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LAUREN
-Venga Ki deja de caminar ya, entremos al lugar por favor.
-Anda quiero visitar una tienda antes.
Bufé enfada siguiendoló, hace más de 30 minutos que llegamos al centro comercial y el pequeño insistía en mirar las tiendas antes de ir al resturante.
Era el ultimo lugar me prometio asi que lo seguí una vez más.
-¿Porqué aquí?
Le pregunté cuando el se situó frente una gama de relojes de mano.
-Lauren ¿Tu podrías comprarlo?
-¿Para ti?
El negó divertido.
-Es una buena idea para mamá, hace días el suyo dejo de funcionar y creí que era una buena oportunidad para que tu se los obsequiarás.
Claro Ki y sus fabulosas ideas, ella se sorprenderia pero a la vez temía que no lo aceptará.
-¿Tu crees que es buena idea?
-Si a ella le gusta mucho mirar el tiempo, no le gusta ser impuntual y es muy útil en su trabajo.
Aclaré la garganta y tomé el que me pareció más elegante y practico, Ki levanto sus pulgares para indicarme que era el correcto.
-¿Tu quieres algo pequeño? Salimos de la tienda y para mi sorpresa el tomó mi mano para caminar.
Pensó entretenido y apunto hacia la heladeria, parecía bueno así que inocente le compré el más grande que encontramos.
Ya esperando en la mesa de lugar de comida italiana, Ki comía bastante entretenido mientrás yo miraba constantemente la puerta esperando a que Camila la cruzará. Llego el momento y al entrar fruncí el ceño, ella no venía sola sino una chica rubia elegante la acompañaba, miré por un momento a ambas, lucían muy bien juntas y la chica parecía hacerla sonreir.
Mis puños se cerraron y traté de relajarme en la mesa para poder comportarme sin decir nada durante la comida.
Llegaron a la mesa y en vez de recibir un saludo las palabras de Camila me sorprendieron.
-¿Ki, porqué comes eso?
El niño limpiaba un poco su mejilla que tenía chocolate.
-Oh oh. Dijo la chica rubia al parecer muy divertida, cuando miré a Camila ella me miraba acusatoriamente y cruzó sus brazos. Desvié la mirada hacia el pequeño y se disculpó con la mirada dejando de lado el helado sobre la mesa.
-¿Lauren?
Se quejó enfadada, me sentí mal al momento y traté de buscar alguna excusa por darle helado a Ki antes de la comida pero no se me ocurrió nada. En ese momento la chica comenzó a reirse junto a Ki y apoyó su cabeza en el hombro de Camila tratando de divertirla pero no ocurrió, ella solamente me miraba a mi tratando de asesinarme.
Las circunstancias me hicieron actuar de forma instintiva y decidí irme de la mesa enfadada, cuando me pusé de pie tan rápido termine sacudiendo la mesa por accidente y el helado termino en mis pantalones.
Gruñí enfadada antes de caminar a prisa al baño. Mientrás caminaba solo esperaba poder sobreponerme a la ola de celos que me embargaba, ni siquiera me importaba que Camila se enfadara por el helado, yo era quien tenía más derecho a enojarme. Ella no tenía derecho a traer chicas a nuestra comida.
Entré al baño mirandome en el espejo y mis jeans eran un desastre, además de ello me imaginaba como el resto del los clientes se reían de mi, el helado había alcanzado mis mejillas también.
La puerta del baño se abrió fuerte mientras yo terminaba de limpiar mi cara.
-¿Qué a sido eso Lauren?
Dijo en un tono serio, yo me recargué en el lavamanos.
-¿De qué?
-Has lanzado el helado ¿Qué te ocurré?
-¿Qué te ocurré a ti?
-A mi, que has comprado el helado a Ki antes de comer.
Gruñí y le di la espalda.
-Es absurdo no lo veo nada de malo.
-Pues yo si, el no comé otra cosa antes de la comida es importante, sabes no debería confiarte tanto a Ki.
-Solo tiene 10 años por dios.
Sus ojos buscaron los mios en el espejo.
-Me tomó muy en serio mi papel de madre y no debe hacer eso.
-Ni siquiera por eso debiste enfadarte, deja lo del helado...sabes mejor ve con tu chica y Ki, yo me voy.
Cuando quisé pasar a su lado ella me detuvo.
-¿Te vas?
-Si mirá, no comeré así llena de helado.
-Lo harás ¿Mi chica en serio Lauren?
Dijo negando y soltando una risita sarcástica.
-Por eso estas enfadada.
Ella descubrió la verdad acerca de mi mal humor ahora, en un movimiento algo brusco me solté de su agarre, al momento de abrir la puerta ella habló.
-Bien entonces nos vamos todos. Solo dijo seguido de un suspiro.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora