Capítulo 52: Alguien deseable.

1.3K 84 19
                                    

52.

Despierto debido a las caricias en mi espalda provenientes de unas tibias y cálidas manos. Abro los ojos encontrándome con una hermosa sonrisa mañanera.

-Buenos días, bebé...

-Buenos días, bombón.

-¿Cómo te sientes? -preguntó.

-Me duele todo... -me queje.

-Normal, si estabas como una loca -dijo llevando sus manos detrás de su nuca.

-¡Tu responsabilidad! -exclame.

-Claro que sí, fue por mi causa. Lo admito. -dijo, con aires de grandeza.

-Te debes de creer un winner -dije, alzando una ceja.

-Te amo.

-Yo más -respondí.

En respuesta me regaló un beso en los labios.

-Abraham, llevamos haciéndolo mucho tiempo sin protección... -dije, mirándolo preocupada.

Abre los ojos con asombro y acaricia mis mejillas.

-Pero, sigues tomando tus pastillas, ¿verdad?

Asentí revolviendo su cabello.

-Bueno, no hay de que preocuparse... -dijo. Besando mi nariz.

Me pongo de pie con mucha pereza recibiendo un silbido pícaro de su parte, ruedo los ojos y camino hacia el baño por el frasco de esas benditas pastillas. Tomo el frasco de pastillas que yace en la alacena, retiro su tapa y...

-¡¡¡NOO!!! ¡¡¡NO!!! ¡¡¡NO!!! -grito, agitando el maldito fracaso.

Al instante Abraham está aquí presente, mirándome preocupado.

-¡¿Qué pasó?! -preguntó, tomándome por los hombros.

-No hay, Abraham. ¡Ya no hay más! ¡No quedan! -grite, agitando el frasco frente a su rostro.

Siento pequeñas pisadas y un cascabel sonar insistentemente, miro al suelo y me encuentro a Chopper viniendo hacia aquí.

-Bueno, está bien. Mira, vamos a relajarnos y a pensar. ¿A que hora tomas eso generalmente? ¿Por la noche, verdad? -pregunta.

-Sí, siempre antes de dormir...

-¿Anoche la has tomando? -dijo.
-No... -murmuré- Pero tranquilo, tengo tiempo en las próximas 72 horas para tomarlas -expliqué- Sino, ve eligiendo nombre para el bebé.

-Está bien, cuando regresé de escuela voy directo a la farmacia -dijo.

-Espera... ¡Abraham, la escuela! ¡En 30 minutos tienes la primer clase y aún sigues en bóxers! ¡Corré!

Sus ojos se abren y lo observo correr hacía la puerta.

-¡No, no, no! ¡Por la puerta no! Mi tía está despierta y te verá, sal por la ventana. -exclamé.

-¿Pretendes que me lance por el balcón? -dijo, indignado.

-¡Si, ya! ¡Corré! -dije empujándole hacia ahí.

-¡Espera, mi ropa! -exclamó.

Le aviento sus prendas y me río cuando sus zapatos se estampan contra su frente.

-Espera, dame un beso -digo tomándolo de la mano.

-No -negó.

Lo miré indignada.

LOUDER | RMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora