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LAUREN
El silencio se plantó entre ambos hasta que Aiden nos interrumpió, en el momento en que trató de tomar de mis brazos a Kilian yo se lo negué algo molesta.

-Lauren. Dijo Aiden a mi lado. Seguramente mi cara decía que tan molesta estaba.

-Debo irme tomare a Ki. Dijo Chris con un tono serio, no estaba muy segura de darle en brazos al pequeño, que estuviera cerca de el me parecía algo imposible, hace semanas Camila me aseguraba que quería estar lejos de Chris, que jamás permitiría que conociera al pequeño, ¿Que había cambiado en esos días? Para evitar problemas me despedí de Kilian y se lo entregué.

-Vale, gracias Aiden.
El chico se fue sin decirme nada yo me quedé en mi sitio algo pensativa.
Camila me ha mentido o el tipo apareció en sus vidas de sorpresa, necesitaba verla y saber que había pasado. Abrí el bastón con esa intención.

-Hey ¿A dondé vas? Me dijo Aiden.

-Yo...bueno.. Suspiré y saqué el pequeño papel de mi bolsillo donde escribia mamá los panecillos que quería. Nunca confiaba en mi cuando se trataba de comprar algo según ella no podía cersiorarme de comprar lo que se debía y ni hablar de obtener el cambio de efectivo bien, era increíble.
Durante los minutos que estuve ahí Aiden me sacó plática sobre muchas cosas, me contó de que lo que había hecho en esos días y yo termine por preguntarle sobre el chico que traía a Kilian, el me aseguró que ya era la segunda ocasión que llegaba a la pastelería.
De regreso a casa dude en ir a la casa de Camila pero después recordé por que había pasado 30 días de mi vida encerrada en mi habitación así que decidí mejor ir a casa.

CAMILA
Estaba arreglando un poco la sala cuando Chris apareció en la puerta con mi hijo en brazos, desde su lugar solo me sonrió, yo aunque lo intentará no podía tratarlo como si nada hubiera pasado pero estaba obligada, solo por Ki.
Kilian corrió hacia sus juguetes cuando fue colocado en el piso.

-Ese sitio huele increíble. Sonrió y dió una mordida a uno de los panecillos.

-Ajam. Le respondí.

-Ki saludó a una chica en la pastelería.
¿Que chica podía ser la que conociera a mi hijo?

-¿Y quien era? Le pregunté sin interés.

-Bueno el chico de la pastelería la llamo Lauren una chica ciega. Se encongió de hombros y caminó hacia donde Kilian jugaba.
Mi corazón latió tan fuerte que mi única respuesta era mi sonrisa, por fin Lauren había sido liberada de su castigo, cosa que había descubierto gracias a Judith quien me contó que Lauren estaba encerrada en su habitación y que así sería por un mes.
La único que me detenía era Chris, tenía ya casi todo el día aquí, según el jugando con Ki pero la verdad era otra, parecía que su objetivo era convencerme de irme con el.
Chris había aparecido una tarde afuera de la casa con una enorme sonrisa y un muñeco más grande que el mismo.

-Te encontré. Dijo sonriendo pero al ver mi cara se fue borrando. Tardó varios días para convencerme de que podía ver a Kilian y eso realmente me aterraba. El aseguró haberme seguido por varios días y sin perderme por fin dió con nuestra casa.
Ese día le dije de todo y a el pareció no importarle el daño que nos causo todo ese tiempo, me pedía que olvidara sus errores del pasado y que formaramos una vida juntos.
Pero que yo lo perdonara le iba a costar bastante tiempo y esfuerzo. Ahora estaba aquí sobre mi y sobre Ki, todos los días y a toda hora.
Mi hijo parecía bastante estusiasmado y lo deje estar con el más tiempo. El temor de que desapareciera algún día era muy grande y me impedía confiar en el.

LAUREN
Dos días más tarde estaba tan aburrido que pensaba seriamente en escaparme de nuevo.
Un toque en la puerta llamo mi atención.
-Lauren.

-¿Si?

-Saldré por unas horas y tu hermano ira a la universidad, por favor quedate aqui. Mencionó mamá con un tono estricto.

-Esta bien. Le contesté.
Era mi oportunidad, diez minutos después escuché el auto salir, seguido por un ruido de la puerta trasera.

-Mi niña. Al momento sonreí Judith había venido como siempre, los días sin ella no eran lo mismo.
Caminé y sus brazos me atraparon de forma protectora.

-Venga vamos por unas galletas. Me dijo estusiasmada.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora