Capítulo 109: Vegetarianismo.

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109.

Oí una voz a lo lejos, podía reconocer que era Juan quien estaba hablando. No puedo abrir los ojos, siento como si la cabeza fuera a explotarme. Me encuentro recostada sobre un elemente blando, deduzco que es una cama, mi cuerpo está inmóvil y todo me duele. Quiero levantarme y gritar que me cubriera, estaba desnuda y no quería que nadie me viera. Un objeto punzante estaba incrustado en mi muñeca interna, y sentía como un pegamento tiraba de los bellos de mi muñeca.

— ¿Cómo que no pueden hacer más que ponerle un maldito suero y recostarla sobre una camilla? Esto es un hospital, quiero un diagnóstico.

— Lo siento mucho, pero la joven no es ciudadana. No cuenta con una abra social radicada en el país.

Un dialogo en inglés abrumó mis oídos, por poco no entiendo la conversación, la cabeza va a estallarme. Aparentemente, estoy en un hospital y Juan está peleando por atención profesional.

— Me importa una mierda la obra social y cualquier escusa ridícula que usted tenga para darme. Yo pagué una incoherente suma de dinero por un seguro de viajes que abarca a todas las clínicas y hospitales que pueden haber en todo el país, dónde exige que debemos ser atendidos por cuan mínimo sea el caso y quienes nos atiendan debe saber español. Si yo quiero, en este momento hago una llamada y usted y toda su plebe quedan de patas en la calle, si no quiere que eso suceda, ahora mismo recurre a su mejor personal para ella.

Un silencio se formó y oí pasos alejarse. Como pude, abrí mis ojos cayendo en cuenta de que estoy en un hospital, sobre una fría camilla, con un suero incrustado en la muñeca y con la cabeza a punto de explotar. Veo borroso tanto que no puedo distinguir dónde está Juan. Volví a cerrar los ojos por un momento, pero quiero creer que ese momento se transformó wn un largo rato, pues cuando los abrí la luz mañanera se filtraba por la ventana y mi amigo estaba sentado a mi lado, mirándome con preocupación.

— ¿Qué pasó? -murmuré a corta voz.

— Shs, no te esfuerces mucho. Estás muy débil.

— Pero, ¿por qué?, ¿Qué me pasó? Recuerdo estar bañándome y..

— Te desmayaste, sufriste un golpe muy fuerte en la cabeza. Te quitaron sangre para hacer un análisis a ver qué te encuentran. Jari, tuve que tirar la puerta abajo para sacarte de ahí, ni siquiera sé cuanto tiempo estuviste inconsciente. Todo el día estuve preguntándote si estabas bien, estás muy pálida. ¿Por qué no me dijiste que te sentías mal?

— Porque estaba bien, en serio. No me sentía mal, sólo te comenté que hacía mucho pis y que.. no podía hacer... lo otro.

— Sí, que no podías cagar..

— Bueno, que sutil...

— Ya, hablando en serio. ¿Tú sí estás comiendo bien?

— ¿Por qué preguntas eso? Siempre comemos juntos, sabes que eso ya no lo hag..

— No pregunté si comes o no, porque sé que lo haces. Me refiero al tipo de alimentación, la nutricionista dijo que debes tener una dieta variada dentro del vegetarianismo. Tú vives de patatas fritas y pastas, eso no está bien.

— ¡Sí como yo!, como fruta.

— Sí, sólo en el desayuno. Y Jari, se dice "Yo sí como".

— ¿Y yo qué dije? -pregunté.

— "Sí como yo".

— Es lo mismo. -dije rodando los ojos.

— Bueno, a ver.. si según tú, sí comes, ¿Entonces qué?, ¿Qué tienes? Porque no te desmayaste así porque sí, y... ¿y si está..?

LOUDER | RMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora