LOUDER | RM

Capítulo 43: ¿Has dicho Ricky Martín?

- ¡Cállese señora! ¡Ya le dijimos que faltan cuatro horas para aterrizar! -grita Samuel, a una ancianita que preguntaba la hora cada cinco minutos.

- Ten hijo, para que estés más contento -dice la anciana, dándole una menta proveniente de su bolso- Además tu aliento es horrendo... -comenta, haciendo una mueca.

- Te re cabió, amigo -comenta Tony.

Bueno... Alguien si estuvo viendo películas Argentinas.

- ¡Abraham, deja de roncar! -digo, dándole un codazo.

- ¿Qué? ¿qué? ¿qué pasó? -despierta alarmado, elevando el cogote cual gallina despistada.

- Que dejes de roncar, viejo. Pareces foca con broncoespasmo. -digo, mirándolo mal.

- ¿Falta mucho? -pregunta fregando sus ojos- ¡Ay, si! -exclama frustrado, al ver el temporizador del vuelo de la pantalla frente a él.

- ¿Quieren? -pregunta Cris, ofreciéndonos papas fritas, desde atrás.

Abraham toma un puñado y empieza a mascar ruidosamente recibiendo un "¡Shhh!" de parte de la ancianita, ya nombrada.

- Esa vieja me esta sacando de mis casillas... -comenta, comiendo. - ¡Quiero mear! -exclama llevando las manos hasta su entrepierna.

- ¿Me ves cara de maestra jardinera o algo así? Pues ve al baño -digo, señándolo.

- Ese humor... Seguro estás en tus días -masculla, poniéndose de pie.

- Ojalá haya turbulencia, y se te cierre la tapa del váter sobre tu a
pajarito cuando estés meando -susurro.

- No creo que quieras eso... -se voltea hacía mi, susurrando para después guiñarme un ojo.

Cuando regresa del baño (y después de haber procurado de que lavó sus manos) deje que me abrazara para así dormir un poco, no pude dormir debido a la interesante pelea entre Samuel y la señora gruñona que tiene a un lado.

(...)

- Ja, heey amor, despierta... -susurra Abraham a mi oído.

- Mmm, ¿qué pasó? -murmuro, adormilada.

"Estimados pasajeros, por favor abrochen sus cinturones, estamos a punto de aterrizar" -anuncian desde la cabina.

" Dear passengers, please fasten your seatbelts, we are about to land " -vuelven a repetirlo, en inglés, por si hay algún gringo presente.

- ¡Ay no, Abraham! ¿no pudiste haberme despertado cuando estuviéramos, no sé... ¿ya en el hotel? -mascullo, y siento como mis piernas comienzan a temblar.

- ¿Pensabas que iba a cargarte a ti y a la maleta? Por Dios, ¡no soy Hércules!

Me asomo por la ventana para contemplar la vista...

- ¡Ay, Abraham mira! -exclamo entusiasmada.

- ¿Qué... Wow...