Capítulo 52 - Medidas extremas

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Ángel se despertó con las manos de Micah acariciando su vientre. Se había vuelto costumbre sentir sus manos en su pancita que aún no se notaba.

— Hola. — le dijo Micah con una enorme sonrisa.

— Hola.

— ¿Cómo te sientes?

— Contigo a mi lado, siempre bien. Me encanta despertar y verte junto a mí.

— A mí también. Me encanta verte dormir, te ves tan hermoso y tranquilo.

— Tú me das esa tranquilidad. — lo abrazó y respiró su olor.

— Te amo tanto, mi negrito de chocolate. Tú y los querubines son mi vida. Ustedes son todo lo que necesito para ser feliz.

— Yo también te amo, Micah. No te imaginas cuánto.

Micah besó su frente y se levantó de la cama para vestirse.

— Será mejor que nos vistamos. Mark y Terrence deben de estar por llegar.

— ¿No crees que se han tardado mucho?

— Seguramente estaban tan ocupados como nosotros. — dijo guiñándole un ojo.

Ángel dio una risita pícara y se puso la bata.

— Me alegro mucho por Mark. Él se merece a alguien que lo haga feliz. Aunque me preocupa mucho esa relación. Terrence tendrá que volver a California y lo dejará solo.

— Terrence no se irá. Yo le pedí que se quedara como mi guardaespaldas.

Ángel se sorprendió con esa noticia.

— ¿Y él aceptó?

— En realidad él ya había tomado la decisión de quedarse, por Mark.

— ¿No jodas?

— Mark no es el único que quedó flechado.

— Ya veo.

Ambos se rieron con complicidad. Micah le quitó el seguro a la puerta justo en el momento en que Terrence y Mark llegaban.

— ¡Oh! Pensé que se les había olvidado el camino al hospital.

— Micah, deja de molestarlos. Pasen chicos.

Micah se carcajeó ante la cara de estupor de Mark y la mirada asesina de Terrence.

— Qué bueno verte bien, Ángel. — expresó Mark acercándose a la cama.

— Gracias, Mark. Saber que los querubines están bien me tranquiliza.

— ¿Querubines? — preguntaron al mismo tiempo Terrence y Mark.

— Sí. Su mamá se llama Ángel así que son querubines. — explicó Micah con una sonrisa de oreja a oreja.

Terrence y Mark sonrieron con aprobación.

— Eso está perfecto. Y seguro que serán tan hermosos como sus padres.

— Gracias.

— Bueno, a lo que vinimos. Micah, necesito toda la información que puedas darme de la cuenta de tu padre. Mientras más información, mejor.

— ¿Y no es peligroso lo que piensan hacer? ¿Qué pasa si los descubren? — preguntó Ángel preocupado.

— De aquí a que se entere, ya nada podrá hacer. Estoy usando redes privadas virtuales (VPN) y  servidores proxy para ocultar mi dirección IP y cifrar el tráfico de internet, lo que dificulta rastrear mis actividades en línea.

En Lo Profundo del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora