Capitulo 28: ¿Han usado condón?

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- ¡¡¡¡¡Arriba las marmotas!!!!! -grita alguien quitándonos las cobijas de encima- Oww, que lindos duermen abrazados -dice ¿Tony? Si él, llevando las manos a sus mejillas.

¿Pero que carajos hace él aquí?

- ¡¡¡¡¡AH!!!!! -grita Abraham del susto acabando en suelo de un salto volador de karateca.

Okey ... Eso fue raro.

- ¡¡Maldición Tony!! -exclamó Abraham levantándose del suelo sosteniendo su cabeza- ¿Que diablos haces aquí? ¡¡Son las seis de la bendita mañana!!

Yo talló mis ojos tratando de espabilarme y asumir la confusa situación.

- ¿Que pasa Tony? -pregunto con voz ronca enchinado los ojos.

- Que es cumpleaños de su amigo, recuerdan? -exclama sacudiendo sus brazos en el aire.

Asentimos aún sin entender.

- ¡¡Bueno pues hay que hacerle el desayuno!! -exclama con entusiasmo.

- Joder ... -gruñe Abraham- ¡¡¡¡Pero si Samuel no despierta mínimamente hasta las doce del medio día!!!! ¡¡¡Es peor que un maldito koala!!! -exclama.

- Pues da igual, ¡Hay que comenzar bien el día! Los espero abajo en cinco minutos -dice y sale por la puerta- ¡Ah! -se voltea- Linda pijama, Jari -dice sonriente.

Me río.

- ¡¡¡Ya lárgate!!! -le grita Abraham lanzándole una almohada a la puerta.

- Que raro es tu hermano -digo poniéndome mis pantuflas.

- Ya viene de familia -dice hundiendo su rostro en la almohada.

- Ya levanta ese culo -le ordeno y dejo un beso entremedio de los lunares de su cuello.

Bufa y se sienta en la cama revolviendo su cabello como cada mañana. Me adentro en el baño y hago mis necesidades, cuando subo mis shorts siento una sensación liquida descender por allí abajo.

Oh no, por todos los santos, hoy no. ¿Por qué mierda tengo que ser tan regular?

Bufo y tomo una toalla femenina de mi neceser. Mierda, mierda, mierda y más mierda.
Vuelvo a subir mis pantalones y me dispongo a lavarme la cara y mis dientes, una vez hecho salgo del baño, jadeante. No puede ser que ya comiencen los malditos cólicos.. Que intenso todo.

Observo a Abraham buscar algo entre las sabanas.

- ¿Que pasa? -pregunto.

- Se me ha perdido un pendiente -dice tocándose la oreja.

- ¿El de la cruz? -le pregunto.

- Si. -afirma haciendo un puchero.

Suelto un suspiro y a regañadientes voy hacia el buró, ¿Por qué plátanos tiene que doler tanto esto? ¡Que mierda ser mujer! Tomo su pendiente que yace sobre él y se lo tiendo.

Sonriente lo toma y se lo coloca.

- Puedes tomar una traba de mi joyero -le digo y va hacia allí- Lo encontré anoche en la ducha, tienes suerte de que lo tomé antes de que se vaya por las cañerías. Lo que si es que estaba sin la traba, la habrás perdido antes, es mejor que te los quites antes de ducharte -le sonrío.

LOUDER | RMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora