Capítulo 53: Dejarla ir.

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53.

-Negativo... -murmuró, resoplando mientras hacía su cabello hacia atrás.

Cristina abrió sus ojos los cuales antes estaban cerrados con fuerza y abrazó a Abraham fuertemente.

-Ay, Jesús.... -Murmuré aliviada.

-Mana... -dijo ella abrazándome.

-Tranquila, todo está bien -la consuelo, sobando su espalda.

Se separó de mi limpiando sus lágrimas y arreglando su pelo.

-Por favor, ni una palabra a mi familia sobre esto. ¡Van a matarme! De verdad, por favor... -suplicó, juntando sus manos.

-Sí, tranquila no diremos nada -dijo Abraham, abrazándola.

Después de eso Abraham regresó a su casa por sus libros, dijo que me ayudaría a estudiar como buen novio que es, claro. Acompañe a Cris a su cuarto para que pudiera descansar, después de que se diera una ducha me quede con ella hasta que se quedó profundamente dormida. Regresé a mi cuarto y me tire a la cama mientras jugaba con Chopper, más bien él lo hacia conmigo porque no hacia más que lamer mi cara y mordisquear mi cabello.

-Hola... ¿puedo pasar? -pregunta mi tía, asomando su cabeza.

-Claro, pasa -sonreí.

-¿Cómo estás? -pregunta sentándose en mi cama.

-Muy bien -sonreí.

-Que linda eres... -dijo, acariciando mis mejillas.

-Gracias -me ruboricé.

-Oye... Yo quería decirte -dice sacando su mano detrás de su espalda dejándome ver el frasco de pastillas vacío.

Tierra tragáme...

-Alicia encontró esto en la basura -dijo, mostrándomelo- Creí que eran de Cristina, pero recordé que a ella nunca le gustaron estás cosas.

-Lo siento... -Murmuré bajando la cabeza.

Mi tía preguntaba si ya había tenido relaciones, no hacía falta responderle era obvio pero estaba bien, me gustaba que se interese, me gustaba que se preocupe por mi, me gustaba llamar la atención porque en lo pasado de mi dramática vida nunca nadie se preocupó ni por un segundo si era una virgen inmaculada o si era una puta sin escrúpulos adicta al sexo, solo porque tenía el puesto de la Gorda Fracasa a la cual nadie nunca le iba a poner un dedo encima. Y por eso me sentía mujer al momento de entrar a esa clínica donde me recetaron esos anticonceptivos asquerosos y era una inconsciencia darle anticonceptivos a una anoréxica en estado inestable medianamente superable cuando antes era una gorda intolerable amante de los bizcochos, si, era una inconsciencia tanto como darle una caja llena de Rivotriles a una paciente psiquiátrica. Pero ya no importaba eso, a veces los recuerdos surgen tan fuertes que tengo que calmarme y pensar que ya todo pasó, que no soy más aquello de lo que escribo.

Horas después nos encontrábamos en el sofá de casa los cinco viendo televisión. Tanto los padres de Abraham como los de los chicos habían salido a una cena de negocios en no sé donde y anunciaron que no volverían hasta la mañana siguiente. Los chicos ya habían regresado de entrenar y después de que Alicia los obligará a ducharse (porque así de sudados y olorosos no tocarían sus sillones recién aseados), mientras ellos se duchaban aprovechamos para pedir unas pizzas. Cuando regresaron me distrajeron tanto los abrazos y los besos empalagosos de Abraham que no me había ni inmutado de que ya había llegado el pedido, mientras los chicos charlaban como una parvada de cotorras yo decidí ir a la cocina por un vaso de agua, todavía no superaba el trago amargo que nos había hecho pasar aquella maldita. Aunque tengo que confesar que me hubiera gustado mucho la idea de tener a alguien pequeño rondando por la casa, como transcurría en la mía... Quizás extrañe a mi hermano. Sentí el olor a pizza y se me revolvió el estómago de una manera horrenda, si. Definitivamente recordar me hacia daño, muchísimo daño pero tenía que vivir con eso, suprimí tanto las ganas de gritar, me siento mareada y el hambre se me fue, no tengo sueño pero estoy cansada, cansada de fingir que acá me siento bien, porque estoy terrible, estoy mal, muy mal... Y era el momento, fingí demasiado tiempo, hasta exploté... Necesitaba sacar todo lo malo que me inundaba, que no me dejaba respirar y literalmente me estaba matando.

LOUDER | RMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora