Lo que no se ve

27

LAUREN
Aún no podía creerlo, pero el llanto y los gritos de mamá me traían a la realidad. Una mano acariciaba mi brazo mientras yo retenía más lagrimas, al fin había encontrado una utilidad a mis ojos. Al enterarse, mis padres pasaron de mi y cada quien lidió con el dolor por separado, en mi caso, Judith fue quién me reconforto pero después de que saliera de su casa quedó muy claro que no me permitirían acercarme de nuevo a ella. Mi padre no dejó de regañarme durante todo el camino al funeral y comprendía que era su forma de sacar el dolor. Mamá tenía bastante sin siquiera hablarme, sinceramente un abrazo era la que menos esperaba.
El tiempo pasó tan rapido que no me di cuenta de todo hasta que estuve sentada de nuevo en el auto de papá de regreso a casa, sin mi hermano, el interior parecía sin vida. Una hermana de mi madre decidió pasar unos días junto a nosotros y ayudar a mamá pero ella era igual de dura, yo era nada para ellos. Dos lágrimas rodaron por mis mejillas al detenerse el auto y entender que habíamos llegado a casa, las puertas se abrieron y mi padre me llamó.
Como pude caminé hacia mi habitación cerrando la puerta mientras el llanto de mamá se hacía más fuerte.
Necesitaba salir de aquí necesitaba a Judith.

CAMILA.
-Cariño...cariño. Alguien tocaba ni brazo con insistencia, abrí los ojos y miré hacia Judith. -El auto llego hace unos minutos.
Dijo y yo me levanté del sofá tratando de no tirar a Kilian quien se había quedado dormido en mis brazos.

-Tranquila lo lleve a la cama.
Suspiré y me acerqué a la ventana que daba hacia la casa de Lauren, todo parecía silencioso pero al poner atención algunos sollozos provenían de dentro. Mi corazón se rompió, quería abrazar a Lauren.
-Sera mejor esperar, estoy segura de que Lauren vendra.
Asentí y me senté en la cama sin dejar de mirar hacía afuera. Judith comenzó a acariciar mi cabello.

-¿Le quieres verdad?
Su pregunta solo me hizo confirmar lo que llevaba sintiendo desde el momento que la conocí.

-No se como pasó. Solo dije y ella me abrazo. -Pero todo se complica Judith, mírame tengo más problemas que cualquier persona de mi edad y además soy una chica...solo complicaría la vida de Lauren, además ella jamás...

-No digas nada que no sepas cariño.
Asentí con la cabeza solo por no llevar la contraria, sin embargo sabía que sentir eso por Lauren solo era un error.
Pasó el tiempo tan lento que casi me dormía sentada, cuando vi una figura en la oscuridad caminando por el jardín.
Desperté de mi sueño y miré a Judith dormida en una pequeña mesedora en la habitación, caminé de prisa hacía la entrada por donde vi a Lauren, al dar la vuelta en el pasillo para la sala topé con alguien.
Lauren dió algunos pasos hacia atrás para evitar caerse y yo la sostuve del brazo.

-¿Judith?
Preguntó, en ese momento me di cuenta de la tristeza que se dibujaba en su rostro, un rastro de lágrimas en sus mejillas y sus ojos enrojecidos por el llanto. Sus manos temblaban y me fije en sus pies descalzos.
Negué y me lancé en sus brazos. Ella se sostuvo de mi y yo de ella, después de segundos correspondió mi abrazo y se aferró a mi como pudo, su rostro húmedo busco mi cuello.

-Camila. Dijo en un suspiro yo acaricié su cabello mientrás lloraba sobre mi hombro.

-Estoy contigo Lauren.
La acompañe en su llanto por un rato hasta que la lleve hacía un sofá al sentarnos ella no se despegó de mi.

-En mi casa todo esta terrible...mi mamá ha enloquecido y papá acaba de salir solo a no se donde, ni siquiera me han dejado abrazarles.
Dijo en un tono triste.

-Todo estara bien. Le dije.

-Todo estara peor después de esto...mi hermano...el... el no sabía lo que hacía, al parecer bebió demasiado y murió al instante.
Soltó unos sollozos más y me abrazo con más fuerza parecía que ambas nos quedaríamos sin aire.

-Shhh tranquila.
El abrazo duro más de la cuenta que cuando desperté Lauren dormía con medio cuerpo sobre el mío, las señas bajo sus ojos eran realmente grandes. El movimiento de su respiración era lento, comence a mover su cabello despacio para no despertarla.