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CAMILA
Cuando intenté acercarme a mi hijo el se alejó.
-Esta demasiado enfadado. Amy dijo a mi lado. Kilian caminó hacia la habitación donde había dormido y trajo su pequeña maleta en la que sólo había empacado lo necesario para una noche.
No quise complicar aún más la situación así que sin hacer pregunta alguna ayude a mi hijo a colocar la maleta en el auto, mientras Lauren observaba quieta en la puerta de la casa.
-¿Ki puedes decirme que te ocurre cariño?
El despeino un poco su cabello antes de hablar, era aún pequeño pero siempre trataba de actuar como un adulto.
-Nada. Dijo en tono bajo, se despidió de Amy con una gran sonrisa pero paso de saludar a Lauren o a mi.
Cuando los tres estuvimos en el auto casi apunto de arrancar Lauren habló.
-¿A dónde quieren ir entonces?
Yo la miré asustada, aún no conocía a Kilian cuando se molestaba, la mayoría del tiempo ignoraba al resto del mundo y se encerraba sólo en sus pensamientos.
Con la vista en el retrovisor espero a que Ki dijera algo pero no fue así, me dió una mirada suplicante esperando a que le explicara lo que estaba pasando.
Me encogí de hombros aún sin la atención de mi hijo. -Vamos a casa Lauren. Dije por fin, un suspiro cansado salió de mi hijo en el asiento de atrás.
El viaje en auto fue en silencio y al llegar a casa nada cambio. Lauren me ayudó a bajar las cosas de Ki mientras el azotaba la puerta de su habitación.
-¿Se lo has dicho? Mi novia me preguntó preocupada.
-No, el no ha querido hablar conmigo pero no es por nosotras, supongo que debemos esperar para decírselo.
-¿Pero que le ocurre? Estaba tan serio.
-Está molesto solamente.
Lauren fingió tener un ataque de tos por que el pequeño ogro estaba de nuevo en la sala y se pondría peor si nos escuchaba hablar sobre el.
-¿Tienen hambre? Insistió Lauren, yo solo le indique con la mirada que parara.
-Ya desayuné. Dijo el después de algunos minutos. -¿Aún no comen ustedes?
Nos miramos incómodas, me sentía apenada con mi hijo sólo por hacerme recordar el motivo por el cual tardamos en ir por el.
-Aún no Ki, estuvimos algo ocupadas antes de ir por ti, por eso les iba a invitar a comer en alguna parte.
-No quiero ir, tal vez quieran ir ustedes dos. Dijo en un tono de reclamó, eso me basto para enfadarme yo con el, al parecer estaba de genio y no ser dignaba a darme una explicación.
-¡Kilian! Lo reprendí. -Lauren sólo intenta ser amable y ella no te ha hecho nada.
Se lanzó al sofá y encendió la televisión para seguir ignorando.
Caminé a la cocina para preparar algo de comer seguida por Lauren. Cuando sacaba algunas cosas para cocinar sentí que Lauren se abrazaba a mi.
-Ya te extraño. Su respiración la sentía en la piel de mi cuello, sonreí como una tonta y luego me giré para estar frente a ella, a pasos lentos ambas topamos con la encimera.
-Si Ki entra se sorprenderá.
-El nos a visto así de cerca, no creo que haya problema.
-Esta de mal humor ¿Lo recuerdas?
Sin hacerme caso se abrazó a mi cintura para luego inclinarse y tocar mis labios con los suyos, sostuvo un beso inocente por algunos segundos. Al abrir los ojos miré ese color verde que tanto me encantaba.
-Dame otro beso. Suplicó haciendo un puchero bastante tierno.
Asentí riendo y nos besamos hasta que unos pasos venían hacia la cocina. La alejé de inmediato y seguí buscando los ingredientes para preparar el desayuno. Cuando miré de nuevo hacia Lauren y Kilian, ambos me miraban recargados en la encimera.
-¿Ya me dirás porque estás tan enfadado cariño? Dije directo a mi hijo.
Lauren me guiño y salió de la cocina diciendo que iba al baño.
-¿Kilian? Cuando la duda surgió en su pequeña carita no dude en bajar a su altura para que me explicará que pasaba. Tomé sus mejillas y sus pequeños ojos cafés me miraron para luego mirar hacia otra dirección.
-Tu te tardaste en ir por mi y yo quería estar contigo, yo... pensé que quizás era culpa de Lolo.
-Cariño sólo nos tardamos un poco y en realidad fue culpa mía no llegar antes, me quedé dormida, Lauren no tiene nada que ver...¿Vas a disculparme entonces?
El asintió tímido para luego abrazarme.
-Lo siento mamá.
-No pasa nada, ahora ve hacia Lauren y dale un abrazo igual a este.
Besé su frente para luego mirarlo salir ya con una cara mucho más alegre.
Mientras cocine escuché sus risas en la sala, que ambos se llevarán tan bien me hacían confiar en que comenzar una relación con Lauren ahora era lo más acertado, ella me hacía bien a mi y también a mi pequeño.
Mientras Lauren y yo compartimos entre risas el almuerzo Kilian no dejo de mirarnos, el sabía que algo pasaba así que tome la mano de Lauren bajo la mesa para llamar su atención.
-Lau, creo que debemos decírselo. Susurré. Ella carraspeo la garganta antes de asentir pareciendo insegura.
-Ki. Lo llamé cuando dejo de mirar la televisión desde la mesa. Sus ojos volvieron hacia nosotras. -Yo, sabes que Lauren y yo hemos estado intentando.
-Son una pareja mamá, lo sé.
-¿Que? ¿Como lo sabes?
-Yo lo noté, ayer salieron a cenar así que supuse que Lolo te lo pidio.
Yo asentí sorprendida y sentí como despacio Lauren envolvía su brazo sobre mis hombros y le sonreía a Ki.
-Ki te prometo cuidarla todo el tiempo.
Chocaron sus puños y antes de salir de donde e estábamos se acercó a ambas dejando un beso en nuestras mejillas.
-¿En que momento lo convenciste?
Lauren se río a mi lado y me dió un pequeño beso en los labios.
-Amor, el me ayudó a conquistarte.
-¿Entonces por que actuaste como si temieras que se diera cuenta?
-Para molestarte. Soltó una carcajada ronca incitandome a besarla de nuevo.
Después de ese tiempo a solas acordamos llevar a Kilian al parque de diversiones el próximo fin de semana y entusiasmado acepto ir a comprar un helado a un sitio cerca de casa.
Nos dimos el tiempo para cuidar del jardín trasero y acompañamos a Lauren por material para su escritura. Ella aún se negaba a contarme sobre su segundo libro, me dijo que era una sorpresa para mi y que sin duda antes de que saliera a la venta por todo el país yo sería la primera en tener la primera copia con una dedicatoria muy especial.
Por la noche después de despedirnos espere a que se llegara el tiempo en que tocaba levemente la puerta intentando que Kilian no despertara y entró bajo mis sábanas semidesnuda, sin duda el camisón negro le hacía un gran favor, con cariño entrelazó sus piernas con las mías y me abrazo por la cintura.
-Estoy agotada.
-Igual yo. Susurré cansada.
Besó mi mejilla con suavidad y recargo su cabeza en la almohada.
-Hasta mañana amor, descansa.
-Hasta mañana, te amo.
Las palabras que ambas dijimos demostraban todo lo que por mucho tiempo guardamos, la amaba y ella a mí, simplemente no era necesario decirlo por que lo sentimos entre ambas.
Durante el transcurso de la madrugada escuché como comenzaba a llover. Me acurruque con el cuerpo que me acompañaba buscando algo de calor corporal, era extraño que de repente lloviera y hubiera alguna tormenta.
Recordé por que me sentía preocupada, la lluvia y los relámpagos siempre asustaban a Kilian, así que no tardaba mucho en aparecer por la puerta para podir dormir conmigo.
Sacudí un poco el hombro de Lauren.
-Lau. En ese momento Kilian apareció junto con su almohada frente a los pies de la cama, aún mi novia rodeaba mi cintura y dormía completamente.
-¿Mamá puedo dormir aquí? Dijo con voz temerosa.
-Claro bebé, sólo que déjame hacer un espacio al parecer no eres al único que le teme a las tormentas.
Le dije en broma, Lauren despertó debido a la pequeña charla entre mi hijo y yo.
-Dormiré aqui también. Le dijo entusiasmado Ki a una Lauren completamente distraída y con ojos hinchados. Ella asintió de forma repetida y se hizo a un lado dejando que mi hijo se acostará entre ambas. Ellos se acurrucaron mientras que yo permanecí quieta observándo la tierna escena.
Sin darme cuenta los tres caímos en un profundo sueño. La realidad era que todos llegamos a actuar como si fuéramos una familia feliz, sin embargo ninguno de nosotros se imaginaba lo que estaba por venir.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora