Capítulo 32 - Cásate conmigo 🔞

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Después de la fiesta debutante de Amanda, ella y Rogelio se volvieron muy cercanos. Amanda le había dicho a su padre que Rogelio le interesaba. Efraín sabía quiénes eran los Dermond-Aster. Él sabía que era una familia influyente y muy respetable. Para él no era una sorpresa que Amanda se hubiese fijado en él.

Él conocía muy bien a su hija y Amanda no era una de esas muchachas alocadas que se fijaban en cualquier hombre. Ella siempre supo lo que quería en un hombre y Rogelio Dermond al parecer lo tenía.

Rogelio fue formalmente a pedir permiso para cortejar a Amanda. Él sabía que una mujer como ella merecía que hicieran las cosas bien y eso incluía el presentarse formalmente como su pretendiente. Después de haber obtenido el permiso de sus padres, Amanda y Rogelio empezaron a salir. Eran prácticamente inseparables.

El amor entre ellos floreció más rápido de lo que esperaban. Amanda se enamoró perdidamente de Rogelio y él no se quedaba atrás. Para él, Amanda era todo y más de lo que deseaba en una mujer.  Le encantaba su forma de ser. Lo fuerte que era pero al mismo tiempo tierna. Como lo empujaba a ser cada día mejor. La forma en que lo hacía sentir con solo sus besos. Sí, la amaba con locura.

Fue Amanda quien lo sedujo la primera vez que hicieron el amor.

— Hazme tuya, Rogelio. Ya no quiero esperar más.

— No creo que sea lo correcto. 

— ¿Acaso no me deseas? — preguntó decepcionada.

— Te deseo tanto que cada noche que llego a mi casa me masturbo pensando en ti. — le dijo con una voz ronca y llena de deseo.

— Entonces, ¿por qué esperar más? — susurró mientras le aflojaba la corbata.

— Estás consciente que una vez empecemos no me detendré, ¿verdad?

— ¿Es una promesa? — preguntó con sus ojos llenos de lujuria.

El alfa la sujetó de la cintura y la llevó hacia él plantándole un beso descomunal. Sus ojos se tornaron dorados con un deseo desbordante. La cargó estilo princesa y la llevó a su habitación acostándola en la cama. Amanda lo miraba con hambre.

Se deshizo de los zapatos y medias para luego quitarse la camisa. Luego se sacó el pantalón quedándose solo con el bóxer blanco. Amanda estaba embobada ante semejante cuerpo. Lo recorrió de pies a cabeza, su mirada quedándose en el enorme bulto que se expandía dentro del bóxer.

— Eres hermoso. — dijo cómo si estuviera hipnotizada.

Rogelio se acercó a ella y le comió la boca. Empezando a desnudarla quitándole los zapatos y tirándolos a un lado. Amanda vestía un vestido de lunares blanco y azul marino con breteles. Rogelio tiró de los breteles deslizando la pieza por sus hombros hasta descender por sus pies dejándola con sólo los panties y el ligero.

Senos perfectos y redondos estaban expuestos. Pezones de un rosado pálido y erectos que gritaban ser tocados. Piel de porcelana tan blanca como la nieve y tan suave como la seda. La erección de Rogelio se tornó dolorosa ante la perfección de Amanda.

Con manos temblorosas acariciaba su esbelta figura, desde su exquisito rostro hasta sus caderas quitándole el ligero y panties dejando solo las medias. Fue quitándole las medias una por una con sus dientes, erizando la piel de Amanda causando que se su monte de Venus se humedeciera.

— Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida.

Amanda abrió sus piernas para que se colocara en medio de ellas. Rogelio fue hasta esa boca divina y la besó salvajemente. Las lenguas iban y venían luchando por el control. Rogelio arrastró su boca entreabierta por todo su cuello para descender hasta esas dos montañas de tamaño perfecto.

En Lo Profundo del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora