54.
Entro por las grandes puertas del colegio observándolo todo, cada detalle. Puede que esto haya sido un colegio de monjas hace mucho tiempo, pero todavía conserva unas cuentas reglas y teorías estables, aunque no se use uniforme, hay quienes controlan que las alumnas no andén regalándose por los pasillos y aunque ya no impliquen castigos, aún siguen controlando que ninguna pobre alma en pena sin sentido vital esté inhalándose una línea de cocaína en los baños, ni fumando un porro en el patio. Como había escuchado alguna vez decir que los colegios cambian pero la fauna es la misma, las mismas reglas, las mismas materias, mismos alumnos, mismos profesores irritantes persiguiéndote cuando no entregas la tarea a tiempo, pero son los mismos que llevan tardando dos meses en corregir un examen con la excusa de que tienen otros alumnos, bueno, siendo así yo tengo otras materias, mucho más importantes que la revolución francesa, o la anatomía humana, dato. Eso era lo que todos quieren decir, eso me molestaba, me molestaba que se atajaran detrás del poder patético de "yo soy profesor, soy más, soy mayor. Así que que callas y escuchas" diciendo también... "A quién no le guste la clase, ahí está la puerta" con la sensación de todos dentro de si diciendo... "¿Sabes qué? Si, me chupan una tú y tu materia de mierda, yo me voy" pero no, como todos eramos un montón de cagones nos quedábamos ahí, sentados, como estúpidos, mirando a la nada. También estaban esos que te miraban al pasar como si escondieras algo, o por el simple hecho de descifrar quien eras, porque tenías cara familiar hipnotizante, o que regresábamos después de mucho tiempo de deliciosos caprichos mentales, ese era mi caso... Me sentía perseguida y tenía mis razones. Todos están pendientes de lo que yo hago, si como, si no como, si duermo, si me analizo, si estoy sola, si soy frívola, si esto, si lo otro. Pero solo yo, sé lo que es estar en mis zapatos.... Podrán decirme egocéntrica, narcisista, egoísta... Pero soy yo, todos ven algo distinto en mí, que soy obsesiva, prolija, que soy metódica, detallista, hay muchas miradas sobre mi, que hago, que digo, que me pongo, me miran todo el tiempo. No solo la comida engorda, la mirada de los otros también, quisieran verte más gorda para sentirse más flacos...
-¿Perdida, señorita? -pregunta a mis espaldas, y sonrío. Es un idiota si no sabe que reconocería su voz a mil años luz.
-De hecho...Estaba buscando a mi novio -dije, volteándome.
-¿A si? ¿Y como es su novio? Quizás pueda ayudarla... -sonrió de lado.
-Bueno... Él es... No muy alto, moreno, castaño aspirante a rubio fracaso. Aunque ya no se le nota mucho... Grandes y hermosos ojos cafés, sonrisa perfecta, y dejame decirte que da unos besos increíbles... -dije, acercándome a él.
-Quizás lo conozca... ¿Podría decirme su nombre?
-Eh... A ver, mmm... ¿José? ¡No!... ¿Jeremías? No, espera... ¿Moisés? No, tampoco... ¿Noé? No, noé -se rió en ese momento- ¿David? Mmmm, ¡Abraham! ¡Si, así! -dije y se rió.
-Bueno, si lo veo le diré -dijo y me reí- Hola, amor.... -sonrió.
-Hola, bebé... -dije.
Le abracé por su cintura y él hizo lo mismo sólo que entrelazando su brazos al rededor de mis hombros.
-Creí que vendría más tarde, señorita -dijo entrelazando nuestros dedos.
-No quería llegar tarde.
-Ahora... ¿Estás pérdida, cierto? -dijo, mirándome divertido.
-Si... -sonreí tímida.
-Ven conmigo.
Tomó mi mano con más firmeza y me trasladó hacia la secretaría.
-¡Hola, Marcia! -saludó a la secretaria.
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LOUDER | RM
Teen FictionPasamos mucho tiempo preguntándonos si lo que sentimos es amor, es simple. Si lo que quieres es cambiar al otro no lo es, si lo que quieres es cambiar por el otro... Es amor. - Mi vida es un conjunto de gente ausente, gente que no está. - Pe...