Capítulo 42: ¡Embarcando! ¡Embarcando!

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- La yema, a él le gusta la yema... -digo rompiendo un huevo en el bowl- - ¡No! -exclamo al ver que cae con clara y todo.

Comienzo a batir los huevos y las aletas de mi nariz se abren al sentir un aroma extraño.... ¡Las tostadas! ¡Se me están quedando las tostadas! Sin dejar de batir extiendo una pierna hasta la cocina e intento girar la perilla de la maldita hornolla, me balanceo sobre mi pie firme y vuelvo a tomar compostura cuando tropiezo al costado. Rendida, tomo el recipiente entre mis manos y aún si dejar de batir voy hacia allí e intento tomar una tostada con mi mano libre, mala idea...

- ¡¡Ah!! Mierda, mierda, mierda -murmuro mirando mi mano quemada.

Vuelvo a tomar el bowl y con él voy hacia la cafetera y sirvo el café en la taza que esta a un lado intentado no quemarme esta vez.
- No perder el batido... No perder el batido... -digo batiendo, mientras vierto el azúcar al café- - ¡Ay, no puedo coordinar!

Agarro la taza y todavía batiendo el bowl acuestas los llevo hacia la mesa.

- ¡Buen día! -entra Abraham, sonriente.

Me quedo petrificada mirándolo en mi lugar.

- ¡¡¡NO!!! ¡¡NOO!!

- ¡Ay, por Dios! ¿que te pasa? Por favor -dice mirándome como si estuviera loca.

- ¡¡¡¡¡NOOOOO!!!!!

- ¡¡¿¿Que te pasó??!! ¡¿Por qué gritas así?!

- ¡¡No está listo!! ¡¿Qué haces aquí?!

- Mi amor, tranquila ¡Buen día! No pasa nada.

- ¡Pero no! Estoy en plena batida del huevo...

- ¡Qué rico lo que estás haciendo!

- Estoy haciendo un desayuno continental, ¿Te gusta?

- ¡Pero sí! Con tostadas y todo ¡que rico! -dice mirando mis tostadas carbonizadas.

- Sí, me quedaron medias nigerianas las tostadas... -hago un puchero.

- No, no... ¿Este café es para mi? -pregunta tomándolo.

- Sí, ¿quieres ir adelantando tomando el café? Yo ya término con esto, leí que se hace rápido... -sigo batiendo.

Bebe un sorbo pero sus mofletes se hinchan escupiéndolo todo sobre su camiseta blanca.

- ¡No! -exclamo- ¿Está frío?

- No, no -tartamudea- Está caliente, heavy, heavy metal pero esta salado también, amor.

¿Qué?...

- ¡Ah no! De verdad... Explicame en que casa del mundo, ponen el azúcar al lado de la sal y ¡En dos potecitos totalmente iguales! ¡Esto si que no es culpa mía, amigo! -digo yendo hacia ellos, con mi mejor amigo el bowl, aún batiendo. - Ven, hagamos una cosa, quitate la remera que te la lavo... -dejo el bowl sobre la mesa y voy hacia él.

- No se manchó tanto, igual... -dice mirándola.

- No, en serio te la lavo.. -vuelve a negar- ¡Quitate la remera! -grito, haciendo que ría. - La lavo ahí, mira -digo, fregándola sobre su abdomen.

Entre risas une sus labios con los mios abrazándome por la cintura.

- Hola mi vida... -me besa-

- Hola... -le devuelvo el beso- Mira, hazme un favor... Ve al cuarto, que yo en cinco minutos te llevo esto... En diez minutos... Bueno, en quince... Veinte minutos te llevo esto.

- Bueno, sino trae el café solo y ya..

- No, Abraham no arruines mis planes.

- Bueno, está bien te espero... ¡Pero ven rápido! -sale de la cocina.

LOUDER | RMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora