Lo que no se ve

38

LAUREN
Camila parecía tan fragil al momento de abrazarla, sentía como se sacudía por el llanto y mis ganas de llorar regresaron de nuevo, quería ser fuerte pero tenerla ahí después de años no precisamente por algún motivo de felicidad, sino por Judith, ella ya no estaría ahí cuidando de ellos, luego recorde como sufrí al alejarme de ella y la inmensa felicidad que me provocaba mirarla, conocerla, mirar sus ojos y descubrir que era la hermosa chica, conocer a su hijo después de 8 años, eso provoco mi llanto, junto al de ella.
Su cuerpo únido al mio provocaba tantas cosas en mi, era extraño sentirme triste y feliz al mismo tiempo.
Su respiración y su llanto comenzó a regularizarse, eso me provocó miedo quería quedarme así con ella por mucho más tiempo.
De un momento a otro así como la tuve en mis brazos ella se separó y nos miramos a los ojos. Ella parecia destrozada y me provocaba un sentimiento de culpa mayor.

-No se que decir. Le confesé.
Solo negó y su cara cambio de triste a enojada, no sabía que hacer si volver a abrazarla o alejarme de ella a una distancia adecuada. Verla enojada y triste en segundos me provocaban sentimientos encontrados, Camila era realmente bella de cualquier forma.
Cuando miré que su enojo aumentaba decidí hablar.

-Lamento no estar aquí.

-No me debes explicaciones a mi. Dijo con un tono frío.

-Ya lo se, no solo lo digo por Judith...lo siento.
Ella negó, dejando de mirarme y se limpio sus lagrimas.

-¿Comó entraste?

-Use la llave en la maseta para abrir la puerta del jardín. Le dije recordando como Judith me lo habia dicho en una ocasión hace años.

-¿Porqué has venido?

-Por que necesitaba llegar aquí, me he venido caminando desde la pasteleria, necesitaba verlo después de tanto tiempo...y quería verte.

-Claro.
Dijo con la intención de darse la vuelta. Limpié mi cara cuando ella paso a mi lado hacia la cocina que podía ver desde mi posición.
La seguí cuando noté que se quedaba ahí. Me miró de reojo por un instante, mientrás se recargaba en la encimera.

-¿Cómo supiste lo de Judith?

-Yo...me pusé en contacto con ella hace un tiempo.

-¿Cuándo?

-Hace unos meses, yo le hablé por que quería saber como estaba y cuando viajó a con su familia la vi por unos días, platicamos y me contó sobre su enfermedad...no pude regresar antes.

-Pero...
Me recargué a su lado y sentí como se tenso no me quería cerca, ella seguramente me odiaba o le era indiferente después de tanto tiempo dudaba que sintiera lo mismo que yo, ella era realmente hermosa y dudaba que a estas alturas estuviera sola.

-Mantuve contacto con ella este tiempo, cuando fue hospitalizada fui yo quien pago el hospital ella mintió diciéndote que se trataba de su familia, la ayude como pude pero me falto lo más importante, acompañarle y cuidar de ella como lo hizo conmigo, eso me atormenta bastante, Rose fue quien me aviso y viaje de inmediato...yo debí estar aquí, debí también acompañarte.
Traté de tomar su mano pero me lo impidio al moverla y separarse un poco de mi. Suspiré y ella también lo hizo, al parecer su enfado había pasado, su estado melancólico resurgió.

-¿Porqué Judith no me lo dijo?

-Yo se lo pedí.
Me miró por unos segundos y solo vi dolor reflejado en sus ojos, las instante caí en el daño que quizás le había provocado con esa declaración, pensaba que yo no quería verla, pero no era así, no era por que no la quería cerca sino al contrario no sabía que haría cuando la tuviera así, como ahora, quería pedirle perdón por muchas cosas y lograr que me aceptara cerca, aunque sea un poco.

-Claro.

-Hey no es como supones, es decir. Me tomé el cuello con nerviosismo mientrás ella lavaba el vaso que había utilizado.
-Me refiero a que no tenía sentido, tu llevas una vida ahora y creí que no era necesario para ti después de años saber sobre mi, al final creí jamás volver aún así Judith trató de convencerme.

-¿Porqué me das explicaciones? Es un asunto tuyo, en fin creo que estoy muy cansada debo tratar de dormir un poco.
Yo no sabía que más decirle, solo callé para no agobiar más las cosas.