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LAUREN
Abrí la puerta después de que tocaban con insistencia.
-Ya voy. Mientras quitaba el cerrojo.
-Hola Lauren. Dijo la voz simpática de Emily, sonreía de una forma exagerada.
-Hola. Plantó un beso en mi mejilla. Una sensación extraña me invadió, no entendía como ella siempre me confundía, no de una forma mala sino agradable pero al fin de cuenta confusa.
-¿Que haces aquí?
-Vaya se nota que me extrañaste y que te agrada que este aqui.
-No es eso, sólo que me sorprendiste.
Le dije mientras tomé mi cabello entre los dedos.
-Quise visitarte, luego de que la cita del otro día resultó ser muy buena.
Yo carraspié la garganta. No había ido mal pero jamás respete la idea de que fuera una cita. Incómoda me reí.
-Pasa. Le pedí, ella se quitó el abrigo y lo lanzó hacia el sofá.
-Es miércoles y ya casi es el gran evento, imaginé que estarías aquí nerviosa o algo, pedí una pizza.
Yo gruñí fingiendo tener náuseas.
-No me van mucho ahora.
-¿Porque si son realmente deliciosas?
-Ammm...pues es una historia que no deseo contar.
Ella se mostró algo enfadada. Odiaba que me guardara cosas y más por que según ella ahora éramos amigas aunque en el fondo yo sabía que buscaba más. Algo que no podía darle aunque me lo rogará.
-En la entrevista te fue increíble.
-Lo sé. Me reí para luego guiñarle, tenía el ego por los cielos.
-Estabas muy guapa, esa asesora tuya es muy buena. Ella río y yo la seguí.
La pizza llegó y por más que me negué ella me obligó a comer dos rebanadas, el motivo por el cual no quería ni verla era por el recuerdo de cómo se sintió la pizza y la cerveza en mi boca por dos semanas, las que me sumergi en la en depresión por la ruptura con Camila.
Suspiré mientras ella miraba concentrada la película en la televisión, deseaba estar haciendo esto junto a dos personas muy especiales y que extrañaba a morir. Odiaba hacerme a la idea de que me habrían olvidado casi tres meses fuera de sus vida eran demasiado.

CAMILA
Miré al jardín mientras cuidaba que el pastel estuviera decorado perfectamente. Hoy Kilian cumplía 11 años, afuera sobre algunas mesas de jardín estaban sentados, mis padres, Amy, Aiden y su familia, sobre el pasto Sofía y su novio David se divertían con el pequeño juego que Kilian tenía con su nueva mascota. Mi regalo de cumpleaños para el fue una mascota, un cachorro Pug que ahora intentaba perseguirlo, era tan pequeño que se perdía entre el pasto, se miraban tan lindos y Ki irradiaba tanta felicidad.
Sonreí y recordé que todo lo que había hecho en los últimos meses fue tan difícil que la tranquilidad que tenía en el momento era bien merecida.
Mi padre había encontrado las pruebas suficientes como para hacer que Chris terminará en la cárcel, me dolía verlo tras las rejas pero a la vez me hice a la idea que mentir no era tan grave como haberse metido en negocios ilegales, la verdadera razón por la que estaba ahí era esa no por que yo lo haya deseado. Ki al principio quiso saber que ocurría y me negué a decirle pero con el paso de los días comprendí que debía saber la verdad, para mi sorpresa el se mostró tranquilo y decidió dejar eso para pensárselo cuando fuera más grande, finalmente Chris nunca fue constante en su vida. Sus abuelos lo consentian lo suficiente como para necesitar algo más. Ahora el no salía de la casa de mis padres y yo pasaban cada que podía la tarde junto a ellos, incluso planeabamos unas vacaciones juntos para el próximo año. Yo había terminado mi terapia con el psicólogo y todo había funcionado tan bien que la relación padres-hija marchaba de maravilla, a veces me enojada y en otras ellos pero siempre solía correr a sus brazos, no quería alejarme de ellos nunca. Los perdone y ellos a mi.
Pensando un poco en que era muy feliz después de años, sentí un pequeño empujón sobre mi pecho, sabía que sólo alguien podía completar la felicidad que tenía. Esos ojos verdes tenían tiempo sin aparecer en mi vida, ya no llamaba a Amy y eso no hacia mas que hacerme a la idea que tal vez la había perdido para siempre, quizá la lastime tanto que ahora le era imposible regresar y toparse conmigo.

LAUREN
Emily besaba mi cuello sin detenerse, yo permanecí incómoda recargada sobre la almohada. Mis manos trataban de buscar el mejor lugar para colocarse pero no lo encontraban. Ella era una mujer muy guapa pero no me hacía sentir cómoda, al contrario, quería que se detuviera, todo comenzó por que al terminar la película ella se inclinó para besarme, por instantes me sentí excitada y sin pensar la invite a mi cama pero ahora me arrepentía.
Sus labios besaron los míos mientras ella buscaba subir mi blusa hacia la cabeza y sacarla, metió su mano entre la tela y mis pechos pero todo terminó peor.
De forma brusca la aparte de mi.
-Emily, lo siento pero no puedo hacerlo de verdad.
-¿Que ocurre? Dijo rodando los ojos.
-No puedo. Me puse de pie y miré como se acomodaba la ropa enfadada.
-Me sorprendes de verdad Lauren ¿No crees que ya debes superar a esa mujer? Dijo y me sacó de órbita que conociera de ella, en este tiempo jamás la había mencionado frente a ella.
-Pero....¿Como sabes eso?
-¿De esa mujer y de su hijo? Preguntó en tono sarcástico, me miró de frente.
-No tienes ni el más mínimo derecho a mencionarla. Dije entre dientes, no quería enfadarme con ella, hasta este momento el trabajo iba bastante bien, no quera despedirla.
-Por favor como si se enterara.
-¿Quien te lo dijo?
-Marcus desde luego, y estoy de su lado, ella no es para ti, debes seguir e intentarlo con alguien realmente libre.
-No dejaré que hables de ella.
Se encogió de hombros sin importarle lo que le dije. -¡Vete de mi casa! Grité enfadada, sólo miré como salía igual y azotaba la puerta.
Demonios ella había mencionado algo que no debió decir.
Después de la pelea con Marcus pensé que las cosas estarían mucho mejor pero me había equivocado el seguia con la absurda idea de que no debía amar a Camila que era un obstáculo en mi carrera como escritora.
Apreté los puños al darme cuenta que el estaba mucho mas preocupado por el dinero que le hacía ganar al contrato con la editorial que por mi bienestar emocional.
Bufé enfadada mientras decidia que hacer con mi vida, mis padres estaban mucho mejor así que no había problema con que desapareciera un tiempo, la gira del libro podría retrasarse quizá o bien podría viajar de un lugar a otro sin la necesidad de estar aquí. Necesitaba irme, volver a casa y arreglar las cosas con ella, arriesgarme a ser rechazada o ser sorprendida.

CAMILA
Después de la pequeña reunión con la familia Ki terminó dormido sobre el sofá, me dió bastante batalla cargarlo hasta su recámara y cuando lo logré sonreí demasiado. El pequeño Pug me seguía a todas partes, cuando entre a la cocina no pude más y lo cargué en mis brazos.
-Debes dormir también pequeñin. Acaricié su cabeza y quiso lamer mis dedos. -Debes sentirte halagado por el nombre que Ki te pusó.
Recordé como mi hijo con alto grado de seguridad lo nombró, frente a todos.
-Lolito. Gritó entusiasmado. Lo único que pude hacer fue reírme a carcajadas, Ki me siguió como siempre, después de rato todos reímos, Ki se fue adentro un momento y yo les conté a algunos por que le llamaba así, el también la extrañaba.
Suspiré varias veces y finalmente decidí ir a dormir. Media hora después Amy me despertó con una llamada.
-Camila, perdón por despertarte pero de verdad que necesitas saberlo.
-Dios, me estás asustando. Dije mientras tenia bostezo.
-Te enviaré la fotografía, hace unos minutos que llegue de mi cita con el chico que te dije pero cuando pedimos la cena se me ocurrió ir al tocador, dentro había una chica ofreciendo revistas y leyendo un poco me topé con una imagen, es de hace semana.
-De que rayos hablas Amy.
-Lo entenderás cuando la veas.
Minutos después de colgar recibí el mensaje, una imagen venía adjunto u con curiosidad la abrí.
La imagen mostraba a Lauren, se veía borrosa tal vez por el intento de obtener la mejor toma con el celular de mi amiga.
Claro el segundo libro, pensé. Lauren sonreía como nunca mientras posaba junto a los conductores de un programa televisivo. Todo iba bien, ella se miraba tan guapa y su cabello era un poquito más corto, con un tono más oscuro y su vestido la hacia verse realmente elegante, luego de inspeccionarla completamente me dirigí hacia las personas que se encontraban a su lado, de pie junto a ella una mujer rubia mayor y dos chicos más jóvenes, del otro lado apareció lo que no me gustó. Una chica realmente guapa posaba tan cerca a ella, su cabello largo la hacia verse muy joven, lo que me mantuvo estática fue mirar con Lauren entrelazaba su mano derecha con la chica.
La sangre se me fue a los pies y solté el celular en la cama, mis manos temblaban un poco y mi respiración fue irregular, era más que obvio que las lagrimas se acercaban. De un momento a otro me coloque en posición fetal sobre el colchón y lloré por un buen rato.
Lauren realmente estaba rehaciendo su vida con alguien más, con una chica sin compromisos y tal vez 10 años menor, joven y sexy. Finalmente logré quedarme dormida sin ser consciente más de la situación tal vez era la mejor forma de olvidar todo.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora