Ya me sentí mejor, así que seguí escribiendo.
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CAMILA
-¿Asi que no te habla desde la noche?
Gruñí fastidiada, era tan obvio lo que había contado que me parecía tonto y molesto que me regresará la pregunta.
-Si Amy.
Mi amiga rió en la línea.
-Wow, pues quizá debas decirle ya la verdad.
Buscar las cosas en casa eran demasiado cansado, necesitaba hacer una limpieza general y reorganización en todas partes.
Distraída caminé al cuarto de lavado.
-No creo, es una tonta por pensar si quiera que yo la engaño o no se.
Me tropecé con algo en el piso. Mis sandalias de fin de semana eran comodas pero peligrosas. Revisé el sitio donde me tropecé para encontrarme con el zapato de Kilian.
-Pero es muy cruel que lo dejes así, debe estar sufriendo.
Aventé el zapato fuera de mis pasos y rodé los ojos, Kilian parecía cada día más adolescente.
-No es mi problema.
Se río.
-Alex me contó todo muy divertido, dijo que al principio se sintió muy intimidado pero luego de verte pudo tranquilizarse.
-Debió ser demasiado incómodo, por favor disculpame con el.
Encontré lo que buscaba. Pusé la lavadora a funcionar.
-Nada, debió ser divertido, venga que Lauren se ponga celosa de un gay bastante gay es divertido.
-Es su problema como te digo, no me dejo explicarle que tu hermano fue quien me trajo y además que es como una amiga.
Soltó una carcajada.
-Esta bien, oye debo colgar creo que ya llegó mi hermana.
Rodé los ojos por su comentario.
Un grito de frustración resonó en la casa.
-Esta bien te llamo luego.
Recorrí lo más rápido que pude la casa hasta la habitación, Lauren lanzó el teclado inalámbrico al piso.
-¿Pero que te ocurre?
Grité asustada.
Cerré la puerta antes de que Kilian viniera y viera el desastre.
-Nada, déjame sola.
-Hey sabes que no lo haré.
Ella permaneció en el sofá con la cabeza entre sus manos. No entendía que le pasaba o que debía hacer en ese momento.
-¿Amor?
Nada, solo silencio Kilian tocó la puerta un par de veces.
-¿Mamá?
-Esta bien Ki, se me cayó algo.
Gritó un Ok por el pasillo.
Reaccionó de repente asustandome, pero luego sus brazos me envolvieron.
Recargué mi barbilla en su hombro y coloqué un beso.
-Mi amor, eres tan fastidiosa.
-Lo sé. Su voz era ronca y cansada.
-Alex, el chico de ayer es hermano de Amy y es gay.
Resopló sobre mi cabello. -Me trajo a casa por que el auto se quedó en el estacionamiento de la oficina y bueno tuve que llamar a un grúa...
-Me siento cansada, inútil y desesperada, intente escribir algo pero no puedo leer en la pantalla si esta bien escrito.
Suspiró profundo y me besó de forma desesperada.
-Yo te diré si te equivocas.
Se rió. Dejó el tema sobre Alex sin importar mientras permanecía abrazada a mi como una pequeña.
Entrelacé nuestras manos con cariño. Lo único que ella necesitaba eran mis mimos. Me reí por la situación.
-Te amo Lauren.
Con inquietud volvió a besarme, esta vez para no soltarme hasta que mis piernas sintieron la orilla de la cama. Apretaba mi cintura impidiendo que me separará.La respiración pesada resonó en la habitación, definitivamente tenía un talento para seducir. Sus mejillas sonrojadas me hacían enloquecer y sus manos levantaron con lentitud mi blusa.
-Mmmm.
Gimió al recostarnos sobre la cama.
-Debemos ser silenciosas.
Asintió a mi petición.
El reproductor de música debía ser encendido y con algo de quejas me salí debajo de su cuerpo para encender el aparato dejando salir una música relajante y con volumen moderado.
Sin más obstáculos cuando llegué a la cama había retirado el resto de mi ropa y Lauren torpemente intentaba quitar su playera.
-Yo te ayudo. Le dije, ella gruñó pero se abalanzó del nuevo hacía mi.
Tocar sus pechos y su piel era una delicia. Mucho más cuando se trataba de ser yo la que estaba arriba.
Besé cada centímetro de ella sintiendo ese sabor a dulce. Lamer su cuello y morder sus hombros me entretuvieron, así que los minutos pasaron hasta que la hice correrse. Apenas y había tocado su centro con mis dedos y ella se estremeció susurrando y dando una respiración entre cortada.
-Aaahh Cami.
Sin importar nada y su reciente orgasmo seguí tentando. Esta vez con mi lengua, lamiendo sus pliegues tan femeninos y su centro de nervios sensible. Gimió incontables veces hasta terminar exhaustas sobre la cama. Yo me concentré en su rostro y sus labios.
Cuando por fin reacciono me acercó más a su lado.
-Eres tan bella y mía. Besé sus labios después de mi declaración. Asintió cansada y con una hermosa sonrisa.
-Tu mía entonces.
Le dí la razón.
De pronto la idea de hace días se me vino a la mente. Esa idea podría resultar incómoda para ambas.
-¿Lau?
-¿Hhm?
Rocé su abdomen con mi mano y la deje quieta en su cadera aún desnuda.
-¿No has pensado en tener hijos?
Sus músculos se tensaron bajo de mí y miró hacía el techo.
Pensé que aplicaría la maniobra de la tos para evitar la pregunta pero no sucedió así.
-Nunca lo he pensado, es decir, jamás pensé en hacerlo por que no estoy sana y bueno no era uno de mis objetivos.
-¿No lo era? ¿Ahora si?
Carraspeó la garganta incómoda.
-Si. Su tono bajo me hizo reír. Estaba esforzándose por no salir huyendo de la conversación. Los compromisos de ese tipo eran mucho mayores.
-Yo...
Amé su voz ronca y nerviosa.
-Yo nunca lo había pensado, supongo que era por que no tuve una relación seria por mucho tiempo pero... ahora contigo es diferente y mira ya tenemos a Ki.
Me hizo reír su comentario, no por que no estaba de acuerdo sino por que su compromiso con mi hijo era tan serio que su ojo brillaba al decirlo provocando en mi corazón una inmensa felicidad. Reír a carcajadas por estar feliz era increíble. Su ceño fruncido me detuvo.
-Hey rio por que me haces feliz mi amor.
Relajándose retomó su lugar más cómoda.
-¿Porque me preguntas esto Cami?
Ser directa era uno de mis talentos.
-Por que yo quiero tener un bebé.
Esta vez su ataque de tos fue natural, tanto que se sentó algo impaciente para tomar un poco de aire.
-Lo siento, lo siento. Se disculpó.
Le pasé un vaso de la mesita de noche, tenía un poco de agua. Después de tomarlo me miró.
-¿Estas hablando en serio?
-Ajam. Reí juguetona. -Si no lo haces tu, lo haré yo.
-Espera ¿Me estás pidiendo que yo sea la otra mamá?
Dijo rápidamente. Asentí orgullosa.
-Si, venga que todo nuestro esfuerzo en la cama rinda frutos ¿No te agrada?
-Cami pero aún no nos casamos ni...
Mis dedos toparon en sus labios.
-Entonces hagámoslo, quiero casarme contigo y tener un bebé, yo te lo dije antes.LAUREN
Brillante, ahora estaba metida en una bronca mucho peor. Aún no me recuperaba por completo de la cirugía y ya hacia más planes con Camila. Lo deseaba pero me causaba miedo.
Es decir, no era capaz de hacer muchas cosas y la garantía de buen resultado en mi ojo era media.
Había posibilidad de que todo saliera bien pero otra en la que no.
Miré su cara entusiasmada, ¿Quien era yo para impedirle algo tan maravilloso?
Una vida más, entre nosotros. Lindo, pequeño, piel morena y esos ojos café que tanto amo. Sentía precipitarme al imaginar que yo misma lo sostendria en brazos para besar sus mejillas y acunarlo. Un niño o niña.
Mi mente se iluminó cuando vi a Camila embarazada. Dios, claro que lo quería.
Se asustó cuando me abracé a ella de repente.
-Cami, terminando el proceso de mi recuperación nos casaremos, te lo prometo.
-No debes prometerlo amor.
Negué divertida.
-Quiero tener un bebé con nosotros y también a Ki, ¿Te lo imaginás? El se volvería loco.
-Te amo. Soltó encantada. -Te amo Lauren, y en serio que quiero tener un bebé contigo y también deseo practicar como hacer un bebé.
Me reí a carcajadas. -Boba, debemos buscar una clínica buena e intentarlo.
Sin dudar me pusé de pie, debía buscar esa pequeña caja que guardé durante muchos meses en mi maleta.
-¿A donde vas?
Intentó seguirme, yo le indique que esperara. Logré obtener con mi ojo, aquella figura desnuda en la cama. Tan hermosa. Con cuidado me guíe hasta el armario y bajé la maleta. Demonios, solo faltaba que estuviera perdida.
Busqué a tientas sobre todas la bolsas hasta que la sentí. Redonda y acolchonada. Suave, la cajita contenía el mejor regalo de todos los tiempos para mi novia.
La pegué a mi pecho, buscar la palabras adecuadas para pedírselo era difícil. Tenía tanto por decir. Tanto que demostrar.
Suspiré profundo y fuí valiente. Escondí la cajita trás mi espalda.
-¿Que ahora atarás tus manos?
Reí con ella, pero me acerqué al pie de la cama. Me incliné como pude y la miré fijamente.
-Es un regalo mi amor.
-Me encantan las sorpresas. Quité un mechón de cabello de su linda cara, sonreía como una niña.
-Cierra los ojos y escucha.
Con una risita hizo lo que pedí. -No los abras.
Asintió entusiasmada.
Ahora bien a su altura extendí la cajita hacia su pecho. Dejando una distancia correcta para que cuando abriera los ojos mirara la sorpresa.
-No tienes idea de cuánto me gusto conseguirla, fue una semana después de pedirte que fueras mi novia, pensarás que estoy loca pero realmente lo que siento por ti me inspiró, eres la luz en mi vida Camila, ya te lo había dicho, tu y Kilian, ahora más, me han demostrado cuán comprometidos están conmigo.
-Te amamos.
-Shhhh.... escucha, te debo tanto que lo que hago por ti ahora me parece insuficiente, lamento darte tantos problemas, supongo que me aguantas por que me amas tanto como yo a ti.
Acaricié su mejilla para hacerla suspirar, y sin poder contenerme la besé.
-No sabía en que momento pedirtelo pero ahora que tu me ganaste la idea no hay de otra. Soltó otra risita, aún cerrando sus ojos. -Gracias por estar conmigo Camila, a pesar de todo, yo haré lo mismo por ti, estaré contigo siempre y deseó tanto recuperarme para complementar esto mucho mejor, casi somos una familia así que antes de casarse debe haber otro paso.
Apretó sus ojos. -Te amo Cami y quiero estar contigo por siempre, así que, abre tus hermosos ojos.
Era lo menos romántico del mundo pero no deje de pensar que era el momento perfecto. Sus ojos buscaron en que enfocarse, primero fue en mi pero luego miró hacia mis manos.
A decir verdad, la cajita abierta temblaba un poco por el temblor involuntario de mis manos. Lo estudió por minutos y yo me sentí inquieta. Era demasiado.
Sus dulces ojos me miraron otra vez, una lágrima cayó por su mejilla.
-Dios, Lau. Dijo en un sollozo.
-¿Quierescasarteconmigo Camila Cabello? Le pregunté de forma rápida, estaba nerviosa.
Rodó los ojos, para ese instante todo era divertido, ¿Quien pide matrimonio hincada en el piso, desnuda y a la orilla de la cama después de hacer el amor?
Reí, todo era mucho más gracioso por mi imagen desnuda y con un maldito parche en el ojo, por cierto nada sexy.
-Si quiero casarme contigo Lauren Jauregui.
Intenté pararme pero fallé. Mi equilibrio se fue a la mierda así que caí sobre la alfombra de forma estrepitosa. Miré así el techo fastidiada y con el anillo atrapado en mi palma. Cuando quise levantarme Camila rió a carcajadas, una de esas risas que te impiden respirar.
Esta vez gruñí. A su vez sentí el cuerpo desnudo de ella sobre mi, besó toda mi cara muy feliz. Yo la seguí. Se sentó sobre mi abdomen.
-Venga quiero verlo en mi mano mi chica torpe.
Deslicé el anillo de oro blanco en su mano izquierda, aunque la tarea me llevó demasiado tiempo lo conseguí.
-Wow es tan lindo amor.
Se inclinó sobre mi para besarme.
-Quiero uno para ti también. Yo negué divertida. Estaba demasiado feliz.
-Quiero hacer una pequeña corrección, soy tu prometida torpe.
Besarla me llenaba, llenaba todo aquel espacio en mi vida por cosas sin importancia, mirandola o no, estaría con ella por siempre.
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Lo que no se ve
FanfictionOcho años después de conocerla la ve por primera vez. Lauren es una chica invidente que no tiene la oportunidad de conocer el mundo, entre la poca comprensión de su familia y su problema, ella recibe cariño de una amiga, su vecina. El día menos esp...