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LAUREN
Quería alejarme de ella, su simple contacto producía en mi algo irreal, no sabía que provocaba y por lo reciente lo mejor era alejarme. Tuve un poco de miedo y la inseguridad regresó a mi. Me mordí más el labio dando un paso atrás. Asentí a lo que me pedia ~A quien engañas Lauren, no eres capaz ni de bajar unos escalones~.
Incliné mi cabeza sin saber que decir y de pronto unos brazos me rodearon, su respiración en la piel de mi cuello me hizo estremecerme, no sabía que hacer, su manos se colocaron en mi espalda y su calor corporal me aliviaron de momento. Me estaba relajando, el enfado que tenía hace unos segundos desapareció. Permanecí estática con mis manos rodeando el bastón y con Camila abrazada a mi. La única persona que lo había hecho era Judith en mis cumpleaños y en Navidad, la sensación me calmaba y me hacía sentir un poco más segura, pero con Camila era algo diferente, había algo.

-Perdón Lauren. Dijo alejandose y colocando su mano en mi antebrazo.
-Es solo que...no importa, te llevaría a casa pero no puedo dejar a Ki solo, mejor llamare a Aiden.
Negué con la cabeza.

-Yo puedo, estando ya en la acera.

-Eres terca. Dijó y me guió al hacía la casa, entramos de nuevo el olor a aromatizante y galletas me invadió. Su dulce aroma a vainilla me indicaron que permanecia cerca de mi.
-No bajes la cabeza así, no debes apenarte Lauren trato de entender que te hizo cambiar de actitud ¿Dije algo que te molestó?
Negué con la cabeza que aún permanecía inclinada.

-Solo...quiero irme...de verdad que puedo.

-¡Lauren! Ya basta, no te irás sola y más te vale decirme que hice para que te pusieras así, si no me lo dices entonces no te llevaré a casa.
No sabía que decirle, sabía perfectamente el motivo de mi cambio de acitud pero no tenía caso decirle que la juzgaba mal, en el fondo de mi quería saber que Camila solo era una chica con una vida tranquila sin problemas y viviendo de la forma en que a su edad debía ser.

-Nada, así soy siempre.

-No, hablas todo el tiempo con Aiden...con Judith y quiero saber por que conmigo no.

-Cam...
Un llanto interrumpió mi respuesta.

-Ven. Tomó mi mano y caminamos a paso lento.

-Estamos en la habitación de Ki.
Un olor a productos de bebé me indicó que asi era. El llanto del niño era más fuerte.

-Aquí estoy cariño...mami esta aquí. Escuchaba como Camila trataba de calmarlo. Quería conocerlo y a quien engañaba quería conocer a Camila y más después de que Aiden la describiera. El llanto del niño se detuvo.

CAMILA
Lauren no decía nada y solo se miraba confundida, estando de pie junto a la puerta lucía muy linda, era extraño saber que ella no podía saberlo, no podía mirarse a si misma.

-¿Quieres sentarte?
Le pregunté y ella asintió algo insegura. La guié hacia un sofá viejo que usaba de vez en cuando para arrullar a Ki y en el cual dormía yo cuando estaba enfermo pasando mal la noche.
Le quité el bastón de las manos evitando que comenzará a moverlo, mientrás mecía a Ki tranquilizandolo Lauren parecía ansiosa. Mi hijo despertando de su sueño y del llanto comenzó a retorcerse en mis brazos para bajar, lo deje libre y con decisión se dirigió al rincón de la habitación donde colocaba un par de juguetes. Lo miré por un rato.

-¿Ya estas más tranquila? Le pregunté a Lauren.

-Si...Camila lo siento...yo...en ocasiones me pongo así...trato de controlarlo pero no puedo.
Sonreí y ella soltó un suspiro cansado, sus manos se movían en su regazo.
Entrecerró los ojos y movió su cabello con sus dedos despeinándolo.

-Estas disculpada, igual yo me moleste un poco, no debí dejarte ir así, no es seguro.
Respiró de forma profunda.

-Debes pensar que soy una tonta...y...
La interrumpi para corregirla.

-No pienso que lo seas solo algo terca y enfadosa.
Su sonrisa terminó por derretir todo el muro de enfado que habia logrado construir en mi, era una sincera y dulce sonrisa. Sus labios eran tan llamativos que ver sus dientes resaltar entre ellos semejaba una luz brillante. Detallé su rostro de nuevo, debía admitirlo: Lauren era hermosa algo digno de admirar por horas.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora