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CAMILA
Disfrutaba de una tarde de sábado realmente tranquila, junto a mi estaba Kilian jugando con sus autos y Eduard miraba algo en la televisión, hoy nos honraba con su visita.
Yo hacia las cuentas sobre la mesa algo angustiada, miré como apenas y librara dos semanas. Seguia preguntandome que haría las siguientes sin tocar lo del ahorro. Horas extras se me vino a la mente.
-Camila. Me llamó mi amigo.
-Tengo una idea. Dijo saliendo de la sala y acercandosé a mi sitio.

Solo asentí mirando las cuentas. -¿Qué pasa?

-Amiga hermosa, por que no vas a esa pastelería y me traes un bocadillo.
Desde que escuché sus halago supe que el tío me pediría algo.

-¿Porqué no vas tu?

-Por que ese amigo tuyo siempre te regala varios solo por que le sonrías.
Me reí y miré con Kilian intentaba tomar algunas cosas del comedor.

-Ki bebe lo vas a tirar.
El me sonrió y volvió a sus juguetes de nuevo.
Pensé que necesitaba un poco de tiempo para mi, el pequeño recorrido hacia la pasteleria mi despejaría.
-Si iré, pero cuidaras a Kilian.
Me guiñó y tomó algunos de los juguetes para entretener a Ki. Tomé un poco de dinero de mis bolso y tomando mi abrigo salí hacia la calle.
Era aun temprano pero el viento leve provocaba una sensación de frío. Caminé hacía el negocio y la caminata funcionó para desviar mis pensamientos negativos hacia unos de esperanza.
Entré a la pastelería y mi amigo atendiendo a un cliente solo me sonrió. Caminé como siempre a los panecillos que tanto me gustaban y los coloqué en la charola pequeña. Finalmente me acerqué cuando el cliente salió y Aiden me pusó la atención necesaria, luego de pagar y obtener uno de los panecillos gratis, Aiden me platicó de su semana.

-Y, ¿La señora Judith como esta? No la he visto en días.

-Supongo que debe pasarla en grande se ha tomado días de descanso, aún no le hablo para saber como esta.

-Aaaa pues debe estar bien.

-Si le encanta visitar a su hermana.
Dije y miré distraída algunos dulces seguro que Ki se pondría contento cuando lo sorprendiera.
Aiden no dijo nada más por un rato así que subí la mirada hacia él.

-Judith...Judith, ¿No esta en casa?
Finalizó con un tono preocupado.
Negué con la cabeza.
-Dios santo. Soltó algo inquieto y miro hacia la calle con desesperación. Salió tras el mostrador y aventó su uniforme hacía alguna parte.
Tomó mis hombros y habló.
-Camila debo pedirte un enorme favor, ¿Puedes cuidar la pastelería por unos minutos?
Seguramente mis ojos se agrandaron, vaya favor que me pedía, no estaba segura de poder cuidar el negocio por unos minutos no tanto por lo que pudiera pasar sino que Ki estaba solo con Eduard en casa y debía regresar pronto o el notaría mi ausencia.

-Aiden, ¿Qué ocurré, es realmente importante?
Miró hacia su reloj en la mano y pasó sus manos en su cabello.

-Dios, ¿Desde cuando salió Judith de su casa?

-Ammmm...hace dos días.

-Joder.
Su respuesta me aterró mucho más ~¿Qué diablos ocurría para que se pusiera tan nervioso hasta soltar una palabrota?~

-A ver, mejor cuentamé por que debes salir ahora y que tiene que ver Judith con esto.
Negó y luego se escuchó como un auto estacionaba frente a las puertas del negocio.
Seguramente era el camión de suministros. Entró una persona y saludó a Aiden.

-Camila lo que pasa es que Lauren esta sola en casa, me lo contó hace días pero supuse que Judith le cuidaría, siempre lo hace.
Lauren sola, ¿Pero a quién se le ocurría hacer semejante cosa? Ahí estaba esa sensación en mi pecho otra vez, ocurría cuando mencionaban o pensaba en ella.
-Eso no es todo, ella se queda encerrada en casa, sus padres no permiten que salga y bueno Judith siempre logra la forma de sacarla y que duerma, coma y todo lo demás en casa de Judith...pero ella no esta, ¿Entiendes porqué me preocupa?
Una chica invidente, sola en casa y sin comida, supongo que era para angustiarse. No podía quedarme y cuidar el negocio ahora, menos cuando llegaba el chico que le dejaba lo de la semana.
El atendió de inmediato a la persona pero puso cara de que iba a tardar por lo menos más de 30 minutos.

-Aiden.
Lo llamé cuando entró el de suministros a la bodega.
-Iré yo a ver si se encuentra bien.
Mis palabras habían salido sin pensarlo. Si quería saber como estaba. Aunque el por que me comería viva.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora