81.Abraham's POV
— ¡Estoy harto, parezco un maldito hámster!, ¡si sólo me desgarré un puto tendón. ¿Qué necesidad tanto estudio?
Le reclamé al celador que me arrastraba por los pasillos en mi silla de ruedas hasta la sala de radiografías, otra vez. Antes de que pudiera responderme se detuvo gracias a una camilla rodeada de gente en desesperación que pasaba por allí. Seguro deben de llevar algún muerto allí.
— Te recomiendo que te relajes, todo esto es para que estés mejor. A ver, dime, ¿qué tan ajetreada es tu vida que no tienes unos minutos para velar por tu salud? -me preguntó.
— Es que sí, hace días que me hacen venir para sacar placas y para que haga ejercicios de esos con la maquinita -dije refiriéndome a las sesiones kinesiólogas- Tengo una vida, ¿sabes?... debo entrenar, es importante.
— Chico, tienes bien en claro que eso no lo puedes hacer, no estás en condiciones. Además, ¿por qué es tan importante eso del rugby?
— Se vienen las intercontinentales, el mes próximo iríamos a Marruecos a jugar -mencioné.
— Hay buenos clubes en Marruecos, al igual que el Stade Français de París -dijo.
— ¿Y tú cómo sabes? -pregunté- ¿has jugado?
— Oh sí, en mi juventud. ¿Tú qué crees?, ¿qué sólo sirvo para llevar sillas de arriba a abajo?
Dijo, y me reí.
— Comencé gracias a mi padre, mi primera pelota me la obsequió él.
— ¿Y aún la tienes?
— Sí, sí la tengo, incluso está firmada por Savare.
— ¿Savare?, ¿conociste a Thomas Savare?
— Claro -afirmó.
— Sí, y cuando acabe esto me lo presentas -hablé irónicamente.
— Tú hazte la radiografía, y quizá, sólo quizá, te lo presente...
Al llegar a la dichosa sala de radiografías, el kinesiólogo Martínez me indicó que me recostara sobre un tendido bajo un gran tuvo de donde se irradiaban los rayos. Me dejaron en ropa interior, lo cual fue incómodo debido a las enfermeras que me observaban perversamente, cuando la pesadilla acabó me permitieron vestirme. Me dijeron que vuelva a la habitación que tan pronto estén los resultados irían a verme.
Estando ya en mi habitación momentánea, me dispuse a hablar con Nico por WhatsApp, dijo que quería que vayamos por unas pizzas al centro, pero yo y mis muletas no estamos en condiciones de ir allí. Así que le propuse hacer la reunión en casa, también irían Cris, Adrián, Tony, Paula y algún que otro colado seguramente.
— Disculpa, ¿puedes ayudarme? Estoy perdido.
Un chico alto, castaño claro, interrumpió mi conversación virtual al posarse en la puerta. ¿Por qué todo el mundo me hace esto?
— ¿Te parece que soy el encargado de información?
— Uy, lo siento, amigo -contestó a la defensiva.
Lo verdad sí había sonado bastante borde, pero me da igual.
— Ella sabe -dije señalando a una enfermera que justamente pasaba por ahí.
Lo observé mejor y vi que llevaba unos papeles en la mano, de hecho, creo haberlo visto en el montón de gente junto a la camilla hace un rato. Corrió con desesperación hasta la enfermera que le señalé, entonces mi celular vibró nuevamente.
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LOUDER | RM
Teen FictionPasamos mucho tiempo preguntándonos si lo que sentimos es amor, es simple. Si lo que quieres es cambiar al otro no lo es, si lo que quieres es cambiar por el otro... Es amor. - Mi vida es un conjunto de gente ausente, gente que no está. - Pe...