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CAMILA
Por si no era suficiente por la tarde Lauren seguía insistiendo en que no era necesario que fuera con ella al doctor. Tanto fue que para el final del día, no nos hablamos. Ni ella ni yo quisimos seguir discutiendo. La acompañé a una firma junto a Ki para prácticamente pasarla sentada todo el tiempo, aparte de todo aquello se enfado conmigo por sonreír demasiado con un chico que muy amable intentó platicar mientras la esperaba. Kilian se mostró mucho más paciente y leyó un libro en un rincón de la librería.
-¿Quieres hacerme enfadar más?
Dijo cuando se tomó cinco minutos para descansar su mano y beber un poco de agua.
-¿Disculpa? Le contesté a la defensiva.
-¿Quien es el chico con el que hablabas?
Rodé los ojos, el tono con el que se dirigió a mi fue demasiado molesto.
-Lauren, no supe su nombre solo fue amable por un rato si hubiese querido irme con el ya lo habría hecho, me invitó un café pero me negué por que estoy contigo ¿O no?
Bufó enfadada y se retiró de nuevo a la mesa donde una larga fila de lectores esperaban por ella.
Marcus en un intento de mejorar la situación habló con Lauren para explicarle que el estaba cuidándome pero ni siquiera eso funcionó.
-Ire por Kilian. Dije finalmente cuando todo terminó, la fila por fin había acabado y todos salían de la librería con la firma permanente de Lauren en sus libros.
Después de volver con el de la mano Lauren solo caminó hacia la salida sin decirnos nada. Cuando entró al auto azotó la puerta, en el camino ni siquiera quiso comenzar una conversación con Kilian, quien me miró confundido desde su asiento.
Me rendí en el intento de hacerla sentir bien, en hacerla olvidar por un momento la cita de mañana. Su humor estaba terrible y yo traté de entenderla pero no funcionó.
Cruzamos la puerta del departamento y desapareció de nuestra vista.
-¿Mamá? Kilian soltó mi mano para acomodarse en un sofá.
-Dime cariño.
-¿Lolo esta aún enfadada contigo?
-No lo esta, solo un poco nerviosa.
-¿Porque?
El estaba atentó a mis palabras. Kilian era muy bueno escuchando.
-Esta nerviosa, solo un poco pero te prometo arreglarlo ahorita.
Le guiñé, se quedó mirando algo en la televisión.
Cuando estuve en la habitación Lauren dormia o fingía dormir. Me acerqué hasta su lugar y a su mejilla.
-¿Te sientes bien?
Pregunté, ella sabía de mi presencia y sabía también que estaba muy cerca.
-No. Dijo con voz débil.
-Esta bién amor, es mejor que duermas un poco, finalmente no dormir te afecta.
-Pero necesitó comer algo. Hizo una voz tierna.
-Preparare algo y lo traeré aquí.
Besé la punta de su nariz.
-Te amo Lau. Me regaló una media sonrisa.
Mientras cocinaba algo para los tres Kilian estaba un poco inquieto en el sofá.
Me centré tanto en lo que preparaba que lo perdí de vista por un rato.

LAUREN
Cerrar los ojos era lo único que aliviaba la molestia constante. Suspiré profundo al poder abrirlos al menos sin la necesidad de cerrarlos de inmediato.
-¿Lolo?
Kilian preguntó a mis espaldas.
-Hey ¿Que pasá?
-Pensé que estarías algo molesta.
Como pude me giré para verlo e invitarlo a que se recostará a mi lado.
- No es eso, solo que me duele un poco la cabeza.
-Pero mamá y tu estaban molestas. Su voz sonaba tan preocupada una vez sobre la cama.
-Son cosas de adultos Ki algo tontas que no entenderías, tu mamá y yo arreglamos todo de inmediato, no tienes por que preocuparte.
-No quiero que peleen tanto, ella y papá lo...
Se quedó a media frase, supuse que se trataba de algún secreto que estuvo a punto de contar.
-Ki, sabes que soy tu amiga antes que todo, ¿De verdad que te preocupas por esto?
Su silencio me hizo darme cuenta de lo mal que lo pasaba cuando ocurría.
-Ya lo sé.
Su cabeza reposo sobre mi abdomen, permitiéndome peinar su cabello castaño. Lo largo que ahora estaba y eso lo hacía ver un niño mayor.
-Mamá y papá siempre peleaban aunque mamá intentara ocultarlo yo me daba cuenta, solo no me gusta por que eso significa algo malo.
Esta vez ambos nos sentamos sobre la cama, sus ojos café me miraban con pena. Jamás me gustaba verlo triste o preocupado.
-Yo sé que toda la situación con tu padre te afecta cariño, pero no dudes nunca de que tu mamá va a hacer todo por ti, para que estés bien, si ella ya no quisiera estar conmigo no estarías aquí en Vancouver. Además no debes dudar del amor que le tengo a Camila y a ti, jamás Ki, yo nunca los lastimaría.
El me miró fijo.
-¿Me prometes que no te vas a alejar de nosotros?
No dude en contestarle.
-Te lo prometo Ki.
Eso era l suficiente para mi, para decidir que no me alejaría de ellos, solo si ellos me lo pidieran. -Ven, dame un abrazo. Le pedí.
Con cuidado volví a acostarme en la cama y el pequeño junto a mi.
-¿Ya no estas molesta con mamá?
-No, dios ¿Quien podría? Si es un encanto.
Comenzó a reír.
-Si, lo es, por eso es mi mamá.
-Y mi chica, por cierto gracias por compartirla.
Ambos reímos está vez.
-No es nada, ella te quiere mucho igual que yo y pensé que sería bueno que...tu estuvieras siempre con nosotros.
Me emocionó demasiado con sus palabras.
-Bebé estaré con ustedes siempre, ¿De verdad crees que soy tan tonta como para dejarlos?
Negó divertido.
-No.
-Bien, pues por que no lo soy. Alguien carraspeó en la habitación.
Era Camila quien sonreía de oreja a oreja.
-La cena ya esta lista chicos.
Kilian salió antes que nosotras, Camila permaneció de pie junto a la puerta. Con algo de dificultad me detuve frente a ella, recibiendo mis brazos.
-¿Estas mejor?
-Creo que Ki, era la solución.
-Supongo que si.
Rosé su nariz con la mía.
-Me gusta verte así, Lau por favor cuando te sientas mal dímelo y así podré hacer algo por ti.
Asentí mientras la besé.
-Perdón soy una pesada.
-Y gruñona.
Ella se rió mientras se enredo más en mis brazos.
-¿No piensan venir?
Interrumpió el pequeño jalando a Camila. -Tengo hambre mamá.
-Ya vamos cariño.
Después de la cena todos fuimos a dormir, lo necesitaba esta vez,Ki pudo dormir en su habitación.
Necesitaba dormir así en cuanto toqué la cama caí en un sueño, solo sentí sobre mi cabello que mi novia extendía un masaje relajante.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora