Capítulo 56 - Derek

92 17 44
                                    

<<¡Mierda! Estoy tarde otra vez.>>

Mariel siempre llegaba tarde a la universidad. Por una u otra razón, el despertador nunca la despertaba a tiempo. Su madre odiaba la impuntualidad y para ella Mariel era un castigo que estaba viviendo.

Mariel no pudo evitar sonreír cuando recordaba el cólera que sufría su madre cada vez que la veía irse tarde. Si Amanda supiera que ese mal hábito aún no se le ha quitado.

A pesar de vivir en el dormitorio de la universidad, siempre estaba tarde. Por suerte sus maestros la apreciaban y nunca la regañaban. Decidió que subir las escaleras era más rápido que el ascensor. Subía los escalones dos a la vez para ganar tiempo.

¡Uff!

Al doblar la esquina chocó con lo que ella pensó era un muro. Sus libros cayeron al piso y ella casi cae de nalgas si el muro con el que chocó no la agarra.

— ¡Lo siento!

— No, fue mi culpa.

Mariel se quedó estática al ver semejante hombre. Debía medir casi dos metros. Tenía una piel morena hermosa, cabello rasta y los ojos verdes más hermosos que haya visto en su vida.

— ¿Estás bien? ¿No te lastimaste?

— Um, no. Estoy bien.

— Me alegro. Aquí tienes. — dijo entregándole los libros.

— La próxima vez ve más despacio o puedes lastimarte realmente.

Le dió la más tierna de las sonrisas y siguió su camino. Mariel se había quedado pasmada ante semejante sonrisa. Era el hombre más espectacular que había conocido.

Saliendo de su ensimismamiento corrió escaleras arriba hacia su clase.

***************************

— ¿Y a ti qué te pasa qué estás tan callado?

— Acabo de conocer a la mujer que será mi esposa.

Sus amigos lanzaron una carcajada estruendosa.

— Esa estuvo buena, Derek.

— Es en serio. Es la mujer más hermosa que he visto en mi vida.

— Eso dices de todas las mujeres bonitas que conoces.

— Esta es diferente. No sé porque pero siento que es ella la indicada.

— Oooh, ¿no me digas que apareció la que en verdad domará al gran Derek?

— Pues tengo para decirte que sí.

Sus amigos se miraron el uno al otro sorprendidos.

— ¿Me estás jodiendo?

— No, hermano. Esta vez si dejo la soltería.

— ¿Y cómo se llama la diosa que le robó el corazón al alfa más codiciado de la universidad?

— No se lo pregunté.

— jajajaja. Tu si que estás de remate. Antes de darle el anillo, asegúrate de saber su nombre.

— Imbécil.

Derek sabía cómo eran sus amigos. Nunca se tomaban nada en serio. Siempre tenían una burla para él, especialmente si se trataba de mujeres.

<<Tal Vez no debí decirles nada.>>

Tomó su mochila y se dirigió a su próxima clase. La próxima vez que se la encontrara, le preguntaría su nombre y le pediría su número de teléfono. Esta vez no la dejaría escapar.

En Lo Profundo del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora