Ángel se despertó con las manos de Micah acariciando su vientre. Se había vuelto costumbre sentir sus manos en su pancita que aún no se notaba.
— Hola. — le dijo Micah con una enorme sonrisa.
— Hola.
— ¿Cómo te sientes?
— Contigo a mi lado, siempre bien. Me encanta despertar y verte junto a mí.
— A mí también. Me encanta verte dormir, te ves tan hermoso y tranquilo.
— Tú me das esa tranquilidad. — lo abrazó y respiró su olor.
— Te amo tanto, mi negrito de chocolate. Tú y los querubines son mi vida. Ustedes son todo lo que necesito para ser feliz.
— Yo también te amo, Micah. No te imaginas cuánto.
Micah besó su frente y se levantó de la cama para vestirse.
— Será mejor que nos vistamos. Mark y Terrence deben de estar por llegar.
— ¿No crees que se han tardado mucho?
— Seguramente estaban tan ocupados como nosotros. — dijo guiñándole un ojo.
Ángel dio una risita pícara y se puso la bata.
— Me alegro mucho por Mark. Él se merece a alguien que lo haga feliz. Aunque me preocupa mucho esa relación. Terrence tendrá que volver a California y lo dejará solo.
— Terrence no se irá. Yo le pedí que se quedara como mi guardaespaldas.
Ángel se sorprendió con esa noticia.
— ¿Y él aceptó?
— En realidad él ya había tomado la decisión de quedarse, por Mark.
— ¿No jodas?
— Mark no es el único que quedó flechado.
— Ya veo.
Ambos se rieron con complicidad. Micah le quitó el seguro a la puerta justo en el momento en que Terrence y Mark llegaban.
— ¡Oh! Pensé que se les había olvidado el camino al hospital.
— Micah, deja de molestarlos. Pasen chicos.
Micah se carcajeó ante la cara de estupor de Mark y la mirada asesina de Terrence.
— Qué bueno verte bien, Ángel. — expresó Mark acercándose a la cama.
— Gracias, Mark. Saber que los querubines están bien me tranquiliza.
— ¿Querubines? — preguntaron al mismo tiempo Terrence y Mark.
— Sí. Su mamá se llama Ángel así que son querubines. — explicó Micah con una sonrisa de oreja a oreja.
Terrence y Mark sonrieron con aprobación.
— Eso está perfecto. Y seguro que serán tan hermosos como sus padres.
— Gracias.
— Bueno, a lo que vinimos. Micah, necesito toda la información que puedas darme de la cuenta de tu padre. Mientras más información, mejor.
— ¿Y no es peligroso lo que piensan hacer? ¿Qué pasa si los descubren? — preguntó Ángel preocupado.
— De aquí a que se entere, ya nada podrá hacer. Estoy usando redes privadas virtuales (VPN) y servidores proxy para ocultar mi dirección IP y cifrar el tráfico de internet, lo que dificulta rastrear mis actividades en línea.
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En Lo Profundo del Bosque
Fantasy⚠️ADVERTENCIA ⚠️ Esta historia es para adultos. Contiene escenas de sexo explícitas no aptas para menores de 18 años de edad. Si no eres mayor de 18 años, por favor no la leas. Esta es una historia basada en el omegaverse donde los hombres quedan e...