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LAUREN
Levante la vista para no parecer retrasada y sentí como Camila alejaba su mano para responder al abrazo de la mujer. Por fin se separó. No evite sonreir, me gustaba como Camila y sobre todo Kilian ahora podía estar cerca de su familia. Finalmente ambas hicimos lo mismo, volver a tener contacto con nuestros padres.
-Ah mamá, ella es Lauren ya la conocías.
Extendí mi mano tembloroso hacia la mujer pero no hizo falta ella me dió un apretado abrazo.
-Hola Lauren, soy Sinú, ya nos vimos pero ahora que nos presentan formalmente no puedo evitar agradecerte, Mila me contó que la trataste de convencer de hablar con nosotros antes y bueno aunque no terminaron bien las cosas pues al menos se vió obligada a acercarse, muchas gracias.
-Ah de nada, yo...
Camila y Sofía reían frente a nosotras.
-Bien, mamá creo que la asustaste, lo siento Lauren ella está agradecida así que es mucho más efusiva ahora.
Me encogí de hombros y di una media sonrisa.
-Esta bien, gracias por invitarme está tarde.
-No es nada, pasa y ponte cómoda.
Luego de eso miré hacia la sala donde Kilian jugaba con un hombre, parecía alto aún sentado y su voz sonaba rígida. El pasillo permitía mirara hacia una parte de la sala, no sabía en qué momento se acercaría.
Camila llegó a mi lado.
-Venga deja de actuar así, pareces perdida. Dijo Sofía burlándose. Yo me incliné para saludarla y dar un beso en la mejilla. -Me gusta tu blusa.
Dijo tratando de distraerme pero ni siquiera eso funcionó.
Sofía caminó lejos de nosotras.
-Vamos a que conozcas a mi papá.
Cuando intentó dar un paso más mi mano lo impidió.
-Lauren. Yo estaba de pie sin poder moverme.
-Te confesare algo Cami, jamás había tenido pareja por lo tanto jamás me han presentado a sus padres.
Rodó los ojos.
-Ya conociste a mi mamá y todo salió muy bien.
Se acercó para besarme pero una voz nos interrumpió, yo salté de mi sitio asustada y me giré para verlo.
-Papá. Dijo entusiasmada, Camila besó su mejilla y el le rodeo los hombros.
-Hola Cariño.
Yo me quedé frente a ellos sin saber que decir, Camila me hizo algunos gestos para indicarme que debía presentarme.
-Buenas tardes señor. ~Dios mío Lauren tienes 30 años y aún te comportas asi~ la carcajada de Sofía resonó en toda la casa. Distraída miré como esa chica miraba todo desde otro sitio, se burlaba de mi y yo lo entendía. Pusé atención a ellos de nuevo.
-Alejandro Cabello. El extendió su mano y apretó la mía un poco fuerte, quizá marcaba territorio, era su hija mayor, y además tenía a su nieto era obvio que le protegiera.
-Lauren Jauregui. Le dije con voz débil.
¿Donde estas Kilian? Es el momento de salvar a Lolo. Me dije en la mente.
-Pasen a la sala Kilian parece inquieto.
Dijo la madre de Camila entrando a la estancia yo la ame, salvó mi vida. Nadie dijo nada pero su padre trato de darme una pequeña sonrisa yo solo asentí y los seguí.
El señor no solto a Camila en el trayecto así que caminé dudosa hasta la sala donde Ki trataba de poner una película.
Me miró y sonrió.
-Será una de terror Lolo. El y su tía se rieron de mi, seguramente Kilian le había contado de mi cara al mencionarlo.
Todos tomaron su sitio y yo quedé de pie como una tonta.
El sofá pequeño quedó libre así que me senté ahi.
Camila recargaba su cabeza en el hombro de su padre y con la otra mano sostenía la de su hijo, quien ocupaba el lugar a su lado. Sofía se sentó subiendo ambas piernas en el sofá al lado de Ki. Y del otro lado del señor Cabello se sentó su mujer.
La película comenzó y mientras todos comían de las frituras y botana que habían preparado yo solo tomaba un poco de agua fresca, sola y como estatua en el sofá mirando la televisión. Por un rato miraba como Kilian cubría sus ojos asustado y buscaba la protección de su Camila ¿Porque rayos a sus 11 años le dejaban ver esas películas? No era un bebé pero si era pequeño aún o así lo miraba yo, recordé que el mismo podría haber insistido en verla.
Me sentí incómoda, era obvio que sobraba en el sitio y me removí en el asiento, llamé la atención de Camila así que me miró con una sonrisa tierna. Quería que se acurrucarse conmigo no con su papá. Al instante en que levanté la mirada otros ojos se enfocaron en mi.
Regresé de inmediato mi vista a la televisión.
No entendí que había realmente en su mirada, si había odio, rencor o tal vez curiosidad, era obvio que siendo su padre y mantenerse alejado de ella tanto años le había hecho surgir la sobreprotección, para Camila y para su nieto. Suspiré bajo, la tendría difícil o quizá jamás sería aceptada ahi. A ellos les gustaría más ver a Camila casada con un buen hombre, tener más nietos y una linda casa donde Kilian terminará de crecer, pero en cambio estaba yo, mujer, trabajando fuera, sin casarnos y sin posibilidad de tener más hijos. Me perdí gran parte de la película en mi mente por lo tanto cuando le puse atención ya había pasado gran parte de la trama. Estaba distraída y no noté cuando Camila se había sentado en el reposabrazos de mi sofá. Me hizo darme cuenta cuando toco mi brazo.
-¿Quieres más agua? Dijo en susurró por que el resto se suponía tenian la atención en la película. Yo dejé de apretar el vaso en mi mano.
Sonreí de lado hacia ella pero negué.
-Vale, entonces acompáñame a la cocina. Algo dudosa acepte su mano y caminamos a la cocina, en mi espalda sentí la mirada de alguien y ese alguien sabia quien era.
Me recargué en la barra mientras ella acomodaba un poco más de botana en un recipiente y llenaba un vaso con agua.
Yo pusé el mío en la barra antes de que resbalara de mis manos humedecidas por los nervios.
-Tu padre me odia. Le dije si poder aguantar más. Ella dejó de moverse y me miró.
-No lo hace Lauren, sólo está celoso.
-Pues por eso. Levanté la voz.
-No hables alto. Contestó y cerró la puerta de la cocina con cuidado.
-Supongo que siente que debe actuar así, está tratando de adaptarse a mi vida y yo a la de ellos es normal que te miren raro por un tiempo. Camila buscaba justificar las acciones de su padre desde luego tenía derecho pero era obvio como me veían ahi.
-No le dijiste quien era realmente. Le reclamé. -Soy tu novia Camila.
-Tu debiste decirlo.
La miré sorprendida, decírselo y arriesgarme a que todo saliera mal.
-¿Antes o después de que me asesinara con la mirada?
Rodó los ojos y su cara reflejo que comenzaba a enfadarse.
-El no lo iba a hacer pero si estás inquieta por eso entonces habrá que decírselo cuanto antes.
Iba a pasar a mi lado con la comida pero en ese momento alguien más entró. Su padre miró a ambas algo intrigado.
-Lo siento te tardaste cariño y pensé que necesitabas ayuda.
Camila solo sonrió pero en sus ojos café vi que tramaba una grande.
-Am no, iré a llevarla a la sala por que no le indicas a Lauren donde está el baño. Dijo para finalmente salir con una media sonrisa.
Abrí mucho los ojos y su padre se giró hacia a mi con los brazos cruzados sobre el pecho yo me reincorpore en mi sitio.
-¿Donde está? Quise escapar del lugar lo más pronto posible, su presencia me ponía nerviosa.
-¿De verdad crees que le voy a creer?
-Disculpe. Le pregunté algo angustiada.
-Ya se que no te has sentido cómoda con mi presencia y bueno mi hija a hecho esto a propósito para irse y dejarnos solos, a mi me parece bien así nos conocemos.
Aclaré la garganta pero no pude decir palabra.
-Yo se que Camila y tu tienen una extraña relación, debo admitir que no me pareció fácil al principio entenderlo pero estoy resignado a evitar más problemas con ella, después de tantos años lejos de su vida. El tomó un respiro antes de continuar. -La primera vez que ella se enamoró todo salió muy mal, demasiado, mira todo lo que pasó, fue mi culpa por permitir que estuviera con alguien sin antes conocerlo bien y estás tu aquí, ahora no solo siento la necesidad de cuidar de ella sino también de mi nieto ¿Comprendes toda la situación?
-Claro. Sólo pude decir.
-Debo conocer cuáles son realmente tus intenciones por que de entrada que seas una mujer lo complica más, que no te miré con ella antes en ningún momento y además de que Kilian es demasiado cercano a ti ¿Que tienes que decir a eso?
Yo di algunos pasos hacia atrás pero no encontré absolutamente nada para apoyarme, fije mi mirada a sus ojos y decidí ser responsable de lo que sentía por Camila.
-Entiendo a lo que se refiere, no soy cualquier persona en la vida de Camila, ella y yo comenzamos una relación desde hace meses pero bajo algunas circunstancias ella me alejó, por eso no estuve a su lado en el proceso que tuvo con Chris... no significa que yo allá dejado de quererla y mucho menos a Kilian, son muy importantes para mí, mis intenciones con ambos son las mejores por eso regresé, yo se lo prometí.
-¿Como es que comenzaron la relación?
-La conocí desde hace 9 años pero tuve que irme lejos por....
No sabía si debía contarle la situación de mi ceguera. El levanto su ceja tratando de intimidarme.
-Era invidente, nos conocimos por que Judith era amiga en común, mi vecina, Camila y yo fuimos amigas durante un tiempo después de presentarnos sin embargo mi familia se vió obligada a ir a Vancouver, estuve allá 8 años y cuando falleció Judith regrese aquí mirando a Camila por primera vez, convivimos el tiempo suficiente y los conocí más, incluído a Kilian, así que le pedí que fuera mi novia. Respiré una vez más, el debía entender que realmente les quería.
-Su hija es realmente una parte importante de mi vida, le amo y al pequeño, no tengo otro objetivo más que hacerla feliz y apoyarla.
-¿Y no piensas que su relación pueda llegar a afectar al niño? Preguntó algo interesado.
-No, por que Kilian es un niño estupendo y que yo esté con su mamá no le afecta, el sabía desde antes mis intenciones con Camila y me quiere igual que yo a él, somos amigos.
Dió algunos pasos de un lado a otro en el poco espacio de la cocina.
-Esta bien, supongo que con esto me aseguras que estarás con ella de forma definitiva.
-Claro que si, aunque primero debemos solucionar algunas cosas pero si usted quiere estar seguro entonces es una promesa que jamás haré sufrir a su hija y mucho menos a Ki.
-¿Les amas?
-Con mi corazón.
El silencio invadió el lugar así que resignado extendió su mano a la mía.
-Estas a prueba Lauren, un solo fallo y haré todo lo posible por que te alejes de ellos. Tomé su mano.
Para ese momento yo ya había obtenido la seguridad suficiente como para hablar con el, cuando alguien ponían en duda mis sentimientos hacia ella despertaban en mi una necesidad de demostrarles lo contrario. La amo y eso no cambiará.
-Muy bien señor. El soltó mi mano.
-¿Eres escritora?
-Asi es. Dije sin dudar.
-¿Eso no complica un poco su relación? Camila me dijo que estabas fuera por tu segundo libro.
-Si, a eso me refiero cuando digo que faltan algunas cosas para establecerme aquí en la ciudad de forma permanente.
-Llamame Alejandro. Dijo más tranquilo y dejando la actitud de padre posesivo y celoso.
Le di una sonrisa sincera y ambos salimos de la cocina, yo retomé mi asiento en el sofá y miré a Camila sonreír como nunca. Cuando su padre llegó a su lado ella le besó la mejilla, al parecer la tensión desapareció gracias a la charla anterior. Esta vez pude mirar el final de la película más tranquila.
Aunque deseaba tener a Cami a mi lado sabía que si la besaba o tomaba de la mano frente a todos les haría sentir incómodos.
Kilian llegó hasta mi lugar sonriendo.
-¿Te gusto la película?
Yo fingí estar asustada y le pedí un abrazo.
-Me asusté debo admitirlo. El se río un poco más de mi.
-Te lo advertí. Sus mejillas se sonrojaban por tanto reír y apreté una de ellas.
-¿Haber quien es el primero en tener alguna pesadilla por la noche?
Le reté y el asintió encogiéndose de hombros muy divertido.
-Vale ya que han hecho su reto diario ¿Porque no jugamos un rato a algo más? Así se da el tiempo de la cena. Esta vez Sofía fue quien propusó y sin dudar ella y Ki subieron a la habitación para traer el juego de Jenga.
-Saldremos un momento al jardín. Dijo Camila a sus padres mientras yo la seguía.
Una vez estuve afuera respiré profundo y gruñí.
-¿Que ha sido eso? Camila estaba bastante divertida con todo lo que había pasado, no tenía ni idea de las ganas que tenía de huir ni que aguante sin ir al baño lo suficiente. Su padre realmente me había intimidado pero ahora me sentía más relajada al platicar que había pasado en la cocina, seguramente era el motivo por el cual me había invitado afuera.
Caminamos sin decir nada hacia una pequeña banca y nos sentamos.
Ella soltó una carcajada fuerte, yo la miré enfadada.
-Dios...
No podía dejar de reír y yo me cansé de escuchar. Asi que hice lo que sabía le haría parar de reír.
Me incliné a sus labios sin tocarlos y la miré, ella por supuesto dejo su risa para quedarse quieta, muy quieta.
-No te muevas. Dijo y yo miré como desviaba sus ojos hacia una parte atrás de nosotras. Mi corazón comenzó a latir acelerado. -Mi padre está en la ventana.
Demonios, apenas que había arreglado la situación y ahora lo había incomodado o algo. De forma disimulada traté de mirar pero en ese momento Camila comenzó a reír de nuevo.
-No puede ser, es que debes ver tu cara de repente perdió color.
Se sostenía el abdomen y sus ojos asomaban lágrimas de felicidad.
Fue suficiente está vez la tomé de la cara y junte nuestro labios. Comencé a moverme despacio, casi como una caricia ella colocó sus manos sobre las mías y siguió el beso. Cuando introduje mi lengua en su cavidad ella gimió.
Pasamos algunos minutos así, yo la besaba y luego ella a mí. Mis manos recorrían su cuello hasta si cintura. No fue que me separé hasta que miré a sus labios, estos estaban bastante enrojecidos e irritados por tanta actividad.
-Am...ahora si que tus padres se molestaron, has quedado como adolescente después de su primer beso caliente. Le dije para luego reír.
Me miró curiosa e intentó ver su reflejo en la ventana.
-¿Que has hecho?
-Nada, luces igual de linda que siempre pero con tus labios algo hinchados, así me gustan.
Ella sonrió y comenzó a dar besos juguetones por toda mi cara.
-Te amo Lauren. Dijo suspirando.
Lo siguiente a eso fue la interrupción de su madre en la puerta trasera haciéndonos ambas a alejarnos de golpe.
-¿Hija? Preguntó.
-Si mamá acá estamos. Le gritó.
-Vengan servire la cena cariño. Camila se desvío en la entrada de un baño para mirar sus labios y percatarse de que yo sólo había exagerado un poquito. En la cena recordé que no pude responder el te amo de Camila y mientras todos comían distraídos yo moví mis labios para decirle que también la amaba. El brillo en sus ojos me enloqueció.
-¿Me ayudas a partir? Preguntó Ki a mi lado, un pedazo de pollo enorme para su pequeña boca estaba sobre el plato, la sopa ya no estaba pero las verduras aún permanecían abandonadas en la orilla.
-Esta bien pero antes te comes a estos amigos de aquí. Le indiqué con el dedo. El bufó molesto.
-Kilian. Le reclamó su madre. -Lauren tiene razón comelos.
Recordé que en una ocasión le había dicho que comiendo vegetales logré que mis ojos se hicieran verdes, así que se lo susurré al oído. Le guiñé a Camila cuando esté se los término. Algo satisfecho dijo que miraría algo en la televisión.
-Camila. Llamó su madre. -Sin duda Lauren es la indicada. Dijo de la nada. El pedazo de zanahoria que comía se quedó atrapada en mi garganta, no pude evitar toser, me estaba ahogando. La vista se me nublo y traté de ponerme de pie.
Para cuando pude respirar mejor todos se habían levantado de la mesa, unos levantaban mis brazos y otro golpeaban a mi espalda.
Camila me miraba preocupada limpiando las lagrimas que salían sin evitar de mis ojos.
-Dios ¿Estas bien bebé?
Me preguntó algo inquieta. Todos me soltaron y poco a poco retomaron su sitio.
-Esto fue divertido. Emitió Sofía mientras comía sin ninguna pena. Yo bebía agua para pasar bien la comida que tenía aun en la boca.
-Estoy bien. Dije con la voz ronca y débil. Sofía estalló a carcajadas, desde Luego su hermana la miró de forma dura tratando de hacerla callarse pero no funcionó.
-La próxima vez que suelten algo así al menos asegúrese de que no esté comiendo. Sofía estaba realmente cansandome. Y además yo trataba de superar el es la indicada que había escuchado.
-Lo siento Lauren. Dijo su mamá.
-No hay problema señora. Aún no recuperaba bien la voz acepte que sonaba graciosa.
-Dime Sinú.
Pasaron cinco minutos y nadie decía nada.
-A lo que me refería es que Kilian realmente te aprecia y te hace caso, desde luego que ambos se conocen bien creo que te respeta más que a Camila.
-Mamá. Le replicó Cami desde su silla.
-Es la verdad. Sinú se encogió de hombros y dió otros bocados más. Alejandro permanecía en silencio.

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