Capítulo 63: Antes del amanecer.

1.3K 88 6
                                    

63.

-Pero si es muy temprano... -me quejé abrazando mi almohada- ¿no podemos quedarnos un ratito más? -hice un puchero.

-Uy, bueno. ¡Sólo un ratito! -condicionó volviéndose a quitar la camiseta.

-Ven... -dije extendiendo mis brazos hacia él.

Lo dejé acurrucarse entre mis brazos mientras acariciaba su cabello y dejaba besos en su oreja.

-Te quiero -lo escuché susurrar.

Subió hasta mi rostro y comenzó a morder delicadamente mis mejillas haciéndome reír.

-¡No! -me quejé cuando me mordió fuerte.

-¡No! -se burló imitando mi voz.
-Me dolió... -dije, sacándole la lengua.

-Amo tu aroma... -susurró contra la piel de mi cuello.

Reí y comencé a remarcar con los dedos las facciones de su rostro cansado, sonrió haciendo que yo también lo haga, me encanta.

-¡Amor! -canturreó- ¡Mañana cumples años! -dijo con entusiasmo.

-Si... -dije riendo.

-Dieciocho años... -murmuró mirándome- Estás vieja -rió.

-¡Tú envidioso porque soy más grande! -canturreo.

Me abrazó mientras acariciaba mi espalda desnuda.

-Te amo tanto cosita... -susurré a su oído.

-Te amo más.

Me enderecé sobre la cama estirando mi mano para tomar mi celular. Eran las 7:04 am y Abraham tendría que estar saliendo de aquí en unas dos horas, todavía hay tiempo... Creo que todavía no les conté. Abraham tiene hoy una entrevista con los directivos de la UCA (Universidad Católica Autónoma) si, voy a llorar. En fin, hoy tiene una charla de integración para ya la siguiente semana poder ingresar a las clases definitivas.

-¡Niños! -exclamó Susana desde el pasillo- ¡Les traje el desayuno!

Miré a Abraham asustada, cuestión de que yo seguía en bolas, bajo una sábana, pero en bolas al fin.

Abraham se paró de la cama en busca de algo qué, no sé qué. Vi cuando se agachó y volvió a enderezarse con mi ropa interior en mano.

-¡OH POR DIOS COPITO! -exclamé divertida haciéndolo reír.

-Dame tu camiseta mejor... -pedí.

-¡Abraham! -exclamó su madre dando golpes en la puerta.

-¡¡¡¡¡Ya va mamá!!!!! -dijo él en un acto desesperado.

Como pude me puse su camiseta la cual me llegaba hasta los muslos y volví a meterme bajo las sábanas.

-¡Pasa ma! -exclamó Abraham.

-¿Qué hacen que no me abren? -entró Susana enfadada.

-¡Shhh! ¡que está durmiendo! -dijo Abraham cubriendo mi rostro.

-Ay, eres un idiota... -murmuré.

Cuando Susana al fin los entregó el desayuno realmente cargado que nos había preparado, de el cual sólo tomé el té y comí dos galletitas Oreo. Nos bañamos y yo me puse en búsqueda de la ropa que tenía en el placar de Abraham para situaciones como está.

-Amor, ¿sabes donde quedó mi ropa?

-Aquí sólo quedaron los conjuntos Adidas que trajiste de Los Ángeles... -mencionó desde el baño- Bueno, y ropa interior...

LOUDER | RMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora