El funeral de Amanda fue rápido. Después de todo solo era él. El director de la funeraria se ofreció a acompañarlo pero Ángel se negó. A pesar de las buenas intenciones de Arturo, Ángel no se sentía cómodo rodeado de extraños.
Luego de una hora, los sepultureros llevaron el cuerpo de Amanda hacia la parte de atrás de la casa donde sería sepultada. Este era el final.
Ángel se mantuvo mirando el lugar donde su abuela descansaría para siempre y un escalofrío lo invadió.
<<¿Adonde iras abuela? ¿Al cielo, al infierno o te quedarás en el limbo?>>
Fue extraño pensar en eso. No es que su abuela fuera una mala persona, pero tampoco había sido la mejor. Ángel estaba seguro que Amanda no siempre fue así. Estaba seguro que algo tuvo que haberle pasado para convertirse en una mujer tan amargada y rencorosa. Pero nunca sabría la verdad ya que la única persona que podía contarle estaba muerta.
Los sepultureros cubrieron con tierra toda la tumba y pusieron la corona de flores encima. Luego se despidieron y se marcharon.
Ángel observó la tumba un minuto más y luego alzó su mirada hacia el horizonte. El día estaba frío y nublado. Los meteorólogos habían anunciado nieve para la zona y apenas estaban en otoño.
Respiro profundo y se dirigió al interior de la casa. Decidió que tomaría una siesta ya que estaba mental y físicamente agotado.
— Ya quiero que termine el día. — dijo en voz baja. Pero el día apenas comenzaba.
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Ángel se despertó después de tres horas con un hambre voraz.
— A ver qué hay de comer.
Miró en el refrigerador pero no encontró nada apetecible.
— Me olvidé de hacer compras. Tendré que ir más tarde al super.
Toc, toc
Dos golpes en la puerta lo hicieron fruncir el ceño. Nadie lo visitaba y no le había dicho a nadie que su abuela había fallecido.
Tocaron de nuevo y Ángel se dirigió a la puerta.
— Hola Ángel.
Ángel se sorprendió al ver a Mark Jones en la puerta de su casa. Él nunca había visitado la cabaña en todo el tiempo que llevaba viviendo ahí. ¿Qué hacía allí ahora?
— Mark, ¿que te trae por aquí? — preguntó Ángel sorprendido.
— Vine a traerte esta cacerola de comida y a darte el pésame por la muerte de tu abuela. Nos acabamos de enterar. ¿Por qué no nos avisaste de su fallecimiento? Me..., digo, nos hubiera gustado acompañarte. — dijo el joven alfa.
Mark Jones era un alfa hermoso y codiciado por todos. Media por lo menos 1.90 con un cuerpo que parece haber sido esculpido a mano. Unos ojos marrones con tonos verdosos picarones que cuando sonreía brillaban. Su cabello era negro y cortado a la moda. Su nariz era perfilada y larga. Sus labios eran finos y muy rojos. Definitivamente era un hombre hermoso.
Pero Ángel no podía darse el lujo de mirarlo ni a él ni a nadie.
— Fue algo repentino. Te agradezco las condolencias pero no debiste molestarte.
— No es ninguna molestia. Se lo doloroso y difícil que es perder a un ser querido. En estos momentos es cuando más necesitas el apoyo de alguien. La soledad no es buena consejera.
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En Lo Profundo del Bosque
Fantastik⚠️ADVERTENCIA ⚠️ Esta historia es para adultos. Contiene escenas de sexo explícitas no aptas para menores de 18 años de edad. Si no eres mayor de 18 años, por favor no la leas. Esta es una historia basada en el omegaverse donde los hombres quedan e...