Capítulo 45

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ZAIA

Mamá y papá están en silencio. No era mi intención mencionar una parte dolorosa de su pasado, pero era necesario.

—Entonces, si ya has tomado la decisión, ¿qué quieres de mí? —dice papá en voz baja. Este es el momento, la parte más importante...

—Necesito que organices la reunión con Sebastian. Después de todo, no deseo hablar con él —digo, sorprendiendo tanto a mamá como a papá. Pero con eso, veo que ambos se relajan visiblemente...

Como estaba planeado. Lamento mentirles a ambos... pero necesito mantener la fachada, así si el enemigo está cerca, se dará cuenta de que no estamos juntos...

—Ya veo... —dice papá, mucho más tranquilo que antes. Suspira profundamente y asiente—. Supongo que puedo arreglarlo. 

—Gracias. Solo dile que si desea ver a los niños, he accedido a permitírselo —digo, pensando que le avisaré a Sebastian, tendremos que seguir con la actuación.

Papá asiente y me da una palmadita en el hombro. —Puede que no me guste... pero entiendo lo que quieres decir.

Sonrío levemente y asiento. Una vez que se va, mamá me mira y abre la boca cuando niego con la cabeza. —No quiero hablar de eso, mamá. De todos modos, tengo que irme—, digo mientras tomo mi maletín.

—Zaia...

—Mamá, por favor —le suplico. Inclinándome sobre la mesa, le doy un beso en la mejilla antes de dirigirme a la sala de estar, a ver a los niños jugar. Me acerco a ellos, levanto a Sia y le doy un beso en las mejillas con ternura.

—¿A qué están jugando ustedes dos? —pregunto mientras le echo algunos mechones de pelo hacia atrás y ella apoya la cabeza en mi hombro.

—Te dije, mami, esta mañana que hice un cohete—, explica Zion mientras toma su cohete Lego y comienza a correr por la habitación con él.

—¡Oh, eso es increíble!—, le digo con entusiasmo mientras lo veo correr por la habitación antes de recoger la muñeca con la que está jugando Sia. —Tiene el mismo color de pelo que Sia.

—No —dice Sia con un pequeño, lindo— El mío es más oscuro. Es más como el de mamá. 

—Oh, ¿lo es? —digo, haciéndole cosquillas ligeramente, haciéndola reír antes de dejarla en el suelo. —King, sé que tomé la decisión correcta.

Necesitaba que mamá y papá lo supieran porque no quería que los niños lo conocieran y luego les dijeran a mis hijos que debía mantenerlo en secreto. No quiero inculcarles que, si un adulto te dice que debes mantener un secreto, debes hacerlo.

Quiero que sean abiertos y que no les enseñen a guardar secretos desde una edad tan temprana.

Creo en la honestidad y en decir la verdad... y estoy segura de que no podrán contener su emoción una vez que lo conozcan. Sebastian nunca fue de los que se relacionan con niños, así que tengo curiosidad por ver cómo es con los suyos...

—Mami, el abuelo nos compró esto ayer —dice Sia, señalando algunos juguetes nuevos.

—¡Qué niños tan afortunados sois! Los adoro—, digo mientras Zion se acerca para enseñaros su cohete. Juego con ellos unos minutos más antes de tener que irme.

Le envío un mensaje a Sebastian diciéndole que lo llamaré esta noche a la misma hora de siempre antes de apagarlo de nuevo. Lo escondo y, después de cerrar con llave la puerta de mi habitación, salgo.

Necesito asistir a una reunión privada con el señor Harrison para hablar sobre el contrato en sí. Agradecerle el trabajo y disculparme por mi abrupta salida ayer.

Yo soy la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora