Lo que no se ve

12

CAMILA
Sus palabras salieron con algo de tristeza y eso solo me hizo sentir peor. Lauren estaba encerrada ahí sin motivo alguno, su familia dudaba tanto de ella, claro que era capaz de salir de casa y regresar a ella con algo de compañía.
La sacaría de aquí al menos algunas horas.
-Lauren, saldrás por que no quiero que te quedes aquí sin comer algo descente...yo te ayudare a salir y regresar con bien a tu casa.
Ella negó nuevamente y caminó por el pasillo.

-Por favor vete.
Sus palabras parecian apuñalar mi corazón, de verdad que quería hacerla sentir mejor.
La seguí a lo que parecía su habitación.

-Lauren...

-¿Qué haces aún aquí?
Llegó a su cama y buscó a tientas el teléfono.

-Ellos te llamarán. Dije al verla tomarlo entre sus manos.

-Debes salir, yo no te he permitido entrar.

-Estoy fuera.
Si estaba fuera de su habitación justo en la puerta ¿En serio es lo único que hace? Sentarse en su cama esperando una llamada.

LAUREN
No podía salir de casa, si ellos se enteraban de que salí luego pasaría los siguientes meses sin sentir el fresco de la calle. Ya me había pasado antes, salí sin decirle a mi mamá con ayuda de Judith, ambas caminamos a un parque cerca y al regresar, mamá termino por romper su relación con la vecina y yo terminé recluta por meses solo en mi habitación, como siempre en la oscuridad. No podía arriesgarme. No se escuchaba ningun ruido asi que terminé por concluir que Camila se había ido.
No sabía que pensar sobre ella, la extraña relación de nuevas vecinas me confundía, días antes yo había sido grosera como ahora y luego ella también habia terminado ignorándome. Sin embargo aquí estaba preocupándose por mi comida y brindándome la única oportunidad de sentir los rayos del sol sobre mi piel por algunos minutos después de días.
~Es muy tarde para decirle que si Lauren, ya se fué...claro que se fue siempre terminas igual de sola~
No podía dejar de pensar en como sería diferente si mis ojos realmente funcionaran como debían, saldría a todas partes sin detenerme, ni siquiera mi familia.
Estaba enfadada, triste y dolida con las personas que me dejaron de nuevo aquí sola, parecía que cada vez que salían tenían más confianza en alargar el tiempo fuera, ahora casi cuatro días.
~Un pastelillo de Aiden puede mejorar mi estado de animo~ claro pero no podía salir, lo recordé.
-Entonces, ¿Ya decidiste?
Su voz me hizo saltar en mi sitio, aún estaba aquí, claro mi enfado era tan grande que deje de percibir mi alrededor, ella aún estaba aquí, esperando mi respuesta.
Su risa corta me hizo ladear un poco mi boca, me había sacado un susto de muerte. Su insistencia me hizo actuar.
Resignada conteste.

-Esta bien, solo déjame ponerme otra ropa.

CAMILA
Acepto, solo ahora debía esperar a que se cambiara, pero ¿Comó es que lo hacía?
-Claro...yo esperaré cerca a la puerta trasera.
Asintió y se acercó a donde estaba luego note lo que quería hacer. Así que me retiré para luego ver como cerraba su puerta en mi cara.
Me avergoncé tanto de eso ~Claro Camilia el hecho de no ver, no significa de que ella quiera ser vista desnuda~ me reí en silencio y esperé recargada en donde le dije por 10 minutos.
Escuché como abría su bastón en el pasillo y llegó hasta mi sitio. Su ropa estaba correctamente puesta, siempre llevaba ropa oscura y playeras algo holgadas de grupos de rock, suéter ligero, un beanie y tenis comodos.
Sus ojos verdes resaltaban de su atuendo, su piel blanca y su cuerpo delgado podían llamar la atención de muchas personas pero cuando se daban cuenta de su pequeño defecto se alejaban. Eso lo observé mientrás ella caminaba días anteriores por la calle y cuando platicaba con Aiden en la pastelería.

-Creo que estoy lista, ¿Comó saldremos? La cerca esta cerrada.

-Por con Judith. Le dijé.
Arrugó su entrecejo y suspiró largamente.

-Claro ni siquiera te pregunté como lograste entrar...Judith lo hizo para ayudarme a salir un par de veces...no lo recordaba.
Me reí un poco y ella agachó otra vez su cabeza, me molestaba ese pequeño gesto.

-Me río por que no me di cuenta.