Capítulo 47: ¡No me toques!

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-¿Donde estabas? -pregunta desde la cama- ¿Por que qué te has ido sin avisar? ¡Y a estas horas!

Miro a Cristina y noto su mirada de terror hacerse presente en su rostro.

-Fue mi culpa -intervino ella- Yo la llame a que vaya por mi.

-Pero bien podías haber avisado, te vas sola, a éstas horas, en un país que no conoces. Y claro, yo aquí. -reclama, mirándome feo.

-Es que estabas durmiendo... -murmuro.

Frunce el ceño y se acerca a mi a paso lento.

-¿Por qué apestas a alcohol? -preguntó.

Oh, Shit...

-¡Yo le di! -vuelve a decir Cris- Llegó allí como completo zombie, con algo tenía que levantarla.

-¿Que pasó? -pregunta él, ignorando el comentario anterior- ¿Por qué tuviste que ir por ella?

-Es que, se burlaron de mi... -confiesa Cris, agachando la cabeza.

-¿Qué? ¡¿Quién?! -preguntó él alarmado.

Tanto él, como Samuel siempre fueron sobre protectores, sobre todo con Tina (como así de decían de niños) ella siempre fue demasiado frágil para estas cosas, he de decir que más que yo.

-Unos tipos... -dijo ella- Pero tranquilo, Jari ya lo arregló.

-¿Qué hiciste? -preguntó él.

Me mira aún con reproche, cosa que me molesta.

-La defendí, ¿si? No es para tanto. -digo y tomo paso hacía la cama.

-Jari, ¿que has hecho? -volvió a preguntar.

-Sólo encerré a los tipos esos...

-¿Qué hiciste, qué? -preguntó.

-¿Sólo los encerré, si? No fue la gran cosa.

-¿Cómo hiciste eso? ¿Por qué? ¿Donde? ¿Con qué motivo? ¡Que alguien me expliqué que es lo que sucede aquí! -exclama.

Maldita Cristina que me hizo ir hasta allá... Maldito Simón y su amigo colombiano que no su nombre... Maldito Abraham y sus preguntas retóricas... Maldito Samuel y maldito el arroz con leche que me dio antes de dormir que esta haciendo revolver mil pripitas...!

No le contesto, no es porque no quiera, sino porque no sé que decirle.

-Cris, Podrías dejarnos solos, ¿por favor? -pidió él. Ella abrió la boca para protestar pero al ver la cara de Abraham, se calló y salió de allí.

-¿Puedes explicarme qué demonios está pasando? -preguntó, luego de que ella se fuera.

-Abraham, ella me llamó pidiendo ayuda. Ese tal Simón y otro más se burlaron de ella haciendo una apuesta sobre "quien la bese antes, se la queda". Estaba muy mal la pobre, me llamó llorando y fui por ella. -finalizo.

-Aún no lo entiendo del todo, ¿Por qué no me llamaste? A mi o a cualquiera de los chicos, hubiéramos ido nosotros por ella.

-Es que, no me dio tiempo tuve que salir deprisa, en serio. Creeme que estaba muy mal.

LOUDER | RMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora