Meses después...
CAMILA
Mirarlo me costaba tanta alegría, por fin estaba con nosotras, después de pasar los días más angustiosos de mi vida, también dolía pero todo valía la pena.
Era tan bello y sus ojitos aún seguían sin dejarse ver, yo suplicaba por encontrar ese bello color.
Miré al lado de la cama, ahí estaba mi esposa, la pobre apenas y podia conciliar el sueño, después de días esperando la llegada de nuestro pequeño. Falsas alarmas, visitas al hospital sin necesidad y mis momentos de histeria cuando sentía el más mínimo dolor.
La amaba tanto, eran tan valiente por haber estado ahí conmigo siempre, se desmayó cuando vió nacer a nuestro bebé. Los doctores se rieron de ella apenas la vieron fuera del quirófano. Yo la miré enamorada.
Sofía mi hermana era otra que no paraba de molestarla, yo sabía que la muy cobarde jamás sería capaz de vivir aquello, al menos mi Lolo era así de valiente.
Sus suspiros cansados llegaban a mi oído. Con algo de pena por despertarla la llamé.
-Lau. Susurré. Su cuerpo se removió poco en el sofá. -Lauren.
Se estremeció y se puso de pie de inmediato.
-¿Que pasa ya va a nacer? Preguntó algo confundida.
Me reí sin poder evitarlo. Tenía tiempo que nuestro pequeño bebe estaba con nosotros, ahora podíamos verlo y tocarlo, besarlo sobre todo. Hasta Kilian el hermano mayor preferido como se hacía llamar lo había acunado durante un buen rato. Prometiendo un montón de juegos y enseñarle a usar la Skate desde pequeño.
-Lau, amor, ya nació te hablo por otra cosa.
Llegó hasta mi luego de verificar al pequeño.
-¿Que pasa amor? Preguntó y beso mi cien.
-Duerme aquí conmigo, anda ese lugar se ve incómodo. Miró con recelo el sofá.
Le hice un espacio en la camilla y con precaución de no desconectar nada se tumbó a mi lado. Yo la miré cerrar sus lindos ojos y dormir al instante.
-Te amo. Besé su nariz. Su respiración me arrulló, así que caí en un sueño profundo. Cuando desperté Lauren aún se acurrucaba contra mi, en cambio mi bebé lloraba a todo pulmón.
-Mi amor, el bebé. Le dije al oído. Abrió sus ojos y me sonrió. -Esta llorando. Se sentía orgullosa de él aún siendo tan pequeño y con solo horas fuera de mí.
Sin pensárselo llegó hasta su cuna y lo tomó en brazos. La miré por algunos segundos, lo amaba tanto como yo.
-Hola Cameron, soy yo tu mami, ya no llores, te darán tu desayuno. El bebé reconociendo su voz dejó de llorar. -Wow es tan parecido a ti Cami. Mientras camino hasta la camilla no dejó de acunarlo y decir cosas tiernas.
Faltaba un paso para llegar a mi y se detuvo quedándose estática, solo mirando al bebé.
-¿Lau? Me preocupé, sus ojos ahora se llenaban de lágrimas.
Sollozó y yo me moría por saber el motivo. Sonrió con lágrimas en los y miró al techo.
-Dios Cami, el tiene los ojos...
Suspiró pesado.-Son verdes, cameron tiene mis ojos. Declaró feliz y conmovida.
Yo sonreí junto con ella y comencé a llorar por instinto. Era perfecto.
Llegó hasta mi para mostrarme a nuestro hijo, sus ojos verdes miraban a un lugar sin objetivo. Era hermoso, tenía sus ojos. Cameron hizo unos pucheros tan tiernos.
Lauren besó sus mejillas y me lo entregó feliz. Con su ayuda logré darle leche de mi pecho, ella acariciaba el poco cabello de Cameron y besaba mis labios repetidas veces.
-Te amo Camila, gracias por darme esta familia tan hermosa, no sabes todo lo que me haces feliz.
-Te amo. Le dije en los labios. Cameron lloró de nuevo.
-Genial. Susurré. -Es igual de celoso que tú.
Ambas comenzamos a reír.
Parecía tan extraño que todo lo que alguna vez soñe era realidad, estar con Lauren y hacerla feliz. La amaba tanto, a Kilian y a Cameron, tanto que mi corazón quería cada vez más. Lo que no se ve, eso es lo más importante, lo que se siente, en el aire, al respirar, al tocar y al sujetar.
Lauren había llegado a mi vida para demostrarlo y así fue siempre, hasta la eternidad.FIN...
ESTÁS LEYENDO
Lo que no se ve
FanfictionOcho años después de conocerla la ve por primera vez. Lauren es una chica invidente que no tiene la oportunidad de conocer el mundo, entre la poca comprensión de su familia y su problema, ella recibe cariño de una amiga, su vecina. El día menos esp...