LAUREN
El vuelo se había atrasado así que los tres esperamos en la sala a que reprogramaran el viaje. Las personas a nuestro alrededor también estaban desesperadas, se respiraba un ambiente tenso.
Kilian estaba más que emocionado por ser la primera vez que subía a un avión, brincaba por todos lados y nos hacía preguntas muy entusiasmado. Preguntas que en ocasiones ni Camila ni yo teníamos respuestas. Ki tenía una cabeza demasiado imaginaria.
-Tu móvil suena cariño. Mi novia había golpeado levemente ni hombro para que pusiera atención al sonido en mi chaqueta.
Contesté sin verificar de quien se trataba.
-¿Donde mierda estas? Marcus dijo en voz elevada.
-Oh hola amigo, yo estoy bien ¿y tu?
Bufó molesto.
-No hay tiempo para juegos, te necesito aquí en la noche Lauren, ya lo sabes.
-Estaré ahí, sólo se retrasó el vuelo. Trate de explicarle de forma breve lo que sucedía pero me interrumpía.
-Mas te vale estar a tiempo.
-Amm...hay una cosa más que no te dije.
-¿Que?
-No voy sola, Camila y Kilian me acompañan.
El silencio se alargó lo suficiente en la línea hasta que el comenzó un balbuceó.
-Lauren te quiero concentrada y si ellos vienen se....
-Estaré bien, voy a trabajar pero ellos me acompañan y no me distraen.
-Como sea.
-Te los presentaré más tarde, nos vemos Marcus.
Colgué para que no comenzará a discutir. Confiaba en que apenas los conociera iba a aceptarlos sin más.
Camila se acurrucó en mi cuello, tenía un poco de sueño y llevaba minutos dormitando. Su respiración me hacía cosquillas en la piel mientras sus manos se abrazaban a mi con fuerza.
-Me encanta el aroma de tu cabello.
-mmmhh. Hizo un sonido algo gracioso haciéndome reír.
Kilian se situó frente a la ventana enorme que mostraba la panorámica perfecta de toda la pista de aterrizaje. Miraba sorprendido cada uno de los aviones que entraba o salía del aeropuerto.
-¿Como es que Kilian nunca ha salido de vacaciones?
Le pregunté. Se reincorporo un poco para contestar a mi pregunta.
-Nunca pudimos, la última vez fue Judith quien le prometió llevarlo con ella hacia donde vive su hermana pero luego enfermo y no pudo.
Las pequeñas anécdotas que incluían a Judith a veces la ponían triste y no me gustaba verla así. Cambie el tema para distraerla.
-Me gusta que vaya conmigo, así siempre lo recordará.
-Estará muy agradecido siempre. Me besó el cuello para cerrar sus ojos de nuevo.
-Es como el hijo perfecto Cami, educado, carismático y no te reta demasiado.
Soltó una risita.
-Pero lo hace y a veces me hace enojar, no se que voy hacer cuando sea adolescente. Declaró con una voz divertida.
-Esta a algunos años de serlo pero aún así confío en que seguirá siendo el mismo, solo que va a ser muy apuesto y te cuidará mucho más.
-Esta creciendo rápido ¿Cierto?
Asentí aún mirándolo.
-Bastante, no sabes cómo me hubiese gustado estar con el desde pequeño, según las fotos de bebé era muy lindo.
-Bastante y a ti te adoraba a pesar de que no te conocía mucho.
Ki camino hacia nosotras que estábamos sentadas frente a él. Su cara demostraba ya un poco de aburrimiento, también tenía sueño y ya quería subir al avión.
-¿Falta mucho? Preguntó para luego sentarse a mi lado.
-No creo Ki.
Se encogió de hombros y comenzó a tararear una canción.
-¿Mamá está fingiendo dormir?
Solté una carcajada y Camila se río conmigo.
-Si bebé. Le dijo, Ki se subió a sus piernas y se quedó ahí.
-Mamá tengo mucho sueño.
-Yo también cariño.
-Quiero dormir un poco.
-Bien, recargate aquí. Le indicó su regazo pero el negó pensativo.
-Quiero estar a un lado de Lolo.
Yo le guiñé un ojo y aparté de forma juguetona a mi novia. Ella sólo nos miro de forma incrédula y se hizo la ofendida. De inmediato Ki se sentó a mi lado para recargar su cabeza en mi brazo.
No le había llevado mucho tiempo quedarse dormido y lo mire hasta que sentí unos ojos sobre mi. Camila con los brazos cruzados observaba la situación.
-Venga, te prometo que en el avión te voy a consentir a ti.
Giró su cabeza ignorando mis palabras.
La miré de perfil, sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas, su nariz respingada le daba un toque muy tierno y sus suaves labios me hicieron sonreír por instinto. Ella lo notó así que se enfoco de nuevo en mi.
-¿Que es tan divertido?
-Nada, sólo que eres tan linda que ahora deseo darte un beso.
-No, estoy molesta.
-Venga aunque sea en la mejilla. Rogué.
La sala poco a poco estaba más tranquila, muchos ya se habían puesto a dormir y otro leían alguna revista. Besarnos frente a otros nunca había sido un problema pero nunca faltaba la mirada molesta o apenada de alguna persona. Ese momento una mujer mayor nos miró, Camila se reacomodo en su asiento al sentirse incómoda y evito mi mirada. La mujer me sonrió para final gruiñarme un ojo, yo le respondí de la misma forma y con cuidado de no despertar a Kilian me incline.
Besé su mejilla sorprendiendola.
-Hey.
-Venga ahora nadie está viendo, dame un beso aquí. Mi dedo apuntaba mis labios.
-No Lau.
-Por favor cariño.
Ella reía como una niña pequeña al ver mi cara de puchero.
-Lau, tu sabes que no es que me dé pena sino que es la señora de enfrente, se miraba incómoda igual debemos comportarnos.
Susurró lo más bajo que pudo.
-A ella no le importa.
-Si.
-No, en serio hace rato que esta distraída.
Miro hacia en frente y luego a mi.
-Te lo dije.
-Ok.
Dió una última mirada en busca de alguien que estuviera al pendiente de nuestros movimientos. Nadie nos vigilaba.
El beso fue tan fugaz que cuando intento separarse yo lo profundice.
Como sucedía siempre, sentí una corriente fría que subía desde mis pies hasta situarse en medio de mi pecho, sus besos provocaban que sintiera cosas muy extrañas.
Mis mejillas se sentían encendidas y mis manos rogaban poder tocarla.
Sentía que sus labios latian sobre los míos, con un ritmo acelerado y me hacían olvidar todo, hasta el sitio en el que me encontraba.
Jugué con sus labios por otro momento antes de separarme. El vuelo estaba siendo nuevamente anunciado.
-Lo ves, sólo faltaba un beso para que el vuelo saliera.
Ella sonrió y se dispuso a despertar al pequeño. Que por supuesto se quejó al moverlo pero en cuanto recordó donde estábamos se puso inquieto. Saltó del asiento para tomar su pequeña mochila, tomó mi mano y la de Camila, casi nos arrastró hacía la puerta de salida donde una señorita nos autorizó el boleto.
Otro problema inició cuando Ki y yo nos peleamos por el asiento de la ventana.
-Haber ya basta. Gritó Cami a nuestro lado. Algunos de los pasajeros nos miraron confundidos. -Para empezar ese número de asiento me corresponde a mi así que ambos se salen de ahí.
-Mamá. Rogó el pequeño.
-No Kilian ya dije que es mío.
La miré con rencor. Para nuestra mala suerte Camila estaba en lo correcto así que quejandonos salimos del asiento para que ella lo ocupará. Nos miró divertida. Después de ella se sentó Kilian, estaba enfadado, su ceño levemente fruncido me lo indicaban.
Yo me senté en el asiento del pasillo, no tenía ninguna buena vista de aquí así que me aburriria.
Las indicaciones sobre el cinturón de seguridad y del despegue se escucharon en todo el sitio. Ki estaba nervioso así que cuando el avión se disparó hacia el aire apretó con fuerza la mano de Camila. Era una imagen muy graciosa por que seguramente ahora la idea de volar no le parecía divertida.
Cuando el avión se estabilizó en el cielo por fin el pequeño volvió a respirar, sus mejillas estaban enrojecidas, frente y nariz tenían gotas de sudor y me miraba como suplicando.
Camila casi lo obligó a que dejara de apretar su mano, no sin antes darle un beso en su cabeza. -Ya esta cariño, estamos volando.
-Wow. Soltó, su simpático sonido me hizo querer soltar una risa pero me contuve. Por encima de Kilian, mi novia me lanzó una señal de advertencia, debía quedarme callada.
El vuelo pasó con tranquilidad, hubo turbulencias pero fueron las normales, Kilian después de dos horas de viaje se quedó dormido e incluso olvidó que estaba molesto por no viajar junto a la ventana. Por mi parte aún no lo superaba, era bastante aburrido solo mirar como las azafatas servían a los demás pasajeros, revisaban un par de cosas en una pantalla y luego se volvían a su lugar. Para añadir a mi aburrimiento ninguno de los pasajeros hizo algo chistoso, que le avergonzará o alguna escena fuera de lo normal.
Sólo me quedó dormir y mirar hacia la nada, escuchar un poco de música y suspirar de vez en cuando por mi novia, ella en cuanto el avión avanzó sin problemas cayó dormida.
Se veía tan linda con sus labios entreabiertos y tentadores, abrazaba de forma protectora el hombro de su hijo.
La distancia que nos separa de su asiento al mío era la suficiente grande como para obligarme a quedarme y observarla.
-Señorita. Me llamó la azafata, mis ojos se enfocaron en ella. Cabello rubio y una sonrisa coqueta. -¿Quiere algo de tomar? Tratando de comprender que sucedía me quedé como boba mirándola hasta que sentí un puño sobre el hombro.
-Auch. Dije en vez de decir que no, mi mano se situó de inmediato en el sitio del golpe y me quejé.
-Yo un poco de agua. La voz adormilada de Camila contestó por mi.
El trato de Camila hacia la azafata se volvió tenso, cuando ella intento ofrecerme algo de nuevo evite mirarla.
-Jugo por favor ¿Tiene algo para el pequeño?
Me enseñó con la mano una pequeña bolsa con dulces.
-Esta bien con esto.
Se fue cuando Camila le dió las gracias.
-¿Que tanto le veías?
Nerviosa evite el contacto fijo a sus ojos. -Nada sólo que no estaba segura de querer algo.
-La miraste demasiado.
-No, claro que no, estaba dormitando cuando llegó hacia mi. Mi voz sonaba insegura y débil. Me miró de forma amenazante. Un suspiro de Ki nos evito discutir.
Minutos después intente contentarla, me había acusado sin razón y además se cerró a una idea equivocada.
-Cami. Susurré. Su cuerpo se tensó. -Se que me escuchas....amor habla conmigo.
-Shhh, vas a despertar a Kilian.
-Esta dormido plenamente, no nos va a escuchar.
-Además ¿De que quieres hablar?
-De tus celos incontenibles.
Esta vez se giró hacia mi. Trato de guardar la compostura pero sabía que se contenía demasiado, quería hacerme daño. -No son celos, sólo estoy enfadada por que la miraste demasiado. Susurró entre dientes.
-¿Que? Me reí un poco sin poder evitarlo.-Cami eso se llama celos.
-¿Puedes bajar la voz?
Rodé los ojos, a veces era tan difícil arreglar algo con ella, demasiado, si se enfadaba me llevaba más tiempo contentarla que volver a provocar su enojo.
-Al menos sólo acepta que estás celosa, pero debes saber que sólo tengo ojos para ti, la chica sólo me sorprendió mientras dormitaba me quedé viendo hacia la nada.
Sin esperar su respuesta me acomodé en el asiento para dormir un poco, desde luego ella se enfadaria más por dejarla hablando sola.
Segundos después sentí como salió de su lugar, topó con una de mis piernas.
-Lo siento. Dijo. Caminó hacia el sanitario.
Tardó más de lo que pensé, y con algo de duda deje a Kilian dormido.
Llegué a uno de los baños e insegura toque la puerta.
-Esta ocupado.
Era mi novia.
-Soy yo cariño ¿Puedes abrir?
Nos estábamos arriesgando. No debíamos estar ambas ahí.
Un clic me indicó que ella había abierto, de forma rápida entre a donde estaba. El espacio era más que reducido y sólo nos daba algunos centimetros de espacio entre ambas.
-¿Que haces aún aquí?
Le pregunté. Ella agachó su cabeza.
-Estaba haciendo mis necesidades.
-Que mentirosa ¿Querías que viniera?
Una sonrisa traviesa se asomó en su linda cara. Increíble, estaba mintiendo cuando se enojó conmigo.
Ella se abalanzó contra mi cuerpo, que desde luego no resistió mucho por la fuerza que usó. Mi espalda chocó contra la pared pequeña del baño. Ambas reímos.
-Shhh. Cuando intenté hablar me encontré con sus labios. Comenzó a besarme con desesperación. Mis manos trataban de sostener su cuerpo en medio de todo aquel lío.
Sonreí en medio del beso, su mano bajo por mi abdomen e intento entrar en mis pantalones.
-Demonios ¿Que haces Camila?
-Shhh, nos pueden escuchar.
Pegó sus labios impidiendo que hablara.
Sujeté sus nalgas con fuerza haciéndola gemir, aún pareciendo imposible pegué más su cuerpo.
Desabrochó mis pantalones con habilidad y sin pensárselo su mano invadió el espacio, tocó el sitio que anhelaba.
Con un par de movimientos y sus pequeños labios me tenía soltando gemidos. No solíamos practicar esto a menudo, es decir, era yo siempre la que llevaba el mando de la situación. Ahora no, dejé que hiciera lo que quería.
Cuando metió uno de sus dedos en mi, la besé de forma profunda tratando de evitar que un grito saliera de mi boca.
-Te amo. Dijo antes de que me hiciera llegar. El resto fue como una alucinación. Cerré mis ojos y mordí su hombro. Quizá había sido el pequeño espacio o la misma situación que me hizo tener un orgasmo increíble. Cuando reaccione fue gracias a ella, quien beso mi cuello por un rato, me sentí agotada así que me recargue por completo en la pared de la puerta. Cuando abrí mis ojos lo primero que ví fue su sonrisa traviesa. -Estas loca. Susurré.
-Por ti. Me dijo divertida besándome la mejilla.
Con un movimiento rápido la recargué sobre la puerta.
-Es mi turno. Estaba a medio camino de besarla pero me detuvo.
-No Lau, debemos volver tenemos más de 10 minutos aquí.
-¿Que? Pero necesito tocarte. Supliqué.
-Lo harás pero aquí no.
Para nuestra fortuna cuando salimos nadie se había dado cuenta, la azafata platicaba amablemente con uno de los pasajeros y el resto parecía estar descansando. El ambiente estaba tranquilo, las luces bajas y una música relajante. Ki seguía durmiendo. Estaba molesta con ella, la miré de forma acusadora cuando se colocó en su lugar.
-Me la pagarás Camila. Le advertí. Sacó su lengua y se miró las uñas con indiferencia.
Me había encantado, no podía mentir, mi chica era increíblemente seductora cuando se lo proponía, el asunto del baño se añadía a uno de mis mejores momentos en la vida. Divertido y pervertido.
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Lo que no se ve
FanfictionOcho años después de conocerla la ve por primera vez. Lauren es una chica invidente que no tiene la oportunidad de conocer el mundo, entre la poca comprensión de su familia y su problema, ella recibe cariño de una amiga, su vecina. El día menos esp...