94.
Se detuvo frente a la puerta, soltó el pomo de esta y se giró a mirarme.
— ¿Por... ¿por qué? -murmuró.
— Porque tengo miedo, no... no quiero estar sola.
— Tranquila, me quedo contigo.
Caminó hasta la cama y me miró dudoso antes de sentarse.
— ¿Te molesta si me acuesto así?... si es así, me pongo un pantalón.
Lo miré y caí en cuenta de que estaba en bóxers, sólo que con una camiseta por encima. Me miró intrigante y yo negué con la cabeza e hice un ademán con la mano.
— Es tu cama, el que tendría que tener prioridad aquí eres tú.
Asintió y se acercó a la cama, retiro las sábanas y sentó para después desplazarse bien.
— ¿Y bien? Dime, ¿qué pasa? -dijo.
— Tengo mucho miedo... -murmuré.
— ¿Miedo?, ¿miedo de qué?
— Es que yo... -murmuré, pero me interrumpió posando su dedo en mis labios.
— Esperame aquí, ¿sí? -dijo.
Asentí y él se puso se pie, lo observé caminar hasta su placar, abrió las puertas y tomó una bolsa de su interior. Regresó a la cama y comenzó a desenvolver una caja misteriosa, la abrió y sacó su contenido.
— Para ti. -dijo, tendiéndome un bombón de avellana.
Yo sonreí y tomé el bombón de entre sus manos.
— El chocolate ayuda a relajarte, come antes de hablar.
Yo me senté sobre la cama y comencé a llorar, mis lágrimas caían y murmuraba incoherencias. Me había quedado un dolor latente de cabeza, debido al mareo anterior y no puedo hablar... no puedo pronunciar palabra alguna.
— No llores... -murmuró acariciando mi espalda- Escucha, aunque las cosas entre nosotros no hayan terminado... bien. Tú eres muy importante para mí, quiero ayudarte... puedes confiar en mí.
Levanté la mirada y lo miré, eso es lo más sincero que me ha dicho en toda la noche.
— Es difícil... -murmuré.
— Sí, pero no imposible. Vamos, puedes hacerlo.
— Estoy enferma.
— ¿Enferma?... ¿qué tienes? -preguntó con su ceño fruncido.
— Tengo Bord...
— ¿Borderline? -preguntó.
Lo miré.
— ¿Cómo... ¿cómo sabes? -pregunté en un intento de que mi voz se oyera.
— Hace mucho tiempo me tomé el tiempo de investigar tu caso... y sé, que el Borderline es consecuente de un trauma como los es un trastorno alimenticio.
— Trastorno de personalidad... -susurré.
Cerré los ojos mientras sólo se escuchaba su respiración, mis manos tiemblan y tengo ganas de arrancar cada cabello de mi cabeza, uno por uno. Comencé a alterarme y a tartamudear, hasta que sentí sus brazos rodearme con fuerza. Inconscientemente comencé a tirar de su camiseta con desesperación. Escuchaba sus susurros detrás de mi oído, lo cual me pone aún más nerviosa.
— No quiero ser una loca... -sollocé.
— Hey, tú no eres nada de eso. Estarás bien, lo prometo.
![](https://img.wattpad.com/cover/50111242-288-k959306.jpg)
ESTÁS LEYENDO
LOUDER | RM
JugendliteraturPasamos mucho tiempo preguntándonos si lo que sentimos es amor, es simple. Si lo que quieres es cambiar al otro no lo es, si lo que quieres es cambiar por el otro... Es amor. - Mi vida es un conjunto de gente ausente, gente que no está. - Pe...