendo que se amaban, siguió con los planes de bodas. De verdad creía que Francis se enamoraría de ella. La noche de bodas fue lo más desastroso de su vida porque no hubo noche de bodas. Francis se emborrachó de tal manera que se quedó dormido.
Micah fue literalmente un accidente. Francis entró en su celo y Robert estaba de viaje. Francis no pudo soportarlo más y se metió a la habitación de Diane haciéndola suya. No hubo besos ni caricias. Solo sexo salvaje. Esa fue la primera y última vez que hicieron el amor.
Para suerte de Diane, había quedado embarazada esa misma noche. Francis al principio estaba furioso. Pero Frank le recordó que la razón del matrimonio era porque necesitaba un heredero. Con el tiempo se acostumbró a la idea y terminó amando a Micah.
Siempre lo consintió hasta que llegó esa mocosa. Fue como si ella fuera la hija de Francis y no Micah. Luego se le ocurrió esa estúpida idea de comprometerlos desde niños. Pero antes muerta que ver a su hijo casado por conveniencia y menos con Lucia. Diane nunca la soportó.
— Disculpe, ¿se encuentra bien?
Diane observó al monumento de hombre frente a ella. Era un hombre de al menos casi dos metros, pelo rizado, ojos verde esmeralda y piel morena. Nunca había visto un hombre tan hermoso. Pestañeó un par de veces volviendo en sí.
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En Lo Profundo del Bosque
Fantasy⚠️ADVERTENCIA ⚠️ Esta historia es para adultos. Contiene escenas de sexo explícitas no aptas para menores de 18 años de edad. Si no eres mayor de 18 años, por favor no la leas. Esta es una historia basada en el omegaverse donde los hombres quedan e...