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CAMILA
Comencé a golpearlo como podía, no soportaba que me tocara de esa forma y me sentía estupida sin poder defenderme. El sostenía mis brazos por encima de mi cabeza con fuerza y todo su cuerpo me atrapaba en el sofá, estaba indefensa, mi llanto y los gritos que di para que me soltará no eran suficiente.

-Te tendré de nuevo y de eso me encargó ahora mismo. Dijo con una sonrisa perversa en su rostró, una que me causaba miedo ¿Iba a abusar de mi? No podía con esto. Justó cuando comenzó a besarme el cuello y levantar mi blusa, su peso fue quitado de encima de mi.

LAUREN
Aventar una pelota al techo para lograr concentrarme no era suficiente, necesitaba algo más. La pelota cayó al piso cuando deje de tomarle atención, unas voces cerca de la casa robaron esta. Crucé el pasillo aún sin zapatos y traté de ubicar de donde venían los gritos.
Me asomé por la ventana de la cocina a la casa de a lado y miré el auto estacionado sin cuidado en la calle. La puerta abierta de la casa de Camila fue suficiente para hacerme correr hacia ella, coloqué mis zapatos que estaban en la puerta y corrí sin detenerme, mientras cruzaba el patio y escuchabá sus gritos más alto, mi corazón latía demasiado, no podía soportar escucharla así, me sentía morir.
Entré aventando la puerta y corrí aun más al percibir que los gritos provenían de la sala, miré como un hombre estaba justo encima de mi Camila, quién se resistia bajo su cuerpo. Mi instinto de protección me invadió y simplemente me lancé contra el, nadie la tocaba así, nadie le hacía daño. Lo tomé por los hombros con toda la fuerza que no pensé que tenía y lo aventé contra el piso, miré como se pusó de pie de inmediato.

-¿Tú quién mierda eres? Gritó hacia mi. Estaba enfadada, si se acercaba una vez más a Camila era capaz de matarlo, mas le valía largarse. No quería mirar a la chica sollozando ahora encogida en el sofá. Primero tenía que asegurarme de que el tipo entendiera que debía irse.

-¿Qué mierda te importa? Más te vale largarte de una buena vez. Le dije en forma de amenaza.
No podía acobardarme, era grande pero las AMM eran lo mío desde hace tiempo, no me gustaba ser vulnerable así que había entrenado ya por dos años. El sonrió de forma cínica y miró a Camila, no soporté como lo hizo asi que nada me importó. Lancé un golpe hacía su cara y esquivé su golpe de regreso. Coloqué otro fuerte golpe sobre su pierna lo que hizo que cayera en la mesa de centro y esta se quebrara por su peso. Me miró algo sorprendido pero tomando fuerza se impulso de nuevo hacía a mi. No me golpearía nunca si actuaba a la defensiva. Esquivé de nuevo un golpe más de su parte y lo tumbé en el piso, enrede mi cuerpo sobre el de forma en que no escapara y logré producirle dolor sobre su brazo, quería romperlo, deseaba hacerle mucho daño por intentar hacerselo a Camila, cuando logré concentrarme en la chica que respiraba con dificultad al otro lado de la habitación, lo solté y se quedó ahi gimiendo de dolor. Se lo merecía, las lágrimas de Camila rodaban sin detenerse y eso me produjó dolor a mi, lancé una patada al idiota en el piso.

-Largaté y más te vale no regresar. Le dije entre dientes. Segundos después se fue mirandome con odio y con sus manos sobre su abdomen tratando de soportar el dolor.
Era un poco hombre, primero quería abusar de una y luego golpear a otra, pero siendo humillado le iba a ser suficiente por un tiempo.
Solté un gruñido fuerte cuando salió azotando la puerta y aventé el primer objeto que encontré. Necesitaba calmarme, miré de nuevo a Camila y sentía las ganas de salir para matar al tipo. Corrí para rodearla con mis brazos.

-Shhh Camila, estas a salvó. Dije en un tono más tranquilo, para trasmitirle seguridad. Ella soltó un sollozo más alto y se aferró a mi. Estuvimos así por casi 20 minutos, lo sabía por que yo miraba el reloj constantemente para asegurarme de que reaccionara lo antes posible, necesitaba regresar en si, Kilian saldría del colegio y no podría verla de esa forma.
Sus sollozos dejaron de oírse y comenzó a empujarme para separarnos. Acaricié su cabello un poco más y la solté poco a poco, me dolía hacerlo pero ella estaba reaccionando.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora